La palabra tentación tiene para nuestra cultura un sesgo netamente negativo, la seducción al pecado, al mal, y esto hecho por el demonio. Llama la atención que así se encuentra en el Diccionario de la Real Academia (DRAE, 2017). Sin embargo, esta es la tercera acepción de este concepto ‘‘tentar’’, que viene del latín probar. En la primera acepción la DRAE nos dice simplemente que tentación es ‘‘estímulo que induce al deseo de algo’’. Hay tentaciones positivas y el problema de lo negativo es qué se desea.
Cuando pienso en escribir a los jóvenes surgen en mí muchos sentimientos:
¿cómo ayudarlos?
¿Cómo sintonizar con ellos y juntos hacer un mundo mejor?
Qué tentado estoy cada semana a repetir lo mismo, pues siento que estamos en órbitas y planetas distintos. El mundo de los adultos no es el de los jóvenes. Los intereses de los jóvenes no importan a los adultos y se exige a la educación ‘‘Transmitir valores, conocimientos, prepararlos para la producción y la vida laboral’’. Bella tarea, compleja combinación. Los jóvenes hoy tienen una gran y necesaria tentación, en el sentido original de la palabra ‘‘probar’’ otro modo de ser, de existir y estar en este mundo. Esto es un deseo bueno, sin embargo, en este mismo deseo hay un sentido negativo, probar otro modo de ser, suele ser a mi manera, a mi estilo, desde mi yo, y de nuevo nos encerramos en un círculo vicioso: ¿qué deseamos probar?
En ese sentido veo en el momento actual tres grandes tentaciones, en los Jóvenes que vale la pena pensar, buscar, probar, una salida.
1. Tentación de los Vicios, que no es solo de los jóvenes pero que comienza en esa edad: las drogas, el sexo barato y el alcohol. (No analizo causa ni efectos simplemente las señalo). Probar las drogas o alcohol lleva a un callejón sin salida, no solo a la perdición. Tener sexo sin amor, por puro descontrol es degradar lo humano a una mercancía. El punto está en que seguimos predicando y rezando líbranos del mal, pero vivimos en ello.
2. El mal manejo de la Libertad. No es culpa de los jóvenes, repiten lo que ven, hay tanta esclavitud: trabajo, dependencia de cosas, personas y todo tipo de experiencias, corrupción, robos, incompetencias, arribismo, facilismo, comodidades, consumismo, individualismo que nos impiden volar alto, respirar puro, ser auténticos. Entendemos libertad como déjenme ser lo que quiero ser, aunque no sé qué es. Mal entendida la libertad como simple libertad de hacer no lleva a ver el problema central: Vivir bien y mejor, por ello se trata de disponibilidad de estar liberados de ataduras, de libertad interior, de ser.
3. La gran tentación de los jóvenes hoy lo expresa una encuesta realizada hace algunos años para medir sus valores, nos decía: “se sienten inseguros, inciertos, replegados sobre lo privado, poco confiados en el prójimo y sustancialmente solos”. La realidad ecuatoriana y muchos de los chicos con quienes me encuentro en mi trabajo educativo están reflejados en esa descripción. Para mí, la gran tentación se resume en no encontrar sentido a la vida. No vale la pena vivir así repitiendo un esquema caduco y sin ilusiones que nos hagan amar, crecer. Sin interioridad que no sabemos cultivar por no valorar el silencio, el asombro y la escucha, jamás habrá personas auténticas, que se encuentren con otros y se valoren por lo que son.
En tiempos de Semana Santa una palabra sobre un hombre bueno que lo condenan por ser libre, por liberarnos y por mostrar otro modo de ser, de vivir y de volar hacia lo absoluto, lo divino, no viene mal recordar que fue tentado. Primero a abandonar su proyecto y dejarse llevar por el poder, el prestigio y el propio interés. Las tentaciones reflejadas al inicio de su vida, antes de su misión (Mateo 4: 1-11). Y segundo, al final de su vida, en su pasión histórica fue tentado a probar otro estilo, a desear lo que todo el mundo desea y abandonar sus principios y convicciones cuando los que pasaban por la cruz lo increpaban “si eres hijo de Dios bájate de la cruz”. Las autoridades religiosas exigían que muestre el poder de su Dios: “no que eres el Rey de los Judíos”, demuéstralo. Pero la gran y definitiva tentación, fue probarlo en su Confianza: “si de verdad Dios te quiere, que te salve ahora mismo”. La respuesta inmediata fue el silencio. La respuesta real en medio de tanto dolor fue la resurrección. Solo el Misterio de un amor verdadero, demuestra que la confianza en el misterio de un Dios auténtico pasa por el camino de la cruz, la prueba definitiva es saber si nuestra confianza tiene sentido o no. Jesús mostró el camino. Nos queda seguirlo, recrearlo o rechazarlo.
No estás solo en la vida querido joven, y la vida tiene sentido si desarrollas lo mejor de ti, la autenticidad producto de cultivar la interioridad, el silencio y el asombro.
Por
Fabro, SJ
PARA PENSAR
¿CUÁLES SON LAS TENTACIONES JUVENILES?
Los vicios, el mal manejo de la libertad y el no encontrar sentido.
¿CUÁLES SON LAS TENTACIONES DE JESÚS EN LA CRUZ?
Probar la credibilidad de su predicación, el poder de su Dios y la confianza en él.
¿QUÉ HACER PARA SUPERAR LAS TENTACIONES EN LOS JÓVENES?
Cultivar la interioridad, la escucha, el silencio y el asombro.