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ARRIESGARSE, SINÓNIMO DE CONFIANZA


Un joven adolescente desea ropa, ha hecho su esfuerzo por portarse bien, sacar buenas notas, ayudar en casa, ¡vaya parece un chico de otro planeta! - dice la mamá ­¿Qué será que quiere mi hijo? Llega su cumpleaños y lo que quiere es ropa nueva.... - ya decía yo, alguna cosa quería - . Pero se lo merece, se ha esforzado. Es cierto que se lo merece,

- ¿pero si no hubiera hecho lo que hizo le darías ropa vieja el día de su cumpleaños?

La respuesta dependerá de varios factores, el más común es el económico, pues no es fácil hoy tener flujo a la mano. Pero con esfuerzo y cariño todo se puede.

Desear cosas nuevas es necesario, pero buscar nuevas respuestas a las preguntas del ayer y a los desafíos de hoy es otra cosa. No solo se necesita deseos, sino competencias, equipo, contactos y sobre todo riesgo. Arriesgarse es la clave para enfrentar el futuro.

Un joven normalmente se arriesga, lo hace porque la aventura es parte de su ADN, el cambiar y buscar cosas y experiencias nuevas para sentirse mejor, salir de la rutina, de la soledad. Pero no tiene un sentido de proyecto, no tiene claridad del horizonte que necesita para desarrollar sus cualidades, ser mejor persona; para ello estudia y se prepara. El mejor servicio que puede hacer un centro educativo es ayudarle a construir un proyecto vital para que el chico sepa a donde puede ir, para que estudie y realice todos los cambios que necesita con sentido. Ya lo decía el filósofo Nietzsche, “quien encuentra un porqué para vivir, encontrará el cómo”

Hoy los padres de familia y los educadores no podemos preocuparnos sólo por dar clases para transmitir conocimiento, cumplir un contenido, un currículo o seguir un programa.

Necesitamos ARRIESGARNOS, lanzarnos a seguir la ruta de la historia, tratando de escribir nuestras propias páginas, no repitiendo memorísticamente respuestas del ayer a los problemas de hoy. Solo se arriesga quien CONFÍA en sus propias cualidades, en la misión educativa del centro donde trabaja, por algo está allí. No es un mero empleo, es una vocación. Confía en los chicos que buscan un mundo mejor, que busca descubrir para qué están en el mundo.

La Educación será entonces la aventura de la vida, que busca ser reflexionada y no solo vivida. Sabe que no siempre tiene las respuestas a todos los males de la sociedad pero que siempre tendrá la pregunta adecuada que se convertirá en la brújula apropiada para no sucumbir en la historia sin ninguna trascendencia. Educar para lo desconocido no es nada fácil, debemos desarrollar la confianza en nosotros y nuestros chicos. No deseamos estancarnos en un pasado por bello que sea, sino saber aprender las respuestas que dieron para nosotros hacer la nuestra.

Solo quien confía se Arriesga y quien se arriesga sobrevive. Quien sabe superar tensiones, encontrará la felicidad y la clave de la eternidad, al estilo de Jesús “no se puede poner vino nuevo en odres viejos” (Mc 2).

El peor de los errores, nos decía el padre Arrupe S.J. : “es quedarnos en el pasado, no querer cambiar, dejarnos aplastar por el miedo y la mediocridad, que es el peor de los males de la humanidad”.

Por

Fabro, S.J.

Reflexionemos:

¿Qué es lo que más anhela un joven?

Dependiendo su formación y familia, querer cosas o experiencias nuevas. ¿Qué es lo que más necesita un joven?

Adultos que le ayuden a construir un proyecto vital.

¿Qué es lo que el Centro Educativo debe ser hoy?

Una Comunidad de Aprendizaje, porque sabe innovar


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