Timothy Radcliffe es un sacerdote dominico que se ha convertido en uno de los escritores más leídos en el mundo católico, nos contagia la espiritualidad de su congregación que se conecta con el evangelio y llega al corazón del mundo moderno. En uno de sus libros, El borde del Misterio, tener fe en tiempos de incertidumbre, cuando nos habla del desafío de las narraciones contemporáneas nos cuenta que cuando llegó Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos fue un ejemplo típico del “sueño americano” hecho realidad; cualquier ciudadano estadounidense puede convertirse en presidente de su país. (Pag 76). También nos relata brevemente la historia de Constance Briscoe, en su libro Beyond Ugly, quien decía que se puede ser todo lo que se quiera. ¡Basta con tener fe en uno mismo¡ Ella parecía ser la prueba, provenía de una familia pobre, formaba parte de una minoría étnica, y llegó a ser juez en el Reino Unido. En realidad se puede hacer lo que quieras, si lo intentas, es la paradoja del hombre moderno, como del de todos los tiempos. No se trata de mero voluntarismos, ni de medir capacidades, sino de despertar y hacerlo realidad. Plantearte metas, estas pueden ser grandes o pequeñas, lo importante es que te muevas y atraigas a otros a esos ideales. Pero el punto está en medir los ideales y que respondan a lo que los humanos necesitan y los hagan dignos, valorados y queridos.
Lo que puedo decir de los jóvenes en lo que veo día a día, es que me sorprenden y los admiro, no hay duda que algunos me preocupan y desconciertan. No los juzgo, sino que trato de analizarme y ver que puedo ofrecerme para brindarles alternativas, para desarrollar sus potencialidades. Hay de todo en la juventud, es propio de la edad la contestación, “elquemeimportismo”, el egocentrismo. Lo cierto es que también es propio el superarse, el ponerse metas, el competir y el cuidar su cuerpo, su mente, y algunos su espíritu. Hay muchas ventanas de su vida que nos abren los chicos si los sabemos mirar con ojos limpios, nos sorprenderán.
Cuando los jóvenes intentan lo que se proponen realmente lo consiguen; un ejemplo de esto es lo que demostraron los chicos de un colegio al lograr reunir más de 300 estudiantes para presentar bailes en las olimpiadas. Nos deleitaron con su energía, el trabajo de liderazgo y en equipo sobresalió. Así mismo los he visto compitiendo con garra y fuerza en los deportes de sus olimpiadas, estudiando, haciendo deberes, y al mismo tiempo algunos representando la selección de su colegio.
Pero los jóvenes no solo aportan en lo deportivo; en dos días he visto dos momentos que son un sueño y despertarán a muchos de la inercia de la vida.
El Primero:
-Diez jóvenes representantes de sus consejos estudiantiles de cinco colegios de la ciudad organizando un Congreso sobre Liderazgo Juvenil, su primer aporte fue “debemos invitar a los chicos de los colegios fiscales, no queremos encerrarnos en lo privado ni solo en lo católico”. Ellos tendrán dos conferencistas en este encuentro y posterior trabajarán en tipo asamblea para generar conclusiones que serán compartidas a las autoridades municipales y de educación. Los jóvenes se manifiestas y quieren participar con voz activa ante los acontecimientos de la sociedad, brindando ayuda y generando propuestas para posibles soluciones.
El Segundo:
-El otro impacto visual y cardíaco que presencié fue ver a más de cien chicos que se preparan para la confirmación, asistir a una obra social un sábado en un sector marginal de la ciudad. Necesitamos pisar los barrios, concretar el conocimiento de Cristo con el conocimiento de la realidad, de la gente que vive y piensa distinto a nosotros. Lo más bonito de esta experiencia es que manifestaron no hacerlo por obligación, sino porque les gusta y sienten que lo necesitan.
Los jóvenes nos hacen soñar, son capaces de grandes cosas cuando quieren. Solo tienen que dar el primer paso, intentarlo.
Por
Fabro, S.J.
Reflexionemos: ¿Por qué se juzga con facilidad a los jóvenes de narcisistas y de inmaduros? Porque no los hemos desafiado.
¿En qué podemos desafiarlos?
En todo aquello que implique sueños, metas altas y toque su sensibilidad.