El título me parece largo pero es que largo y hondo es el abrazo y los enormes deseos de éxito que comparto con ustedes, mis queridos lectores del Para Ti Joven, al saber que este 4 de agosto de 2018 se ordena como Sacerdote el manabita, de cepa, el Cecista y de los grandes, el jesuita y verdaderamente nuevo, pues en el Ecuador no hay muchos, el último se ordenó hace más de 50 años y el compañero de trabajo, misión y aventura, Duval Delgado Sonrosa. ¡Felicidades amigo y hermano!
No te extrañe mi emoción y efusividad; me conoces, trabajamos juntos año y medio y me ayudaste a cambiar parte de una historia de los jesuitas en Portoviejo en el colegio Cristo Rey, en el CEC y en la Fundación Social Fuscrey. Te mostraste a la altura de un sacerdote ya formado, te faltaban estudios pero no el coraje ni el cariño por la gente, especialmente por la juventud manaba para que sean mejores, marquen la diferencia, aprendan a descubrir y a escalar ideales. Eso es ser cura, eso es ser sacerdote.
Ser cura es cuidar el alma y el corazón de la gente, en especial de los jóvenes para que encuentren sentido a la vida y vivan bien el amor y la libertad. Es toda una conquista, que como decía nuestro maestro y amigo Pepe Mendoza SJ, “el éxito de la vida adulta no es más que los sueños de la juventud hecho realidad”.
Ser sacerdote es ser puente, entre Dios y los hombres. La religión pone a Dios muy arriba, cuando Él decidió hace más de dos mil años estar bien abajo, “se hizo igual a nosotros”, nos dijo San Pablo en Filipenses 2:7; “se humilló a sí mismo”, lo que nos dice que ser sacerdote no es ningún título, ninguna nobleza, no te da ningún privilegio por más que las ideologías imperantes lo hayan querido hacer. Ser sacerdote al estilo de Jesús, que no fue sacerdote sino laico, es otra cosa.
¿Entonces, para que tanto estudio, tanto esfuerzo?
Esa pregunta tu corazón y tu filosofía te la debieron haber dado. Mientras más estudios haces, lo cual es típico de un jesuita pues su formación va entre 12 a 15 años en su país y fuera de él, no es para mostrar sabiduría de experto en las cosas de Dios, es para ser constantes aprendices.
Hoy en día es común ver en una gran mayoría de las personas que mientras más estudios tienen y más aún si vienen de Europa o USA más soberbios y tontos son. Nosotros los jesuitas estudiamos y somos sacerdotes para conocer y comprender el mundo y al ser humano mejor, para desde Dios y con Dios revelado en Jesús hacerlo al estilo de Jesús más humano, más hermano, tener un estilo de vida en donde los pobres, las viudas, los huérfanos, los migrantes, la gente que es considerada pérdida por la droga, el sexo, el sin sentido, los vicio, en Jesús tienen tiempo y espacio. Sí, mi estimado Duval, es una bella compresión de Jesús formulada por un gran sacerdote Thimothy Radcliffe OP, quien entendía que Jesús era Dios por manifestar un amor libre que deja ser, que no abruma, que nos deja respirar y eso lo hacía cada vez que a la gente le daba su lugar, estaba con ellos y sobre todo les daba lo mejor de sí, se ofreció a sí mismo, por algo, dijo: “este es mi cuerpo “ (El Borde del Misterio, p. 21).
¿Ya sabes para qué te vas a ordenar sacerdote? Ya sabes que Manabí es primero en tu corazón pero que tu misión es universal, otra cualidad del jesuita, que manifestamos claramente que el “mundo es nuestra casa” pero siempre con los pies bien puestos en la tierra, la memoria bien clara de lo que somos, que vienes de una “tierra hermosa y hospitalaria” y es la mejor manera de manifestar la fe en el hombre y en Dios. Entonces vivirás y seguirás estudiando como nos enseñaba el padre Adolfo Nicolás SJ, para disminuir el sufrimiento de la gente, amar profundamente sin temor a equivocarte y si lo haces es porque has intentado amar y ser como Jesús, eso es ser humano, pero en todo señalarás un horizonte, ayudarás a los jóvenes en donde estés a ser jirafa, mirar alto y tener un corazón grande.
Eres un manabita de verdad y lo harás, solo te puedo decir, nunca dejes de ser “humilde, pues estás hecho de tierra, pero sé noble, pues estás hecho de estrella” (proverbio serbio).
Por
Fabro, S.J.
Reflexionemos:
¿Cuántos manabas jesuitas y sacerdotes hay en Ecuador?
Pocos, pero buenos, este 4 de agosto se ordena el segundo.
¿Qué es ser sacerdote?
Tener un estilo humano como el de Jesús, amoroso, empático y trabajador.
¿Qué es ser un sacerdote jesuita?
Romper barreras del tiempo y del espacio, donde el mundo es tu casa.