“Al final del Camino me dirán: -¿has vivido? ¿has amado?- Y yo, sin decir nada, ABRIRÉ EL CORAZÓN LLENO DE NOMBRES”, (Pedro Casaldáliga).
A nombre de los que recibiremos esa distinguida medalla, que los representantes de nuestra ciudad podrán en nuestro corazón más que en nuestro pecho; me toca decir gracias. Con disculpas por la comparación, para quienes tenemos fe y experimentamos en la eucaristía el alimento de vida, nos sentimos indignos, pero la necesitamos y por ello seguimos caminando. Lo que nos acerca no son los méritos sino la com-pasión, el sentirnos acompañados por un amor real. Algo parecido es lo que hoy sentimos. Como dice otro poeta: “Para vivir no quiero/ islas, palacios y torres/ ¡Qué alegría más alta: vivir en los pro-nombres!” (Salinas). Al final de un camino, es necesario rendir cuentas. Hoy mostramos no manos llenas, sino abiertas, ni rostros orgullosos, sino transparentes, lo que sí tendremos es un corazón lleno de nombres:
¿Cuántos nombres no hay en un Centro Educativo, como la PUCE, sede Manabí, de la Compañía de Jesús? ¿En la U.E Jean Piaget, representada por su rectora Lorena Veliz? Padres y Madres de Familia, docentes, administrativos y personal de servicio, y sus chicos razón de ser de conformar una COMUNIDAD EDUCATIVA y no mero centros del Saber; donde lo esencial es formar personas y no meramente transmitir conocimientos. Hombres y Mujeres, conscientes, competentes, pero sobre todo comprometidos en el desarrollo de su persona como de su comunidad local y global. Cada vez somos más “ciudadanos del mundo”, en donde el desafío está en saber dialogar y cuidar nuestras raíces, para que nuestros sueños y proyectos tengan sentido. El P. Ignacio Ellacuría, sj ex rector de la Universidad del Salvador, nos decía que lo esencial de una Universidad no es ser sede del saber, sino UN PROYECTO SOCIAL donde se piensan las soluciones a los problemas de la comunidad y no pueden ser las mismas respuestas a los problemas de hoy. Creatividad y libertad, comunión y participación es la clave para un pensar situado, que corresponda a lo que una ciudad, país o región requiere.
Los profesionales competentes que salen de una propuesta educativa como la descrita, están hoy representados en sus exalumnos, como el Dr. Vicente Villacreces, en su proyecto empresarial pero ante todo de servicio, Manahospital, futuro hospital universitario de los estudiantes de medicina de la PUCE Manabí Y no digamos del científico que supo unir las ciencias de la salud con las nuevas tecnologías, el Dr. Carlos Robles M, ambos con Lorena ex alumnos del Cristo Rey.
¿Cuántos nombres no hubo en el 2008 cuando reconstruimos la CASA WILFRIDO LOOR y se la entregamos a la Ciudad? ¡Cuando ampliamos el comedor y el departamento de fisioterapia de la FUSCREY! ¡cuando apoyamos a FUNADELAN en sus obras sociales y las interpelamos para que hagan un proyecto grande para la ciudad, como EL ALBERGUE DE ATENCIÓN DIURNA AL ADULTO MAYOR! Hoy en proceso. ¿Cuántos nombres, lágrimas y sonrisas hubo desde la U.E Javier de Guayaquil al ayudar a nuestros hermanos del 16A con 60 casas de HdC y veníamos con los chicos a campamentos de dos días a construirlas en RIO CHICO, CAÑITAS Y CANOA? ¡Cuántas sonrisas y abrazos nos han dado nuestros hermanos migrantes, mujeres y niños de la calle de Portoviejo, Manta, Bahía, gracias a las campañas de navidad en estos últimos cuatro años!
Pertenecer a una ciudad no es cuestión de geografía o datos históricos, es la conjunción de las coordenadas espacio-temporales donde la libertad, verdad y belleza de su grandeza la hace su gente, y qué grande son nuestros hermanos que viven en el campo; en donde la mujer manabita llena de sus múltiples cualidades destaca su talante, talento y energía, su creatividad y coraje por cuidar la vida, representada hoy por Lourdes Vera Bravo y el grupo de mujeres Hermanas de la Tierra. Junto con ellas el comunicador del espíritu de un pueblo don Miguel Brito Mieles, para terminar al reconocimiento post mortem a dos grandes luchadores, forjadores de vida y emprendimiento: Diocles Casanova y su esposa, comerciantes de calidad humana y cristiana. Quién no ha sido atendido con una sonrisa y un buen precio en sus elixires de vida, quién no los vio ayudando a gente pobre con comida e insumos. Mi palabra rompe los espacios del silencio para agradecer en representación de ocho células de servicio inclaudicable, personas y entes que han hecho de la visión de servicio y ayuda, un himno cotidiano, una letanía y salmo de amor para el prójimo y con ello una entrega a Dios de manera real efectiva y amorosa.
Lo que hace ocho años comenzó en Portoviejo, no fue un simple proceso de transformación gerencial y urbano, que se nota, sino un verdadero crecimiento de su gente, como dice el dicho PORTOVIEJO NACE DE TI, que nuestro poeta, Primitivo Ganchozo especifica: “De ti nace obrero altivo/ empresario y artesano/ educador soberano/ y artista todo creativo/ oficinista expresivo/ estudiante sin edad/ nace de ti la ciudad/ cuyo valle es cobertor/ del político y señor/ que te ofrendad probidad”
Para que Portoviejo siga creciendo y su gente amando hace falta reinventar la política, y entenderla no como el lugar de componendas y pactos, el arte de lo posible, sino como el saber gerenciar los sueños de sus ciudadanos, y estos entenderse como sujetos de leyes y derechos y no simples destinarios, objeto de acuerdos. Hay que discernir realidades para construir un proyecto para todos y de todos. Quedándonos el desafío de unir los dos polos que en la gerencia de lo público no se suele tener en cuenta para pensar la ciudad desde ellos también: los niños y jóvenes por un lado y los adultos mayores por otro. Debemos pensar las nuevas realidades: ¿ciudades inteligentes o ciudades sostenibles? Y gracias a sus adultos mayores aprovechar su sabiduría para disfrutar del sentido de la vida, más que de acciones y obras. Queda la vara muy alta al nuevo GAD cantonal, pedimos sensatez y le deseamos sabiduría y humildad para seguir creciendo: humana e integralmente y no solo técnicamente.
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿QUÉ ES UNA CONDECORACIÓN?
Un reconocimiento al amor.
¿CUÁL ES EL MAYOR AMOR QUE HAY QUE TENER?
Al Bien común, a tu ciudad, país.
¿CÓMO AMAR EN UNA CIUDAD COMPLEJA?
Aprovechando la sabiduría de sus mayores.
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