EN EDUCACIÓN ¿Qué nos falta?
- fabroparatijoven
- Jun 8
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Hablo como docente de chicos de una universidad católica, como ex rector y docente de dos grandes colegios, y como ex director de un gran movimiento de educación popular- Así, como docente elearning, de tres universidades, una de Manta, otra de Paraguay, otra de Colombia. Desde estos contextos ciertamente puedo decir, a pesar de la penuria económica en algunos de nuestros centros educativos, QUE PLATA NO FALTA.
¡No falta plata! ¡Estás loco! Examínese cada cual. Siempre nos hará falta la plata. La pregunta está en ser honestos en preguntarse ¿para qué? En el área de educación en todos los centros que les he dicho, he visto nuevas infraestructuras, fabulosos edificios, canchas, modernos equipos de tecnologías, robótica, el uso de inteligencia artificial. Todo un prodigio de cosas que muestran la gran creatividad del ser humano, del homo faber, al homo técnico. Lo que da paso del ser obrero al ser tecnócrata, del ser humano que con sus manos e inteligencia hace las cosas, pasamos al sistema de algoritmo que te dice cómo debes hacer las cosas.
¿QUÉ FALTA EN EDUCACIÓN? ¿plata? ¿recurso? Con el perdón de muchas docentes, padres de familia, directores que trabajan en zonas muy pobres y que de verdad le falta de todo. Yo me dirijo a aquellos que veo, que tenemos de todo: ¿estamos consiguiendo los objetivos de la educación? ¿mas si decimos que nuestra oferta es integral por ser católica? Y es aquí donde vienen los llantos, las dudas del perfil de egresado que estamos sacando de nuestros centros educativos. No quiero documentos, están clarísimo, quiero testimonios. Y allí, los hay. Para muestra basta un botón.
En la ciudad donde trabajo, tengo en mi universidad muchos chicos ex alumnos de un gran colegio católico, y muchos están estudiando medicina. Cuando les pregunto ¿por qué elegiste medicina? Las respuestas son poco convincentes, no muy impactante. Porque mi papá es doctor, por la clínica de la familia. Alguno dice sinceramente, para ayudar a curar a la gente, que no es lo mismo que ayudar a la gente, en especial pobre. Cuando les pregunto cuántos de sus papás le dedican unas horas a la semana al consultorio popular de la fundación que lleva el colegio donde se graduaron. En los cuatros años que llevo dando clase a los de medicina, ninguno de sus padres tiene tiempo para esas obras de caridad. Eso no quita que hagan otro tipo de ayuda a mucha gente incluso. Pero, el hacerlo institucionalmente, es pensar a largo plazo, buscar mediaciones de más de impacto que ayudas sueltas. Esa es la labor de una verdadera fundación social y de una persona que busca curar, no solo aliviar.
¿Qué necesitamos para hacer pensar a los chicos por sí mismo? ¿Qué testimonio de una vida de entrega o de calidad humana estamos dando los docentes a nuestros alumnos para contagiarles la compasión por el que sufre, el compromiso por sacar adelante el país? Suelo, también preguntarles a mis estudiantes de medicina ¿qué tipo de médico quieres ser? –La respuesta que dan es: bueno, pues-. Y ¿qué es ser buen médico o médico bueno? ¿Estudias para curar enfermedades? Eso ya es bastante y te felicito. Pero, ¿estudias para cambiar el pésimo sistema de salud del país? Eso es ser médico bueno.
Siempre lo he dicho, la tecnología es un medio, no un fin. El fin es la persona. Formar personas es lo que hace bueno a un centro educativo. Pero no cualquier persona. La persona pensante es la que busca soluciones creativas e innovadores a los problemas humanos, comenzando por los pequeños gestos, que generan grandes acciones: ¿cuánto tiempo le dedico a ponerme en el lugar del otro y no meramente a solucionar el problema del otro?
Hoy hacen falta maestros capaces de encender en sus alumnos, bien sean niños, chicos o grandes, la chispa que despierta la curiosidad, elemento esencial que conduce hasta el saber, que mantiene la mirada atenta y los oídos bien abiertos.Hombres y mujeres que con su conocimiento y sus palabras de entusiasmo despiertan los sentidos, conducen a sus alumnos hacia lugares sorprendentes a veces emocionantes, algunos meramente prácticos y otros casi, casi pertenecientes a la ficción.Maestros cuya seriedad otorga un valor de peso y credibilidad a sus palabras y enseñanzas.Hoy hacen falta maestros….…que saben valorar en su justa medida los logros y el esfuerzo sin alentar la competencia ni arengando la rivalidad. Enseñando que la mayor satisfacción ante el éxito queda en uno mismo, disfrutando calladamente de la valía de uno y de sacar adelante un reto.…que ante los pasos de quienes quedan rezagados, son capaces de tender su mano para salir adelante, sin provocar un sentimiento de fracaso.Hoy se necesita el carisma de una persona que se te acerca sabiendo quién eres, soñando qué puedes ser y provocando a sacar lo mejor de uno mismo. Retando a andar.
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿QUÉ NOS FALTA EN EDUCACIÓN?
Saber lo que necesitan nuestros alumnos para ser buenos profesionales y personas buenas. Nos quedamos a la mitad.
¿CÓMO SER UN BUEN PROFESIONAL Y UNA BUENA PERSONA EN UN PAÍS DE MUCHOS MALES?
Pensando con creatividad e innovación los problemas humanos.
¿QUÉ TIPO DE MAESTROS NOS FALTAN?
El carisma de maestros que sueñan por sacar lo mejor de sus alumnos.
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