"En una conversación entre amigos en los patios de un colegio después de una clase aburrida de Religión, varios jóvenes se preguntan sobre la Semana Santa, los ritos, ayunos y sacrificios que hay que hacer para recordar la historia de Jesús; ellos no comprendieron la clase; sin embargo, tenían que hacer el deber, caso contrario les ponían mala nota.
¿Por qué murió Jesús? Y ¿qué debemos hacer los cristianos hoy para recordar la Pasión de Cristo? Les habían dado como rúbricas el visitar iglesias, tomar fotos de procesiones y representaciones del vía crucis, entre otras cosas.
Cuando los chicos se encuentran con Pedro Fabro, un cura joven recién llegado de EEUU terminada su maestría en Cristología, la ciencia que estudia sobre Cristo, le preguntan qué pistas tenemos para saber que Jesús puede ser Dios y Hombre, por ello nuestro Salvador y Libertador. Al escuchar y ver las angustias de los chicos que tienen que hacer un trabajo sin la mayor motivación y simplemente por una nota, les comparte Pedro Fabro, sus convicciones más sus investigaciones."
Una cosa es la Religión y otra es la Fe. La Religión Católica, como cualquier religión tiene ritos, leyes, normas, para cumplir su papel de mediadora hacia Dios, como camino. La Fe es la CONFIANZA FUNDAMENTAL producto no de una idea, reflexión o imposición sino de un ENCUENTRO con la persona de Dios revelado en su Hijo Jesús. La oración, la lucha por la vida, la búsqueda de la bondad, la verdad, la belleza son las señales que el que cree no se deja aplastar por las contrariedades y busca un sentido trascendente a lo que hace. En medio de la dureza de la vida, la fe te ayuda a descubrir la Humanidad de un Dios que solo se revela por amor en la Humanidad de un Hijo que le corresponde a ese amor hasta el final, cueste lo que cueste. El cristianismo más que una religión es el Movimiento de los Amigos de Jesús que confían en el testimonio de quienes descubrieron en Él al enviado de Dios.
No se hagan problema por el tema de las prácticas religiosas, estas tienen diferentes matices. Lo verdaderamente importante es lo auténtico que revela tu corazón: en quien depositas tu confianza para superar tanta maldad, quien te ha enseñado que la vida tiene un sentido más allá de la materialidad de las cosas o acontecimientos, y que la vida de un hombre puede ser paradigma de un mundo mejor, de una vida trascendente que solo en la cotidianidad de las pequeñas cosas y en la superación de los males diarios podremos descubrir, un amor que se entrega hasta el fin, donde morir en cruz es el signo mayor de un amor eficaz y fiel a su misión.
La pregunta más importante del Cristianismo no es: ¿Por qué murió Jesús?
La pregunta más importante es: ¿Por qué mataron a Jesús?
Jesús no murió por muerte natural, ni por enfermedad catastrófica, no murió en la calma de una cárcel bebiendo la cicuta como Sócrates por ser fiel a sus ideas. Jesús, murió condenado a muerte por un tribunal que rechazó su propuesta y lo acusó de cambiar los valores tradicionales de la religión, el templo, la ley, el sacerdocio, por hacer el bien en el sábado, día de descanso, según la ley religiosa, por comer y beber con gente de toda clase en un sistema de castas y de purezas rituales. El Dios que mostró y en quien confió Jesús era diferente, muy libre, muy humano para poder aceptar que se pueden cambiar ritos y tradiciones; tanta verdad y bondad no resiste la gente mala y legalista, es mejor aniquilarlo.
Lo que Jesús nos revela en la pasión son sus convicciones. El Dios en quien confió en vida no puede fallar, no entiende el mal en el mundo, la maldad, la muerte y el silencio, pero acepta la última batalla: cargar la cruz como símbolo que la vida surge cuando el grano de trigo cae, entonces da mucho fruto. Por algo su último grito no fue el de Marcos:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Su último grito fue el de Lucas, quien predicó la misericordia a las mujeres, a los pobres y a los hijos pródigos en su caminar histórico, por ello exclamó:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”
Espero haberles aclarado la diferencia entre la Religión y la Fe. Las convicciones humanas solo se muestran en los momentos de dolor y adversidad, y Jesús en medio de su angustia, de su Pasión me revela la firmeza de su entrega, la convicción de sus motivaciones, la libertad de su amor.
La mejor forma de celebrar la pasión es confiando como Él y pidiendo: ¡Pasión de Cristo: confórtame, dame tu forma, que yo sea capaz de amar como Tú!
Por
Fabro, S.J.
Reflexionemos:
¿POR QUÉ LOS JÓVENES SE ENREDAN CON LA RELIGIÓN?
Porque los adultos no sabemos transmitir nuestras convicciones.
¿QUÉ ES LO QUE ME REVELA LA PASIÓN?
Las convicciones de Jesús, su confianza en el Padre Dios, su amor a los hombres y su libertad ante leyes.
¿POR QUÉ MURIÓ O POR QUÉ LO MATARON ES LA CUESTIÓN?
Así es, no fue por causa natural sino por razones históricas. La maldad de la gente reveló la bondad de Dios.