Junio es un mes de muchas fiestas, no solo litúrgicas para los católicos. La sociedad celebra en este mes el día del Padre; en Manabí-Ecuador es un mes clave: el mes del manabitismo. Se fomenta la identidad y cultura de nuestro pueblo. Revivir valores y tradiciones para seguir forjando lo que hoy se necesita para fortalecer el hábitat y vivir bien como personas y comunidades. ¿Qué es lo que hace crecer a una persona y a un pueblo? Su capacidad de amar, es una respuesta. ¿Cómo vivimos el amor en Manabí? Ese es otro tema. Por cierto, el más importante para los manabitas, para todo el Ecuador y para el mundo. En este día del Padre, escuchemos el clamor de muchos niños sin papá, sin mamá, que a pesar de su ausencia se anhela su presencia. No dejemos de amar.
Para quienes tenemos (o creemos tener) fe católica, junio es el mes del Corazón de Jesús y de María. ¿El mes de la ternura? ¿el mes de la experiencia salvífica de todos los tiempos? ¿Qué mismo celebramos? Al ser el corazón el símbolo más representativo del amor, para todos los hombres y mujeres, como culturas y tradiciones. Junio es el mes del amor, para el que tiene fe, como para el que no. Claro que me pueden refutar que cualquier mes lo puede ser. Estoy de acuerdo, pues el amor es una vivencia de todos los días y una necesidad de toda la vida.
Nuestras reflexiones surgen de las preocupaciones de muchos pastoralistas en dedicar un tiempo a profundizar en el amor. A hacer visible el amor invisible y fundante de Dios. Los católicos, parece que no nos diferenciamos mucho de las demás personas de cualquier religión o no, en este tema. Compartimos sintéticamente unas ideas tomadas del video editado para este mes sobre el amor, de Amén Comunicaciones de Colombia, “¿Por qué no sé amar?” El capítulo “Cómo salir de la zona de confort, para amar más y mejor”.
Amar es una aventura, el amor por esencia es dinámico, siempre en movimiento. Si el hombre o mujer cree que conquistó a su pareja con las tácticas de antes y que ya la conoce toda, estamos en un gran peligro. El primero, no entender la dinámica del amor, caer en la rutina, perder la creatividad que lo llevó a aceptar, asumir y consumar un acto de amor en el matrimonio, en la pareja estable, en crear una familia. Caer en la cuenta de estas disfuncionalidades es el primer reto que tienen las parejas para salir de la zona de confort, de creer que la idea que tiene del amor de pareja es la realidad.
Para no rutinizar el amor es clave NO SER TAN PREDECIBLE en la convivencia de pareja. El creer que se conocen, porque repiten los mismos hábitos todos los días, que le gusta tal plato de comida o tal película. Que llega una fecha especial, como el día de la madre y deben hacer lo mismo salir a cenar. Es ser predecible.
Hay un libro de Erick From de hace algunos años, EL ARTE DE AMAR. Allí nos dice, que para amar hay que ser originales, ser creativos. Que no nos pase lo de la fábula de los sentimientos. El peor de los sentimientos, EL ODIO, convoca a los demás sentimientos, y dice: necesito matar a alguien. –A quién, preguntan los demás sentimientos- AL AMOR. ¿Quién quiere ayudarme? Pregunta el Odio. –Bueno, yo te ayudo dice la Presión. La presión, pensó encerrar al amor. Regresó después de un tiempo, y no pudo. Luego se ofrecen LOS CELOS, lo intentan y regresan después de un tiempo, donde el Odio, y le dicen, no pudimos matar al amor. Así fueron pasando los distintos sentimientos, ninguno podía. Hasta que apareció uno con sombrero alto y dijo: yo lo intentaré. Regresó después de un rato y les dijo: aquí está, logré matar al amor – Y tú quién eres- preguntaron los demás. Yo soy LA RUTINA. La rutina de hacer todos los días lo mismo, mató al amor.
Cuando repetimos todos los años los mismos gestos para no dejar pasar la ocasión de celebrar un acontecimiento importante como el día de la boda, como el cumpleaños, y repetimos lo mismo, una cena, una rosa. Sin gestos, ni mayores emociones, pues lo hemos hecho ya varios años, caemos en la rutina, matamos al amor. Nos hemos acostumbrado a que ya se sabe, los hijos saben, muchos saben. Necesitamos ser creativos. Y para eso debo levantarme preguntándome: ¿qué voy a hacer yo para hacer feliz a mi pareja hoy? Nos hemos acostumbrados a pensar que todas las relaciones son iguales, que no podemos pensar en algo diferente. Así llega la rutina a la pareja, a la familia. El amor no nace enfermo, somos nosotros que al rutinizarlo, a no ser creativos, lo vamos acabando, con pequeños gestos de desamor diario. He conocido parejas de cuarenta años de matrimonio que se separaron por haber llegado a la rutina, ya no sienten lo mismo, repiten los mismos gestos, ya se aburrieron, se separaron.
Estas líneas son escritas para jóvenes. La realidad es para personas de cualquier edad. Pero cada vez se casan parejas muy jóvenes ¡Qué fe! No saben cómo los encomiendo. Y los jóvenes de colegios que recién están empezando a amar, deben tener claro la autenticidad del amor, requiere constancia y creatividad, eso es ser original. El fracaso de muchos no debe amilanarnos. La ausencia de un papá o mamá no puede vaciar su presencia amorosa. Feliz día del Padre, del amor.
Por
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR
¿CÓMO EVALUAR EL AMOR?
Observando tus propios hábitos.
¿CUÁL ES EL MAYOR PELIGRO PARA FRACASAR EN EL AMOR?
La rutina.
¿CUÁL ES LA CLAVE DEL ÉXITO EN EL AMOR?
El ser originales y creativos todos los días.
Commentaires