En nuestro artículo anterior hablamos de las tentaciones juveniles: ¿qué difícil es en el mundo actual para un joven superar los vicios: drogas, sexo fácil, alcohol? Mucho más difícil el manejo de la libertad, no hay modelos auténticos, sino esclavos o seudo-ídolos de sus decisiones. Lo más difícil de afrontar es la soledad, el abandono en que se encuentran muchos jóvenes en los momentos más decisivos de sus vidas, muchos no encuentran el sentido o razón para vivir, para armar una causa mejor.
Jesús de Nazaret nos mostró en el ejercicio de su libertad ‘‘que nadie le quita la vida, que él la entrega libremente¨ (Jn 10:18)’’, y ese acto de libertad fue un acto de amor que produjo salvación, la vida tiene sentido y vale la pena luchar por tus ideales y principios. La Cruz revela amor y es el amor lo que nos salva, por eso su causa sigue y la presencia amorosa de su persona y figura la sentimos de forma misteriosa y sorprendente en la experiencia de la Resurrección.
Jesús está vivo, eso es lo que nos ayuda a seguir viviendo, en él tenemos el modelo de Humanidad, el ejemplo de libertad, responsable, sensible y solidaria.
Hoy quiero simplemente reconocer que los jóvenes tienen algo para enseñarnos a los adultos y es la fuerza de su presente, las riquezas de sus opiniones que nos desestabilizan y nos hacen ver la vida de otra manera, pensamos erróneamente que ellos no tienen nada para enseñarnos y sí mucho que aprender. No achicaremos la brecha generacional si seguimos pensando así, nos urge hacer cambio en nuestro pensamiento.
Sus pasiones juveniles son lo mejor que tienen para enseñarnos, donde la vida es una fuente de sorpresas, riquezas y oportunidades. Pasión es la capacidad de sentir, querer, amar y actuar con sentido. Un amor apasionado es lo mejor y más completo del ser humano. ‘‘Un amor sin placer ni pasión no es suficiente para simbolizar la unión con Dios”. Así de sorprendente, así de insólito. Esto lo dice el Papa Francisco (La Alegría del Amor, n 142)’’.
Los jóvenes hacen las cosas con pasión, fuerza y emotividad, y eso para ellos es sinceridad, autenticidad y libertad.
El gran desafío que tenemos los adultos y educadores es acompañar el ejercicio de libertad de los jóvenes y educarlos en la emotividad. Ya nos advierte el Papa Francisco:“el exceso, el descontrol, la obsesión por un solo tipo de placeres terminan por debilitar y enfermar”. “Se puede hacer un hermoso camino con las pasiones, lo cual significa orientarlas cada vez más en un proyecto de autodonación y de plena realización de sí mismo, que enriquece las relaciones interpersonales’’ (La Alegría del Amor, n. 148).
Esta fuerza apasionada de los jóvenes es el triunfo de la vida sobre la muerte, es señal de esperanza. Lo experimenté al ser testigo de cómo los jóvenes pueden salir adelante superando la peor tentación, la del sinsentido. Al perder a un gran compañero de curso de un colegio sufrieron la peor decepción de su historia. El saberlos acompañar y canalizar sus energías ayudó a que exploten su dolor y despidan al amor apasionado por un gran compañero. Al día siguiente encontraron fuerzas para jugar un partido de fútbol, se lo dedicaron al compañero fallecido. Triunfaron ante el dolor y la incomprensión de la vida, siguieron estudiando y se graduaron.
En plena graduación, el mejor estudiante de aquella promoción, con fuerte voz y mucha pasión plasmó lo mejor de estos seis años de aprendizaje: El haber convivido con sus compañeros a quienes los llegó a catalogar como hermanos del alma. Es el triunfo del saber vivir juntos d
el amor de la amistad que da sentido al caminar.
Esta semana bendeciremos un aula de audiovisuales ubicada en la ciudad de Bahía de Caráquez. Nuestros hermanos que sufrieron el terremoto deben sentir nuestro amor sincero y la esperanza que la vida sigue y debemos vivirla mejor. Fue otro triunfo del amor solidario, no basta dar hay que darse. Los jóvenes de ese colegio juntos a sus directivos se hacen presentes con pasión.
Eso es vivir la resurrección. Nuestro cuerpo y nuestro espíritu expresan lo que son: un amor apasionado.
Por
Fabro, SJ
PARA PENSAR
¿ES POSIBLE SUPERAR LAS TENTACIONES DE LA VIDA?
Claro, muchos lo han hecho.
¿CÓMO PODEMOS SUPERARLAS?
Orientado nuestros sentimientos, deseos y emociones. Viviendo con pasión.
¿QUÉ ES UN AMOR APASIONADO?
Es la fuerza de la vida es una manera de experimentar la Resurrección.