Pensar en la Resurrección será posible si reflexiono sobre las cosas profundas que dan Alegría a mi vida y tienen impacto en mi entorno. Es decir, la alegría verdadera es aquella que integra mi experiencia de gozo personal con la experiencia de gozo comunitario; cuando los objetivos de plenitud humana del otro coinciden con los míos.
¿Es posible alcanzar esa experiencia de plenitud comunitaria?
La Alegría verdadera solo es posible cuando se vive en comunidad, en sociedad con otros.
‘‘La humanidad de Cristo simboliza el descubrimiento que el Dios Creador soñó al hacer al hombre y a la Mujer a su imagen y semejanza, el tener con quien depositar su amor, revela su voluntad, con quien compartir vida para darla en abundancia”. (Jn10:10)
Creer en la resurrección es conectarse con las fuerzas profundas de la vida que señalan la trascendencia de nuestras intenciones, acciones y deseos más profundos. Todos aspiramos a la Paz, la Verdad, la Bondad y la Belleza. Jesús al morir nos señaló lo mejor y lo peor de la condición humana. Tanta maldad y aberración no puede significar lo que es el ser humano. Este solo revela la verdad de su ser en la entrega y en la belleza de esa Cruz de Jesús, que no me señala un fin sino un horizonte, un comienzo. Esta vida fracasada señala la oportunidad de levantarse, resurrexti es levantarse, y desvelar lo mejor de la humanidad de Dios donde se manifiesta en realidad quiénes somos y quiénes podemos ser.
Creer en la resurrección es apostar por la vida. Nuestro creador es el Padre y un padre no abandona a sus hijos, los ama, los acompaña, lucha y trabaja para que vivan bien. Así es un padre de verdad; mucho más es nuestro Dios que revela la belleza de su bondad y libertad en la Cruz, que solo se acepta y se carga desde la confianza en el Dios de la vida, que surge desde las miserias humanas y cenizas de la historia, dando origen a la comunidad de fe al experimentar a Jesús resucitado, que es el que se desvivió por los demás. Siendo la vida de Jesús, lo que hizo en la historia al recorrer Galilea, al sanar heridas, al dar vida, es lo que en la resurrección experimentamos la posibilidad real de plenitud de la vida.
No estamos hechos para arrastrarnos por la vida sino para volar alto, caminar lejos, gozar profundamente.
Creer en la resurrección es caminar con esperanza. Nuestra vida tiene sentido y nuestra historia un destino. Los fracasos duelen, pero no nos detienen. La Cruz no solo señala sufrimiento, sino amor eficaz de alguien que sabe en quien confía y no lo defraudará.
Para ti joven, ¿qué significa la resurrección? No lo comprenderás teorizando sobre ella, ni solo repitiendo oraciones que no entiendes; sino comprometiéndote con tu crecimiento, sacando lo mejor de tu corazón, tus sueños, tus ideales, tus ganas de estudiar para colaborar por un mundo mejor. Recuerda, lo que nos decía J. P. Sartre, el compromiso no es una palabra, es un acto.
Por
Fabro, S.J.
Reflexionemos:
¿Por qué es difícil creer en la resurrección?
Por dejarnos aplastar por la tristeza y no ver alternativas.
¿Qué es la resurrección?
Apostar por la vida, trascender la historia y caminar con esperanza.
Para ti joven, ¿qué es creer en la resurrección?
Sacar lo mejor de tu corazón: tus sueños, ideales y ganas de vivir.