Diálogo del Padre Fabro con sus alumnos de ética. Chicos: ¿Listos para la pregunta decisiva de la vida? - ¿Cuál Padre Fabro? – esta no va al examen de la asignatura, sino al examen de la vida. –Ya padre, vamos al grano- Paciencia hijo, sin paciencia no conquistas el Chimborazo, una de las montañas más grande del mundo. Y esa debe ser tu meta, grandes cimas que digan la excelencia humana que formó el colegio.
¿Cuál es la pregunta, entonces Fabro, que revelará lo que somos? Partimos del análisis de todos tus estudios, deseos, aspiraciones y luchas, que en ética representan el saber dar razón de tus actos y acciones al final de tu vida ¿con qué te quedarás?.
Fabro, por Dios, deja de asustarnos. No hijo, eso no es para asustarnos, es para pensar. Y la educación tiene una asignatura pendiente saber pensar en el final de la vida, que llamamos muerte. Se trata de usar la imaginación y saber aconsejar a otros para reflexionar, de forma refleja, hacia uno mismo, qué haríamos nosotros, cómo quisiéramos morir. Así valoraríamos la vida hoy.
Fabro, a nadie nos gusta pensar en la muerte. Además, no se trata de prepararla, pues, muchas veces te coge desprevenido, no depende de ti. Correcto, chicos, por eso mismo, debes vivir cada día como si fuera el último. Si tienes claro el fin de tu vida, deseas ser feliz, hacer el bien, ser productivo, ser solidario y no encerrarte en tus lamentos y aflicciones, porque sabes asumir el peso de la finitud de la vida. Lo mejor que puedes hacer es vivir cada día a plenitud, como si fuese es el último día de tu vida. Así, tus deseos, anhelos y esperanzas se hacen realidad y no se quedan en meras intenciones subjetivas. Claro que no has dado todo, no has conseguido todo, pero reflejarás tu actitud ante la vida y tus pensamientos profundos como señal de tu ideario de vida. Y eso es lo que necesitamos en este mundo lleno de tanta miseria y mediocridad. Personas que sepan vivir con sentido y que el futuro final solo se consigue si sabes enfrentar el futuro cercano por tus actitudes y acciones concretas en pro de tus metas e ideas, entonces, el final es una develación de lo que has sido, de lo que eres. Lo que serás, es plenitud consumada.
Fabro, creo que percibo la enorme necesidad de vivir el presente con sentido y no es solo haciendo cosas solo para mi beneficio y los míos. Dime, Fabro ¿por qué nuestra fe católica no mueve montañas, no transforma corazones y la sociedad? Daré mi respuesta chicos, pero todo dependerá si sabremos oír para entender. Es una propuesta y la libertad se ejerce en todo desde los actos mentales, como los de la voluntad y más los del hacer que revelan nuestro ser real, lo que somos.
El Evangelio es claro, y solo lo entenderá el corazón que pueda usar la imaginación. Por ello, es que el cristianismo está por desarrollarse. El mensaje de Jesús por hacerse. En Lucas 16 hay una parábola dura- Y eso que Lucas es el que nos presenta la misericordia como motor del cristianismo, la alegría como producto del encuentro con el Señor y la oración como fuerza para la vida. Pero todo eso lo hace desde lo social como único lugar de verificación de nuestros ideales.
Había un rico, que no hacía daño, pero acumulaba y acumulaba bienes, nunca se dio cuenta de la miseria de un pobre Lázaro. Cuando murieron el rico fue al fuego del infierno y el pobre al cielo. Metáforas para pensar en el final de la vida no como lugares físicos, sino existenciales. Ojalá lo entendamos. Lo cierto es que hay un abismo entre una vida que acaba pensando en acumular y otra que no tiene mayor bien o nada. El rico pedía al Padre Abrahán que salve a sus hermanos, que le envíe a un muerto para que entiendan que el acumular no produce la verdadera felicidad. Le responde: allí tienen la Ley, los Profetas y la Biblia, por más que envíe a un muerto no podrán salvarse si no se dan cuenta de la pobreza de la gente y del verdadero amor que es saber vivir con lo que se necesita y saber ser justo con el que no tiene nada. La dureza del corazón y la ceguera son la clave de nuestra propia condenación.
El final de la vida solo es prolongación del presente. Cómo se vive, se muere. La muerte es el paso a la plenitud, el no sentir carencia y la verdadera carencia es la falta de relación y valoración del otro como persona y como hermano. El cristianismo está por hacerse. Los cristianos hemos recibido un mensaje, muchas veces ideologizado, dogmatizado, pero no nos hemos atrevido a pensar y gustar por nosotros mismo la belleza de la fe y los desafíos del creer. El final, chicos, está en el principio. Un árbol que produce frutos no depende solo de su abono y cuidado, sino de la calidad de la semilla. Este tiempo de cuaresma es tiempo para pensar las estrategias del cambio para una vida sana, productiva y de hermanos y no lo conseguiremos si no hacemos puente entre los que tienen y no tienen. Mucho menos alabaremos a Dios que quiere que todos tengan vida y vida en abundancia. (Juan 10:10).
Por
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA SEGUIR PENSANDO
¿CÓMO VIVIR LA CUARESMA?
Buscando cambiar mis egoísmos.
¿CÓMO VIVIR LA VIDA?
A plenitud, pensando en el final vivo mejor el presente.
¿CÓMO HACER POSIBLE EL CAMBIO?
Usando la imaginación.
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