José estaba triste pues, no sabía cómo quejarse de un profesor que lo trataba mal, que no le explicaba. En fin, todo lo peor que un alumno puede decir de un docente. María, se le acerca a José, que lo conoce bien y escuchaba sus angustias. María le dice, sabes que te aprecio, somos buenos amigos, nuestras familias se conocen, yo te conozco. ¿No será que no has hecho deberes? ¿estás mal en notas y no has pedido tutorías? - José replica, “María, cuándo vas a creer en mí”- y decidió no hablarle más del asunto. El cerrarse al análisis por evitar profundizar o el creer que solo yo tengo la verdad, no es una vivencia solo de jóvenes. La sociedad entera, prefiere una mentira piadosa a una verdad que incomode.
Vamos José, déjate ayudar, no puedes perder el año. Vamos a contarle al padre Fabro. El Padre Fabro, lo primero que nos dirá es si ya hablamos con los tutores, sicólogos o el mismo docente. Recuerda lo que suele decir: “sigan primero los canales regulares”, “no se salten los procedimientos”, “busquen procesos adecuados para resultados oportunos y correctos”, así que mejor no. Bueno, y entonces José, qué hacemos le dice María. –“Mejor dejar pasar”, “esperar”, “a lo mejor el profe cambie de opinión”. No, no José. No hagamos eso, ¿para qué estudias? Si no es para adquirir capacidades que te permitan comprender problemas y encontrar soluciones. Acuérdate lo de la profe Mónica, “la educación para la comprensión, tiene cuatro dimensiones: el propósito, el método, el contenido y la comunicación, y eso nos permitirá captar los procesos que nos hagan encontrar soluciones”, así que José no te rindas, a lo mejor no has desarrollado una buena comunicación y no tienes un método que te ayude a comprender los contenidos de la vida real.
José, “tienes un problema, como dicen, sé parte de la solución, no esperes que venga un mesías o que el azar solucione tus males”. Tienes razón María, si ahora no busco entender qué me pasa y no busco alternativa a mis problemas cómo podré ser un gran abogado. –Me alegro José- . Vamos donde la sicóloga Daniela, ella es joven, inteligente, bonita y sobre todo, sincera. Vamos, intentemos encontrar alguien que nos haga pensar y encontrar un poco de paz.
“-Señorita Daniela- porfa nos puede atender. –Entren chicos- en qué los puedo ayudar. Señorita, José otra vez en problema con el profesor Juan y le tiene mucho miedo, no sabemos cómo puede resolver sus problemas.
Bien chicos, si no somos sinceros, no podré hacer mucho. La primera sinceridad es darse cuenta, de lo que te está pasando, ¿tienes un problema? ¿qué tipo de problema? Lo segundo es ¿quieres ayudarte? ¿quieres encontrar soluciones reales que te permitan descubrir los propósitos fundamentales de tu vida que no se negocian? ¿Deseas ser alguien que deje huella en el mundo o alguien del montón? Eso solo lo puedes responder tú José. Lo tercero, ábrete, simplemente ábrete, a ti mismo, a la fuente de la vida, a la audacia para crecer, recuerda que adolescencia no es sinónimo de problemas, sino de crecimiento, no tengas miedo a nombrar las cosas por su nombre.
Señorita Daniela, me ha hecho pensar y me ha dado tres pautas. Gracias, pero ¿cómo puedo dar el primer paso? Preguntó José. La sicóloga Daniela, solo comentó. Camina y mira: ¿qué es lo que no te deja ser mejor y hacer tus tareas? Pero ante todo ¿cuál es el propósito transformacional en tu proyecto de vida? Y si no lo tienes, estás a tiempo de sentarte a escuchar tu corazón, pensar tus sueños y ver cómo lo puedes armar, escribir en una hoja de ruta donde estén las metas que tengas este año que te lleven a la gran meta de ser un hombre auténtico y diferente
María, explicó todas las dificultades del docente con quien tiene problema José, pero decía sabe, la materia. No sabemos cómo acercarnos, cómo expresar y comunicar nuestras ideas y sentimientos. Escríbanlo, usen varias estrategias, pero no hagan lo peor de una decisión mal tomada, esconder la cabeza o no hacer nada.
–Dice, san Pablo, el “amor es paciente”, “el amor todo lo puede”. Un docente debe siempre tener claro que lo más efectivo es lo afectivo. Siempre y cuando recuerde lo de Aristóteles: “amar, es querer el bien para el otro en cuanto otro”. Un profesor nunca debe relativizar su rol, es docente debe enseñar, pero lo esencial del docente es que forma personas no meramente transmite conocimientos. Como decía Alfred Adler: “todos los fracasos humanos son el resultado de una falta de amor”. Atrévete a amarte a ti mismo José, siente la libertad de decir lo que vives y aprende a ser audaz de buscar metas y estrategias para no dejarte aplastar por la adversidad. En el proceso de enseñanza y aprendizaje pueden fracasar los dos, el docente y el alumno. Ánimo chicos, y atrévanse a amar con audacia.
Gracias profe Daniela, es linda y sabia y eso me inspiró hoy.
Por:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR
¿POR QUÉ LOS CHICOS FRACASAN EN SUS ESTUDIOS?.
Por no amarse a sí mismo.
¿CÓMO AMAR A UN DOCENTE?.
Con audacia sabiendo llegar y hacerlo pensar en rol auténtico.
¿CUÁL ES EL ROL DEL DOCENTE?.
Formar personas y no meramente transmitir conocimiento.
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