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DAME DE BEBER


DAME DE BEBER (Juan 4)

¿Qué deseas beber y por qué?

- El Niño recién nacido grita, expresando su necesidad de leche materna. La madre se lo da.

- El pequeño que va creciendo dice: dame eso pa o má, pues aprende por imitación.

- El adolescente que va reafirmando su yo exige: dame de beber después de un arduo partido de fútbol, gimnasio o deporte.

Lástima que cuando va a una fiesta de su grupo lo que pide o acepta no es el mejor líquido para su salud ni crecimiento, pero como todo el mundo lo hace, como los papás lo permiten o se hacen de la vista gorda. El joven piensa que beber es normal y necesario. Y el gustito hace que no se pongan límites a las bebidas que en sus etiquetas exigen moderación.

El adulto sigue pidiendo ''dame de beber''. La sed no se ha calmado después de tantas fiestas o salidas. Tantas búsquedas y pocos encuentros.

El Ser humano está cansado de buscar

- ¿Qué es lo que buscamos y no encontramos?

- ¿Por qué seguimos teniendo sed ante tantas comodidades y tantos adelantos tecnológicos?

- ¿Hay algo que no nos llena y no nos satisface del todo?

En el evangelio de Juan en el capítulo cuatro se nos presenta un diálogo lleno de símbolos y detalles que expresan trascendencia, oportunidades, que revelan la grandeza del ser humano en medio de sus necesidades. La posibilidad de cambiar, de encontrar la verdad y la fuente de la vida, el agua viva que no se agota y que nos satisface de verdad; esta es la Humanidad de Jesús que nos revela a ese Dios amigo de la vida, compañero de camino, peregrino del amor y de la verdad. Eso es lo que ofrece Jesús a una mujer, y en esa mujer se juega nuestra dignidad de seres humanos y nuestra posibilidad de salvar el mundo de tanta guerra, tanta hipocresía y engaño; de tanta mediocridad y rutina de hacer siempre lo mismo y de no encontrar nada que nos llene, que nos colme de esperanza.

Hoy la humanidad está en crisis. Nadie lo duda, el desprecio al extranjero, al migrante que viene de zonas pobres del mundo es cada vez peor. El construir muros para defenderse del que es diferente no solo revela egoísmo o estupidez humana, sino los miedos de no querer encontrar la verdad que me revela el otro, la vida. No hay modelo político que no esté plagado de incoherencias y corrupción.

¿En dónde se adora en espíritu y en verdad? es la pregunta que nos hace Jesús de Nazaret; para encontrar a Dios hay que acercarse al otro, al que sufre , en el caso de San Juan, a la Mujer Samaritana, famosa no solo por sus cuatro maridos, sino por su idolatría religiosa según los judíos. Esa mujer revela en medio de su miseria lo mejor del ser humano, la posibilidad de cambiar y convertirse en agente de cambio, ''vengan y vean he encontrado a uno que puede ser el Mesías''. La clave que la ayudó a encontrar la verdad y la fuente de la vida fue no tener miedo, el aprender a conversar de cosas profundas (el sentido del pozo), de lo que de verdad interesa y no de superficialidades y a través de ese diálogo reflexionar y pedir lo que verdaderamente necesita para ser feliz, ''dame de beber de esa agua viva''.

Esa agua viva es la forma de Jesús de Nazaret de tratar a la mujer con respeto, ternura y dignidad. Eso revela la bondad, la verdad y la libertad que nos produce encontrarnos con Dios, para ello debo estar a solas y cerca de la fuente, cayendo en la cuenta como los enamorados de la hora oportuna que cambia mi vida, ''eran como las tres de la tarde''.

El crecimiento humano pasa por distintas etapas, no puede ser de otra manera, es la ley de la vida, pero puede convertirse en la ley de la inercia y la relatividad si no sé buscar aquello que da sentido a mi vida, si no sé hacer las peticiones adecuadas en el momento adecuado, si no sé encontrar la fuente de verdad, bondad y libertad que me hace crecer.

Cuando éramos niños pedíamos cosas de niños. Pero, ahora que somos jóvenes unos y otros adultos ¿qué vamos a pedir? La Mujer Samaritana nos enseña a pedir al Dios de la vida, ''dame de beber de esa agua viva'' de ternura, de respeto y bondad que bien nos hace falta hoy en medio de tanta inhumanidad. Solo la ternura de las relaciones humanas auténticas nos revelarán la oportunidad de cambiar y ser mejores. El mundo lo pide. Hombre/mujer dame lo mejor de Ti.

Por

Fabro, SJ

PARA PENSAR

¿POR QUÉ HOY HAY TANTA SED? ¿SED DE QUÉ?

Lo que más nos falta es humanidad. Donde prima el egoísmo, prima la inhumanidad

¿CÓMO CALMAR LA SED DE HUMANIDAD?

Buscando la verdad, la libertad mía y de los otros.

¿QUIEN ME PODRÁ AYUDAR?

La reflexión que me da la soledad, el silencio y el diálogo sincero con el otro en respeto y ternura.


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