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¿COLEGIOS POSADAS?



En el marco de los 20 años de la FEDERACIÓN LATINOAMERICANA DE COLEGIOS JESUITAS (FLACSI), el Papa Francisco envió un video mensaje para la federación que abarca más de 90 centros educativos. Deseo compartir contigo joven y contigo educador, educadora, padre o madre de familia la gran invitación que nos hace el Papa Francisco como pastor de la comunidad creyente universal, sobre lo que realmente identifica a un centro educativo católico, y si ves más allá de las palabras a un centro educativo en general, en cualquier parte del mundo, ya que todo centro está llamado a formar hombres y mujeres íntegros, por algo se define a la educación “como el arte de acercarse con respeto y amor al alumno para que se despliegue en él una vida humana plena” (A. Pérez).


El Papa, lo primero que dice a los educadores católicos ignacianos, es que si ustedes son en verdad educadores deben presentar con su vida, con sus palabras y con sus métodos al modelo de humanidad que es Jesús. Pero, Papa Francisco, ¿Acaso lo primero no es el conocimiento y las teorías científicas de comprensión del mundo? Eso lo hace cualquier centro educativo, fomentando una razón instrumental, técnica que ha provocado la destrucción del planeta, las guerras y violencia entre los hombres. Lo esencial en un centro educativo no es la gestión del conocimiento, sino la gestión de las relaciones humanas. “Jesús nos enseña a relacionarnos con los demás y con la creación. Él nos enseña a salir, a encontrarnos con los pequeños, con los pobres, los descartados. Jesús siempre busca a la gente”.


Los centros educativos como propuesta masiva nacieron en plena época industrial. La escuela se parecía a la gran fábrica que debía producir, a la cárcel que debía corregir, cuando no a un hospital que debía curar. Lo común a ese modelo era la separación para la instrucción o la realización de su tarea, los espacios simétricos y en serie. Por ello, nos está invitado más que a la innovación a la transformación de la educación, es el modelo de ser humano y la finalidad de la vida lo que está en juego. Invita, el Papa a “que nuestros colegios formen corazones convencidos de la misión para lo cual fueron creados, con certeza de que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los demás”. Si un plan de estudios no tiene como centro la formación de la persona, los problemas de la vida, el cuidado de la creación y la capacidad de relacionarnos unos con otros, no será centro educativo, peor católico. “La vida que se guarda termina siendo un objeto de museo, con olor a naftalina. Y eso no ayuda”.


¿Cuál es la imagen de un centro educativo que hoy nos venden los asesores del marketing educativo, de los planes estratégicos y de las alianzas de mercado? Para muchos es el del “Mall center” o templos del consumo, en donde los centros educativos, templos del saber, se diluyen en la imagen de la figura histórica dominante del mercado. Grandes instituciones, donde no entran los pobres ni migrantes por los vigilantes, cámaras y seguridades por doquier. Y como los centros comerciales, los colegios deben ofrecer de todo, inglés, computación, deporte, arte, lenguas, robótica y demás necesidades reales, que muchas veces se priorizan olvidando lo central de la verdadera formación: el Desarrollo Humano Integral, las relaciones que contagian vida, esperanza y que ayudan a construir un futuro mejor.


El Papa al decirnos que la verdadera imagen de un colegio es la “posada”, nos dice que nuestros centros son educativos, “Por ser de puertas abiertas reales y no solo de discurso, donde los pobres puedan entrar y donde los alumnos puedan salir al encuentro de los pobres”. Propone una cultura diferente a la cultura del descarte que hoy se vive, propone la cultura del encuentro. Como nos decía el padre Peter Hans Kolvenbach, anterior superior jesuita del mundo, que el verdadero criterio de una persona que ha sido formada en un centro jesuita: Deberíamos exigir a todos nuestros alumnos que usen la opción por los pobres como un criterio, de forma que nunca tomen una decisión importante sin pensar antes cómo puede afectar a los que ocupan el último lugar en la sociedad.”


Francisco profundiza más: “Colegios que no se enrosquen en un elitismo egoísta, sino que aprendan a convivir con todos, donde se viva la fraternidad sabiendo que todo está conectado y recordando que la fraternidad no se expresa, en primer lugar, como deber moral, sino más bien como la identidad objetiva del género humano y de toda la creación. Somos creados en familia, como hermanos”, y si un colegio es académico, su verdadera propuesta es hacer pensar y el formar en la criticidad de lo que se vive y se conoce, para ello el discernimiento: “Deseo que los colegios enseñen a discernir, a leer los signos de los tiempos, a leer la propia vida como un don para agradecer y compartir. Que tengan la actitud crítica de modelos de desarrollo, producción y consumo”.


Por

Fabricio Alaña E.


PARA PENSAR:

¿QUÉ ES LO ESENCIAL EN UN CURRÍCULO?

La persona como centro y sus relaciones.


¿Cuál ES LA IMAGEN AUTÉNTICA DE UN COLEGIO?

COLEGIOS POSADAS


¿Cuál ES EL CRITERIO DECISIVO DE LA FORMACIÓN?

El tomar decisiones en función de los pobres de la tierra.

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