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¿ES POSIBLE CAMBIAR?


¿Es posible cambiar? mi convicción personal me dice que no sólo es posible, sino que es necesario. Sin embargo, la realidad de muchas personas que veo y acompaño es: “palo que nace torcido nunca se endereza, ni la madre lo endereza”, como nos dice la canción brasileña. ¿Con qué me quedo entonces? ¿qué síntesis hacer?. Si hay algo que conforma al ser humano es que, ante todo, somos seres de deseos. Estos deseos nos hacen soñar, despiertan lo mejor de nosotros mismos, nos llevan a conectarnos con otros, nos hacen amar. Pero al mismo tiempo, la experiencia nos dice que los deseos encierran un laberinto que nos enreda y nos ensimisma. “Te amo porque te deseo”, es igual que decir que “te necesito y que no puedo vivir sin ti”, en ese instante se perdió la libertad y comenzó el sufrimiento, el dolor y la culpa. Por algo pide el budismo apartar el deseo para crecer; San Ignacio, por otro lado, nos invita a discernirlo para saber de donde viene y a donde va, para identificar si este viene de Dios y me hace ser y hacer grandes cosas para su mayor gloria. En pocas palabras, nos invita a integrarlo, para así vivir como una persona real y concreta, no como payaso o una marioneta, sino un ser capaz de actuar desde el interior. Lo cierto es que, si no sabemos discernir, descubriremos rápidamente que el ser humano es el ser que más sabe engañarse a sí mismo. Al no ser honesto consigo mismo, al no ser coherente con lo que se quiere y desea, al actuar por programación o racionalización; se engaña y se vive una existencia inauténtica. No se puede ser feliz viviendo por inercia, caminando por mecanismos de reflejos no conscientes, sin ver por donde se va y mucho menos a donde se va. Todo esto hace que el ser humano sea el animal más débil y vulnerable de la naturaleza y de la historia. Expuesto a la maldad y riesgos de su entorno, pero sin la fuerza que le ayuden a salir de si mismo, de su narcisismo, de su querer e interés. Por consecuencia, fracasa y vive en un continuo ensayo y error sin acertar en el blanco.

San Ignacio de Loyola, desde su fracaso como soldado, cortesano y mundano; nos enseña que se puede salir de ese narcisismo, que se puede cambiar. Me dice que puedo ser otro yo, desde mi ser auténtico que aún no se me ha develado. Me explica que integrando mis deseos y discerniendo mis motivaciones, puedo superar mis fracasos. Los deseos de ser Santo lo hicieron superarse y hacer cosas mayores que otros santos, mayores que otros grandes hombres. Si San Francisco hizo esto, si Santo Domingo hizo aquello, ¿por qué yo no?. Con el ejemplo de su vida, nos enseña los tipos de hombre qué hay en la historia: aquellos que repiten modelos y aquellos que crean nuevos modelos de ser. Nuevos modelos de persona, de apóstol, de cristiano; sabiendo plantear las preguntas claves: ¿por qué tengo que hacer esto?¿por qué no yo?. La respuesta me revelará quién soy y si puedo cambiar o no. Querido joven, no dudes de soñar y soñar despierto; para esto debes abrir los ojos y saber mirar lo que el mundo necesita hoy para ser feliz, para convivir juntos y producir ternura en lugar de tanta amargura. Ojalá integres tus sueños con los sueños de la humanidad, ojalá integres tus fracasos con las fortalezas de tu interior; debes mirar mucho tu vida con los ojos de fe, con los ojos de Dios, que sabe quién eres porque te creó por amor; como tus padres que confían en ti y te dan lo mejor.

No obstante, te toca a ti descubrir quién eres, qué quieres y para qué estás en este mundo. Para responder esto debes hacer tu propio proyecto de vida, no esperes que otros decidan por ti, no esperes que el mañana te sorprenda. Aprende a vivir si sabes mirar con ojos de ternura al mundo y si sabes cultivar el espíritu crítico. Despierta la curiosidad, te ayudará a ser creativo, aprende a ver más allá de la materialidad de la cosas y del mundo. Lleva tu mirada a lo trascendente, lo que nos hace ser, lo que nos ayuda a valorar. Por Fabro, SJ

Reflexionemos

¿Por qué no cambian las personas? Porque se engañan y viven una existencia inauténtica. ¿Por qué tenemos que cambiar ? Para no ser marionetas de otros o prisioneros de nuestros deseos. ¿Cómo cambiar ? Integrando nuestros deseos y fracasos. Aprendiendo a ver de dónde vengo y a dónde voy. Haciendo mi proyecto de vida.


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