¿MARÍA DE NAZARET ES MADRE DE DIOS? LA FE me dice que sí. ¿MARIA DE NAZARET ES MADRE DE JESÚS? La historia y los testimonios históricos me dicen que sí. ¿QUIÉN ES MARÍA DE LA MERCED? Una mujer campesina, bella, sencilla, de pueblo que acogió la PALABRA primero en su corazón, luego en su mente para colaborar con Dios en hacer verdad su amor, sus mercedes, sus bondades para con todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. “Llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer…para que recibiéramos la adopción de hijos” (Gálatas 4. 4).
¿Por qué podemos decir que María fue y es una bella mujer? Lo más certero, porque fue por la transparencia de su corazón, decía lo que sentía: “¿cómo puede ser eso, si no conozco varón?”, pero en especial transparentaba lo que anhelaba su pueblo y su corazón: “hágase en mí según su Palabra”. Es decir, María fue bella porque fue auténtica, fue y es original; no es copia de ningún reparto de papeles, es protagonista de la historia. Es auténtica porque no esperaba grandezas de recompensas, sino la dignidad de su pueblo: “Mi alma alaba al Señor porque el Poderoso ha hecho cosas grandes por mí; su nombre es santo y su misericordia trasciende de generación en generación”.
María colaboró para que el Proyecto de Dios, revelado en Jesús que los seres humanos desarrollen la mejor versión de sí mismo, sean humanos, dignos, solidarios, puedan aportar sentido a la vida, para una vida productiva, útil, en donde al ver al ser humano se vea a un hermano, hermana y no un enemigo hace que su corazón sea lo más bello de la historia porque desterró el cáncer que más daño hace a los humanos –la soberbia-. Lo que Dios hace con los seres que se abren a la novedad de la vida, al proyecto del Hijo de José y María es una nueva sociedad, solo posible para aquellos que “dispersan a los soberbios de corazón”. Lo que la mayoría pensamos es que los soberbios son los otros, no nos-otros. María fue grande porque incluyó en su corazón a todos, por eso estuvo firme en la cruz momento mayor de cualquier crisis. Su corazón no lo achicó ante las dudas y el dolor.
Y es la fidelidad de la mujer, de la madre, de la creyente la que la hace grande y bella. Y al final de la vida histórica de Jesús, María ya no necesita más palabras, sino la grandeza de los gestos y del silencio que acepta el misterio, de allí su belleza estará en permanecer al lado de los discípulos y en oración (Hechos 2), abrirse al misterio de la vida, que la plenitud es una vida con esperanza para una vida plena caminando con los que sufren.
El dolor de María como Madre, al ver en la cruz a su hijo, como mujer al sentir impotencia ante las limitaciones y maldades de la vida, revelan su fortaleza en su mirada tierna y en el brillo de sus ojos que no se dejan aplastar por la muerte ni el dolor, sino que revela su fe en apostar por el Dios de la vida en el abandono de su hijo al misterio del amor. Simplemente con estar al lado de su hijo en la cruz, es dejarse guiar por el amor de los discípulos, de los nuevos hijos manifiesta una belleza sin lugar por saber amar, luchar y creer.
La Vulnerabilidad sanadora, la compasión solidaria y empática, y su oración la hacen madre de los creyentes, bella por lo admirable de su fe y de sus gestos. Quiero finalizar con un breve poema de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, recogido en el libro ¡Oh noche que guiaste!, subtitulado De la inhospitalidad al encuentro (Sal Terrae), y escrito por Carlos María Antunes:
Las personas más bellas
Con las que me he encontrado
Son aquellas que han conocido
La derrota, el sufrimiento, la pérdida
Y han encontrado la forma de salir
De sus abismos. Estas personas
Tienen un aprecio, una sensibilidad
Y una comprensión de la vida
Que las llenan de compasión, de humildad
Y de una profunda inquietud amorosa.
Las personas bellas no surgen de la nada.
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿QUÉ DIFICULTADES TENEMOS LOS HUMANOS PARA CREER EN DIOS Y EN SU MADRE?
Las limitaciones de nuestra condición y la maldad del mundo.
¿QUÉ ME REVELA LA FIGURA DE MARÍA?
Que una mujer de pueblo puede ser madre de Dios cuando une la fe con la vida.
¿QUÉ ES LO MÁS BELLO DE MARÍA DE LA MERCED?
La grandeza de su corazón auténtico y transparente.
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