El Papa Francisco, nuevamente nos sorprende con un escrito que nos invita a recuperar el sentido simbólico de la razón, así como se sentido utópico y emocional, en un mundo en donde predomina la razón instrumental a calculadora que solo valoras lo que produces, da rentabilidad o responde a la observación y experimentación. Entonces, querido joven y amigos solo se valora lo que me sirve, puedo evidenciar y reduzco el mundo maravilloso de las relaciones humanas a lo que es útil o puedo sacar provecho.
El Papa invita a trascender la vida, a creer en tus emociones sinceras que pueden ser creativas, sorprendentes y que buscan el gozo de las relaciones bellas, la esperanza de ir más allá de lo que hoy padecemos y sufrimos y la admiración por el hombre y mujer que somos o nos relacionamos que no se pueden reducir a lo que yo pienso o siento y que me invita a ir más allá. (Fabro sj).
Queridos poetas, sé que están hambrientos de sentido, y por eso reflexionan también sobre cómo la fe interpela la vida. Este “sentido” no se puede reducir a un concepto, no. Es un significado total que adquiere poesía, símbolo, sentimientos. El verdadero significado no es el del diccionario: ese es el significado de la palabra, y la palabra es instrumento de todo lo que hay en nuestro interior. He amado a muchos poetas y escritores en mi vida, entre los que recuerdo especialmente a Dante, Dostoievski y otros. También tengo que agradecer a mis alumnos del Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, con quienes compartía mis lecturas cuando era joven y enseñaba literatura. Las palabras de los escritores me ayudaron a comprenderme a mí mismo, al mundo, a mi gente; pero también para profundizar en el corazón humano, en mi vida personal de fe, e incluso en mi tarea pastoral, incluso ahora en este ministerio. Por eso, la palabra literaria es como una espina en el corazón que mueve a la contemplación y pone en camino. La poesía es abierta, te lanza a otro lugar.
Sois ojos que miran y sueñan. No sólo miran, sino que también sueñan. Una persona que ha perdido la capacidad de soñar carece de poesía y la vida sin poesía no funciona. Los seres humanos anhelamos un mundo nuevo que probablemente no veremos plenamente con nuestros ojos, pero lo deseamos, lo buscamos, lo soñamos. Decía un escritor latinoamericano que tenemos dos ojos: uno de carne y otro de cristal. Con el de carne miramos lo que vemos, con el de cristal miramos lo que soñamos. ¡Pobres de nosotros si dejamos de soñar, pobres de nosotros!
El artista es el hombre que mira con los ojos y al mismo tiempo sueña, ve más profundamente, profetiza, anuncia una forma diferente de ver y comprender las cosas que tenemos ante nuestros ojos. De hecho, la poesía no habla de la realidad a partir de principios abstractos, sino escuchando la realidad misma: el trabajo, el amor, la muerte y todas las pequeñas grandes cosas que llenan la vida. El suyo es, para citar a Paul Claudel, un “ojo que escucha”. El arte es un antídoto contra la mentalidad de cálculo y uniformidad; es un desafío a nuestra imaginación, a nuestra forma de ver y entender las cosas. Y en este sentido el Evangelio mismo es un desafío artístico. Posee esa carga "revolucionaria", que tú conoces bien, y expresas gracias a tu genio con una palabra que protesta, llama, grita. La Iglesia también necesita de su genio, porque necesita protestar, llamar y gritar.
La poesía es el lugar donde muchas veces se experimenta a Dios. Una experiencia que siempre está "desbordante": no puedes tomarla, la sientes y va más allá; siempre está rebosante, la experiencia de Dios, como una tina donde el agua cae continuamente y, al cabo de un rato, se llena y el agua se desborda, se desborda.
Esto es lo que quisiera pedirles también hoy: ir más allá de las fronteras cerradas y definidas, ser creativos, sin domar sus ansiedades y las de la humanidad. Tengo miedo de este proceso de domesticación, porque me quita creatividad, me quita poesía. Con la palabra de la poesía, reúne los deseos inquietos que habitan en el corazón del hombre, para que no se enfríen y no se apaguen.
Ésta es su labor como poetas: dar vida, dar cuerpo, dar palabra a todo lo que el ser humano experimenta, siente, sueña, sufre, creando armonía y belleza. Es un trabajo que también puede ayudarnos a comprender mejor a Dios como el gran "poeta" de la humanidad. ¿Te criticarán? Bien, soporta la peor parte de las críticas y al mismo tiempo intenta aprender de ellas. Pero aun así no dejes de ser original, creativo. No pierdas la maravilla de estar vivo.
Queridos poetas, gracias por su servicio. Continuar soñando, preocupándonos, imaginando palabras y visiones que nos ayuden a comprender el misterio de la vida humana y a orientar nuestras sociedades hacia la belleza y la fraternidad universal.
Ayúdanos a abrir nuestra imaginación para que vaya más allá de los estrechos confines del ego, y se abra a la realidad en su totalidad, en la pluralidad de sus facetas: de esta manera estará disponible también para abrirse al santo misterio de la ¡Dios, sigue adelante, sin cansarte, con creatividad y valentía!
Los bendigo. Francisco
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿POR QUÉ ES NECESARIA LA POESÍA?
Por hacernos mirar más allá de lo instrumental.
¿QUÉ HACE A UN POETA SER POETA?
Su originalidad, creatividad en el uso de la palabra al servicio de la vida.
¿POR QUÉ NECESITAMOS A LOS POETAS?
Nos invitan a cantar la bella de la vida y las relaciones humanas.
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