A nadie le gusta ni la soledad ni el silencio. Sin embargo, cuando los grandes hombres o mujeres nos quieren decir algo buscan la soledad y el silencio para saber esperar no sólo lo que piensan sino lo que sienten; transmitiéndonos la gran revelación. Las grandes palabras que comunican vida y esperanza solo vienen de los momentos de silencio y soledad, en ese proceso de ser persona y aprender a convivir. Esta es una de las Razones del porqué los Colegios Jesuitas comparten su experiencia religiosa conocida como Ejercicios Espirituales. San Ignacio aprendió de Jesús que antes de tomar una decisión vital se requiere de silencio y soledad para descubrir lo que Dios quiere de mí y lo que yo deseo ser y ofrecer en la vida.
El siguiente relato es lo que descubrió Valeria, una alumna del último año de uno de nuestros colegios al hacer su retiro espiritual.
Me han dado la oportunidad de contarles mi experiencia durante el retiro espiritual en la casa de San Ignacio de Loyola ubicada en Machachi Pichincha. Durante el tiempo que he estado en el colegio he escuchado bastante sobre el retiro de Tercero de Bachillerato en el que había que hacer silencio, reflexionar y en donde la comida era muy buena. Pero no era algo que tenía muy presente ni que me llamara mucho mi atención.
Al llegar a Tercero de Bachillerato uno debe enfrentarse a decisiones importantes para nuestro futuro, que carrera escogeré, en qué universidad estudiaré, será que me voy a vivir a otro país o me quedo aquí. Sumado a todo esto está también el hecho de quer disfrutar de nuestro presente, pasar tiempo con nuestra familia y amigos, novio o novias. Nuestra vida se convierte en una constante pelea y preocupación entre el hoy y el mañana. No sé ustedes, pero yo lo que más quería y necesitaba era poder alejarme de todo, aunque sea por un rato y poder obtener alguna respuesta a mis preguntas existenciales. Al llegar a la casa de retiro estaba agotada por el largo viaje en bus. Pero eso no evitó que apreciara lo bonito y acogedor del lugar. Pude constatar que la comida era buena. Todo eso ya me lo esperaba, lo que no sabía era que Machachi no sólo era un lugar en el que podía olvidarme de los insumos de classroom o de la monografía por cinco días, sino que es el lugar donde puedes definir tus metas y principios, en el que puedes sanar y liberarte, pero sobretodo en el que te acercas más a Dios y descubrir el plan que tiene para ti. El grupo que me tocó fue muy bueno, pero a pesar de llevarnos bien entre todas, cada una vivió su retiro de manera distinta. Algo que todos compartimos es que no salimos de Machachi con las manos vacías. Uno llega a definir y descubrir muchas cosas en el silencio y la soledad. Está claro que no todos gozamos del silencio y de la soledad, es más solemos evitarlo. Pero créanme que descubrí lo necesario que es y acompañado de hermosos paisajes y jardines a dónde íbamos a reflexionar y rezar. Sé que cada una le sacó provecho al retiro. Nos dijeron que lo que pasa en Machachi se queda en Machachi, pero hay lecciones que siempre me acompañarán en la vida, como el mantener el fin en la mente o la fórmula de la vida (C+H) x A conocimiento más habilidades por Actitud. Donde la actitud multiplica no sólo suma. Quiero agradecer a quienes nos acompañaron y guiaron. A todos aquellos que nos enseñaron las primeras fórmulas de fe. Y quiero hacerles una invitación a las nuevas generaciones para que aprovechen esta oportunidad y no la desperdicien esto que nos dejó San Ignacio y nos da el Colegio. Les prometo que no se arrepentirán.
Por Valeria Villacres
Tercero de Bachillerato IB
Reflexionemos:
Se puede hacer silencio y soledad?
Si, si tienes el coraje de descubrir lo mejor para ti.
Por qué hacer Ejercicios Espirituales?
Para descubrir lo mejor de mí y lo que Dios quiere de mí
Que te queda de un retiro espiritual?
Enseñanzas de vida y coraje para tomar decisiones