Hace algunos años, le preguntaba un joven al máximo líder de los jesuitas de aquel entonces, Padre Pedro Arrupe: cómo se puede ser Jesuita, (sacerdote o hermano de la orden de la Compañía de Jesús), él respondía con esta oración:
"¡Enamórate! Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de él, de una manera absoluta y definitiva. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es, lo que te saca de la cama cada mañana, qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón, y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera."
Parece mentira pero es así, no se puede ser cura sino se sabe amar. Y ¿quién puede vivir en este mundo sin amor? El problema que tenemos los humanos es que con facilidad prostituimos lo que tocamos y hoy no sabemos qué es el amor.
- ¿Estamos condenamos al egoísmo?
- ¿No es posible encontrar una fuerza que nos saque del abismo y re-invente al ser humano?
- ¿Somos seres abocados al fracaso? O ¿Seremos capaces de entender que el éxito en la reconciliación entre todos, salir de nosotros mismos, buscar el bien de la humanidad y mirar con amor el misterio último de la realidad es lo decisivo?
- ¿Qué es el amor para una pareja que decide casarse? Prolongar su enamoramiento, siguiendo las descripciones que nos decía el Padre Arrupe, lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.¿Qué es el amor para un profesional de la rama que sea o para un joven que busca una profesión? Aquello que acaba dejando una huella en todo.
- ¿Qué es el amor para un adolescente? Aquello que lo saca de la cama. ¿Qué es el amor paraun adulto mayor? Aquello que hace con su atardecer.
- ¿Qué será el amor para un migrante que ha dejado todo, patria, familia? El sentirse acogido en tierra extraña, el tratarlo como hermano.
- ¿Qué es el amor para una prostituta? ¿Para un drogadicto? ¿Para un divorciado? La respuesta la encontrará en la comunidad religiosa experta en hablar de lo divino. ¿O estarán ocupados en sus rezos?
Un experto de la ley se acerca a Jesús y le pregunta por el mandamiento más importante, Jesús solo le dice: AMA y solo se puede amar a lo igual; allí está Dios, allí está lo decisivo en la vida (Mc 12: 28-34).
Cuando los no creyentes criticaban con razón la ligereza de nuestras afirmaciones religiosas y la incoherencia de nuestro testimonio, haciendo imposible el diálogo entre fe y cultura, entre fe y ciencia, surge la voz del experto en teología, Bernard Lonergan, S.J. En su libro El Método en Teología nos enseña con rigor y profundidad que la manera de encontrar a Dios es a través de la superación de la racionalidad científica, para quien solo la observación y la experimentación pueden originar certezas y teoría científica. Lonergan nos invita a pensar más amplia y profundamente, además nos da algunas pautas:
1. Sé atento, el buen cristiano está atento a los datos.
2. Los comprende de manera inteligente.
3. Los utiliza de modo razonable.
Pero no es suficiente. Para abarcar toda la realidad es necesario:
4. Ser responsable, y buscar el bien del hombre –conversión ética.
5. Vivir enamorado, mirar con amor el misterio último de la realidad, conversión religiosa.
Hay muchos que piensan que son buenos cristianos solo porque van a misa, comulgan, se confiesan, rezan, instalándose en lo que el Padre Karl Rahner S.J, llamaba “un egoísmo que sabe comportarse decentemente”. El amor es algo más, no por lo que dice una canción sino porque la VIDA así lo pide, ya que entendemos vida como la fuerza que mantiene unida a todas las fuerzas de un viviente, podemos llamar AMOR a la energía que mantiene unidos a todos los seres de la creación. Si descubro que la base de todo ser es lo divino, descubriré la razón del verdadero amor.
Por
Fabricio Alaña E.
Reflexionemos:
¿Por qué nos cuesta vivir el amor?
Por no saber enamorarnos de la vida, de las personas como son.
¿Por qué la fuerza al mal y al fracaso es grande?
Por nuestra fragilidad, pero no es invencible si unimos todas las células del amor.
¿Qué hacer para amar a Dios y a los hombres?
Tener método: ser atento, inteligente, razonable, responsable y enamorado.