¿Qué hay en mi vida de búsqueda, sueño, anhelo, deseo… vinculado con Dios? Si en mi vida hay un palpitar por algo más grande que las pequeñeces de mis pecados, de mis intereses, de mis egoísmos, de los problemas cotidianos, que al lado de lo que sufren migrantes, mujeres violadas, niños sin padres o con una pésima educación, jóvenes encerrados en la droga, el aburrimiento o sinsentido de la vida. Pero en mí, palpita algo al mirar el cielo, al respirar un aire puro suscita en mí algo que me lleva más allá de mí mismo desde el interior de mi ser. A eso llamo conexión con el Absoluto, con el Dios de la vida que cada adviento navidad viene a evaluar la calidad de mi esperanza, a confrontarme con mi verdad: ¿Estoy atrapado en mi ideología o estoy liberado por mis sueños y esperanzas?
Al hacer memoria de la intención de un Creador, que no es un simple hacedor de cosmos o milagros, sino de un Padre/Madre que su sentido solo se encuentra en la relación con sus hijos, con sus hijos e hijas, con lo creado y engendrado por amor. La historia me revela un sentido y una finalidad, no estamos hechos para vivir en el aislamiento y la mejor manera de relacionarnos con otros para desvelarse nuestra verdad solo es posible en el juego de posibilidades que me abre el vivir la historia. Y la historia puede estar llena de horrores y errores, pero también de oportunidades donde se juega la libertad de nuestro ser, de nuestra relación con otros y con Dios.
Adviento nos prepara para la navidad y navidad me recuerda el proyecto creador, Dios es comunidad de amor, y porque no le gusta vernos sufrir se comunica libremente en esta historia con quien tiene sueños y esperanza, con quien busca la verdad, la justicia. Por ello, estos cuatro domingos nos recuerdan lo esencial de nuestra historia creyente, los sueños no se claudican, las cuatro primeras lecturas del Antiguo Testamento, en especial la de Isaías, son los sueños de Dios y su pueblo para que las espadas se conviertan en arados, las lanzas en podaderas (primer domingo de adviento Isaías 2:1-5). Un sueño muy concreto y muy difícil es que el lobo habite con el cordero y no se lo devore (segundo domingo Is 11: 1-10). Para festejar con gozo y profunda alegría este caminar histórico, sed fuertes, vuestro Dios, llega (tercer domingo de adviento Isaías 35: 1-6; para mirar la promesa hecha vida y ternura en el único signo del amor de pareja, en los proyectos históricos –sociales, “el niño envuelto en pañales” (cuarto domingo de adviento Is 7: 10-14). ¿Podré compartir la misma o mejor esperanza o me dejará aplastar por el peso de una realidad dura y que se ríe a carcajadas de los soñadores históricos que hace memoria el adviento?
Querido joven tu eres un soñador por excelencia, tus sueños te hacen caminar, estudiar, enamorarte, a veces ilusionarte, pero jamás te dejas aplastar mientras despiertes y puedas caminar, puedes volar. Evalúa más que la calidad de tu esperanza, tu capacidad de cuidar las raíces del árbol de tu vida para que puedas crecer alto y volar lejos . Adviento es una gran oportunidad. Recuerda:
Todo en la realidad que me rodea es dialéctico, oposición entre fuerzas que se oponen. También mi vida se juega a diario en una continua lucha de contrarios que pugnan por imponerse el uno al otro. Todo sueño tarde o temprano chocará con la realidad de lo cotidiano, de lo impuesto, de lo innegociable ¿Vencerá la inercia de quedarse en lo sabido, conocido, conquistado, establecido? El balance hay que hacerlo de continuo, en cada cerrar o abrir los ojos, en cada deseo que nace o que dejo morir, en cada minuto que aprovecho o dejo pasar, en cada decisión que tomo o aplazo…
Adviento me prepara para la navidad y navidad me revela la revolución de la ternura y ¿qué es ternura? “Es el amor que se hace cercano y concreto” (Papa Francisco, Fratelli Tutti, 194). Eso es la Encarnación de Dios, que me revela su poder como cercanía, su presencia como compañía amorosa y su proyecto como la fuerza de lo débil: En mi debilidad me haces fuerte. Sólo en tu amor me haces fuerte.
Mantener la ilusión por lo nuevo, perder el miedo a lo desconocido, aventurarse a lo imposible… no es posible desde las solas fuerzas de nuestra vida entregada. La esperanza de la luz final mantiene despierto al vigía, la esperanza de una tierra nueva mantiene el caminar del pueblo, la esperanza de una promesa cumplida mantiene la palabra vacilante de la voz que clama en los desiertos de ayer y de hoy. No es una utopía lo que nos anima sino la vida empeñada de un Dios que desciende de su cielo para andar a nuestro mismo paso.
POR:
P. Fabricio Alaña E, sj
Coordinador de Identidad y Misión PUCEM
falana@pucem.edu.ec
PARA PENSAR
¿QUÉ ES EL ADVIENTO?
Reavivar los sueños.
¿CÓMO PODEMOS REAVIVAR LOS SUEÑOS EN ADVIENTO?
Haciendo memoria de la esperanza de nuestros antepasados sabiéndola releer.
¿CÓMO VIVIR LA ESPERANZA?
Practicando la ternura como un amor concreto y cercano.
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