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¿Cuándo vendrá papá? ¿Cuándo vendrá el Señor? Gózate de lo que eres


Tercer Domingo de Adviento.

¿Cuándo vendrá papá es una pregunta real, histórica y lamentablemente cotidiana en muchas familias? Se fue, rompió su alianza con su pareja a quien había prometido el oro y los tesoros que podía. Hoy en muchas familias, se sigue preguntando lo mismo, pero ya no para reconstruir esa historia de amor, que se rompió, se hirió. Se sigue preguntando para que cumpla con lo que debe cumplir y no se puede romper, el vínculo de la Paternidad, el cumplimiento de sus obligaciones amorosas con sus hijos, pagar la pensión del colegio, ayudar a la manutención de los hijos que no tienen la culpa de la separación, saber cómo están, sacarlos a pasear. Adviento puede aumentar la esperanza que se cumplan las obligaciones legales de un padre. Puede ser, pero no es el sentido. La esperanza de adviento es que sepamos bien a quién debemos esperar, a Jesús.

¿Cuándo vendrás Jesús? es la pregunta del adviento de la vida, que se repite cada día en medio de las conflictividades y luchas, en medio de mis contradicciones y desganas. La espera de adviento no es vacía, es concreta pero no es para resolver mis problemas, los que yo debo enfrentar, asumir y aceptar para ser humano. La espera de adviento me inspira a buscar soluciones que requieren saber pensar las cosas, sentir profundamente mis emociones para saber manejarlas, para no perder la ilusión dela vida, dejarme sorprender cada día de lo bueno, bello y verdadero que encuentro en rostros sinceros, en amigos verdaderos, en las actividades del colegio, de la calle, del trabajo, en mis compañeros que me animan a hacer cosas para ayudar a los otros, para crecer como personas, a pensar en mis estudios.

Estamos en fin de año, trabajo en un colegio y veo las actividades de los chicos: fiestas patronales donde la ciencia y la fe se combinan en las ferias de ciencias de este mes, veo cómo me relatan en dibujos, en obras de teatro la historia del santo Patrono. Me acerco a la exposición de ciencias físicas y veo como una bicicleta puede servir para cargar el celular y buscar alternativas energéticas, veo cómo chicos que no quieren ser arquitectos hacen maquetas con gran precisión, despiertan sus cualidades y van encontrando sentido a sus vidas, además ayudan a migrantes Venezolanos y de otros lados con actividades de ventas de chocolates, lavando autos, haciendo fiestas. ¿Qué energía? ¿Qué creatividad?.

Pequeños gestos, algunas palabras que hacen de mí una persona única a pesar de ser imperfecta ¿testaruda? ¿egoísta? pero también ¿comprometida? ¿elegre?. Alguien cercano a ti Jesús, y a tu propuesta de entregar la vida por los más olvidados, los que se van quedando en los márgenes, los refugiados y migrantes de hoy, que no se alejan a los de antes, cuando tú tuviste que huir a Egipto, porque querían matarte.

Estoy convencido Señor, que para esperar debo estar cada día más “loco”, un poco más enamorado de ti y de tus cosas, un poco más implicado en lo que siento que es realmente importante. Realmente llegaste y transformaste algo en mí. ¡Ven Señor Jesús! me dice la oración de adviento para prepararme para la segunda venida.

Gracias Señor Jesús me dice la espiritualidad que me contagia esta época, para gozar la primera venida. Entre las dos me queda la historia de libertad y amor que me dice lo que debo de hacer, como le preguntaban al Profeta Juan (Lucas 3: 10). La respuesta la da la vida y mi capacidad de ver, esperar y amar.

¿Cómo explica el Maestro la presencia del mal en el mundo?

  • Preguntó un visitante. Uno de los discípulos respondió: “No lo explica. Está demasiado ocupado tratando de remediarlo”. Y otro discípulo añadió: “La gente está siempre luchando contra el mundo o aburrida del mundo. El Maestro, en cambio, está encantado de lo que ve, sea asombroso, imponente, insondable” (Tony de Mello, Un Minuto para el Absurdo, pág 72).

Por:

Fabricio Alaña E.

Reflexionemos:

¿Qué preguntas distorsionan mi vida?

Las que esperan que otros solucionen mis problemas

¿Qué cosas me pueden ayudar a buscar soluciones?

La oración esperanzada y actividades en bien de los pobres

¿Qué debo hacer?

Luchar contra el mundo es desgastante, amar el mundo es reconfortante.


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