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¡CARLOS, BETY: AYÚDENME A REPENSAR EL PAÍS!


Carlos un adolescente de segundo de bachillerato de un colegio privado. Y Bety una hermosa universitaria de primer año de medicina. Conversan en un café virtual que se abrirá este 2 de junio a las 15:30 horas en la plataforma zoom de la FEDEC-G, (Federación de Establecimientos Católicos del Guayas, evento abierto para cualquier persona que desee saborear su propio café y a la vez profundizar en la sabiduría del hacer pedagógico. El Café se llama: “Cafeteando con Rizo”, otro día explicamos por qué se llama así). Quien pide la ayuda es un sacerdote llamado Fabro, ya mayor, enfermo limitado pero un apasionado lector, enamorado de la educación y de la vida, que hoy está luchando contra las consecuencias del COVID19, y por eso inventó este café para no perder las esperanzas y para compartir ilusiones y reflexiones que puedan ayudar a salir de la crisis.


Fabro se comunicó con Carlos y Bety de dos familias distintas, colegio y universidad, hijos de dos grandes amigos suyos que fueron alumnos cuando Fabro era maestro de secundaria. Hoy es un animador de educadores, que se encuentra triste por el dolor de muchos amigos, personas y la muerte de muchos, frustrado ante las consecuencias económicas y sociales que está trayendo el COVID19, pobreza, desempleo, falta de productividad, trabajo, los pobres son cada vez más pobres, se baja el sueldo a los maestros que tienen la profesión más importante del país: cuidar y ayudar al desarrollo de los jóvenes. La violencia en las casas aumenta por el encierro como señal de falta de ternura y de valoración de la familia, en las calles se aprovechan de los débiles, mayor corrupción, aumento de precio en cosas elementales y necesarias.


Fabro como sacerdote se siente decepcionado, primero de él mismo, siente que le falta creatividad y fuerza, cree que la solución solo debe venir de él y no molestar a Dios, ve en su Iglesia y comunidad de fe, mucho pietismo y a veces fanatismo: solo quieren rezar, hacer novenas y que Dios venga a resolver nuestros males. Fabro ya no aguanta, no es eso lo que aprendió del evangelio de Jesús de Nazaret: he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10:10).


Hoy vivimos una cultura de muerte. Conocía de las inteligencias y madurez de sus amigos jóvenes, no por las notas, sino que en momentos de crisis, cuando hubo un terremoto en su zona, ellos organizaron grupos de jóvenes para salvar vidas, hacer campañas, crearon páginas web y plataformas digitales para captar fondos, comunicar propuestas. Fueron verdaderos líderes y demostraron un corazón solidario. Los jóvenes tienen la salida a muchos males, como aquel joven del evangelio en el capítulo seis de Juan, cuando ante cinco mil personas sin contar mujeres y niños, Jesús siente lástima, ¿qué hacer?, que se vayan dijo Tomás, no tenemos comida dijo Judas, pero un Joven dijo “yo tengo cinco panes y dos peces”, Jesús con eso los multiplicó y dio de comer y sobró en abundancia.


Carlos dijo a Fabro, que lo entiende, pero no podía creer cómo un sacerdote se puede desanimar y más uno con una historia llena de desafíos, muchos de ellos, superables. “Usted enseñó a mi papá que la fe mueve montañas”, vamos Fabro, lo que hicimos hace cuatro años provocando solidaridad hoy lo podemos hacer. Bety intervino, lo entiendo Fabro, a mi me apena cuando en la universidad la cuna del saber, de la investigación deberían crear soluciones nuevas a desafíos nuevos, no lo hace y hoy tenemos la necesidad de Repensar el país, la vida, no solo solucionar los problemas.


Bety haz dicho REPENSAR EL PAIS. Sí eso, y qué entiendes por repensar el país, querida Bety, -ir a la Raíz, a la esencia de lo humano, conectándose con su yo más profundo renace la vida, se produce la energía que nos hará resilientes, seres capaces de salir adelante en medio del dolor. Carlos, pregunta, ustedes están hablando en difícil, algo de eso escuché alguna vez en mis clases de filosofía, pero solo las entendí cuando en mi colegio se actualizaron pédagógicamente e hicimos un aprendizaje basado en proyecto y este interdisciplinario, y entendí que la esencia de lo humano era reinventarse, que la inteligencia no deja nunca de buscar la verdad, la bondad y la belleza. Así que REPENSAR ES VER EN PROFUNDIDAD Y CONSTRUIR NUEVOS CAMINOS DEL SER como persona y como pueblo, sintetizó Fabro. Excelente, dijo Bety, vio padre, usted ha sacado lo mejor de mis padres, usted nos habló de un Dios misterioso y escondido, pero que no es enigma ni acertijo, sino amigo verdadero y dador de vida, no somos marionetas de Dios, pero tampoco somos huérfanos del Absoluto, del único Padre que en su hijo Jesús nos da el Espíritu como la fuerza de la vida, para consolar, animar y crear, somos cocreadores padre, usted nos enseñó eso, ahora nos toca demostrarlo.


La crisis de hoy no es geológica ni biológica, sino de humanidad, se requiere una nueva humanidad que piense que el fin no justifica los medios y que solo educándonos podremos embellecer la sociedad, en donde la actitud de salir adelante es la clave, pero desde la ética, creando una “civilización de la austeridad compartida”, basta ya de tantos lujos superficiales, de acumular dinero a costa de la especulación y sufrimiento de otros. Solo “compartiendo avanzamos”. –Verdaderamente, como dijo el poeta: “juventud divino tesoro”, pronunció Fabro después de su café con los jóvenes.


Reflexionemos:

¿QUÉ NOS HA TRIADO EL COVID19?

Más muerte, más desgracia, más problema.


¿QUÉ NOS HA REVELADO EL COVID19?

La fragilidad humana y derrumbar una sociedad basada en la diferencia y competencia.


¿CÓMO PODEMOS SUPERAR EL COVID19?

Repensando el país y recreando la sociedad humana.


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