¿Tener buena suerte o mala suerte depende de los dioses o de la creatividad y coraje de los seres humanos? ¿Qué opinas querido Joven, que te acabas de graduar en un centro educativo, sea público, privado o fiscomisional, la finalidad es la misma?
Para responder a las preguntas puede ayudar de una manera simple ver el sentido de tus estudios, no digo tus notas. Los estudiantes son personas, por lo tanto, son más que número, por algo en los nuevos modelos educativos se evalúa integralmente, valorando y observando la apropiación de la propuesta educativa de sus centros, si han desarrollado su modelo de persona, en donde el método pedagógico que un colegio o universidad posee es el que garantiza que se consiga formar personas y no solo transmitir conocimiento, por esos las metodologías activas y/o ágiles son clave para ello. Y si eso es verdad el estudiante que sale de un centro educativo ha forjado su carácter, es capaz de enfrentar desafíos, es competente capaz de resolver problemas, es consciente conoce sus fortalezas y debilidades, pero sobre todo es comprometido asume riegos, se juega en la libertad y creatividad de sus opciones y propuestas y es compasivo lo mueve la sensibilidad por el desarrollo humano y no el mercado, el lucro o solo sus intereses. Siendo él un actor que señala lo que es humano; y “nada de lo que es humano, le es ajeno”.
La buena suerte o mala suerte no existe en la modernidad. La razón intenta resolver todo, pero conoce sus límites, maneja lo complejo y queda abierta a la novedad; no se encierra en la materialidad de las propuestas, sabe ver más allá, mira profundo. En esto consiste el “sapere aude”, el atrévete a pensar del filósofo Emanuel Kant. No encierra lo trascendente, la religión dentro de los límites de la razón, sino que no emite un juicio de razón y se abre al misterio de lo humano como apuesta de sentido formulando abiertamente la pregunta: ¿qué puedo esperar?
La posmodernidad actual, esa sí se encierra en el presente y en el gozo. Si hay un resurgir de lo religioso, es una religión sin Dios o es un dios sin Cristo. Solo un espíritu como conocimiento esotérico; simplemente inmanente, en el aquí y ahora. Y lo que se llama dios no es uno sino muchos, entonces sí para este tipo de pensamiento la suerte es buena o mala dependiendo de los astros, de la carta, de sus dioses; y no del “esfuerzo del concepto”; de la reflexión de la experiencia ni de sus competencias y habilidades, donde las habilidades para la vida son la clave del cómo forjar un futuro desarrollando actitudes y evaluando sus actos, reflexionando sus errores, trabajando en equipo, y siendo libres pensadores porque saben crear con sentido y amar a cabalidad. Este es el perfil de salida de una buena educación.
Para las personas que han sido educadas en el nuevo modelo educativo, que estamos hablando, no existe buena suerte o mala suerte, existen personas bendecidas y benditas, porque saben hablar bien de su ser sí mismo y de lo que han recibido, lo que los hace capaces de contagiar su bondad, verdad y belleza, por eso son benditas, contagian vida y soluciones. Y si tienen fe, reflejan al Creador comportándose como seres creados – creadores.
Desde la perspectiva anterior tiene sentido el copiar algunas ideas de un discurso de despedida de John Roberts, presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, 2017, en la graduación de su hijo del Instituto de secundaria, citado en “La Transformación de la mente moderna”:
“Espero que, de vez en cuando, en los próximos años, los traten injustamente, para que así lleguen a conocer el valor de la justicia. Espero que sufran la traición, esto les enseñará la importancia de la lealtad. Lamento decirlo, pero espero que se sientan solos de vez en cuando, para que no den por seguros a sus amigos. Les deseo mala suerte de vez en cuando, porque así serán conscientes del papel que desempeña el azar en la vida y que el fracaso de los demás tampoco es totalmente merecido. Y cuando pierdas, como ocurrirá en algunas ocasiones, que de tanto en tanto, sus adversarios se regodeen de sus fracasos. Es una forma que entiendan la importancia de la deportividad. Espero que los ignoren para que sepan lo importante que es escuchar a los demás, espero que sufran suficiente dolor para aprender a ser compasivos. Desee o no estas cosas van a ocurrir. Y que saquen provecho de ellas dependerá de su capacidad de ver un mensaje en sus des-gracias”.
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿EXISTE LA BUENA Y LA MALA SUERTE?
Solo para los que tienen miedo a pensar y ver más allá.
¿QUÉ ES LO QUE RELAMENTE EXISTE?
Personas bendecidas y benditas, que dicen y hacen el bien en sí y para otros.
¿QUÉ HACE A UNA PERSONA BENDITA?
Su fe, su educación y el ver más allá, aprovechar oportunidades.
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