El 7 de Julio del 2015 el Papa Francisco en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en Quito, pronuncia ante la comunidad educativa y los jóvenes allí reunidos estas ideas que interpelan más que a los chicos para quienes iban dirigidas estas palabras a sus docentes y directivos si tenemos claro la finalidad educativa. Esta es una forma oblicua de pensar del Papa Francisco ver la realidad desde distintos ángulos, poliedro llama él, pero completar el pensamiento desde otra perspectiva al dirigirse a una audencia en particular.
Y el dircurso interpela a los docentes y directivos porque el conocimiento es claro que se construye y debe ser desde la vida para la vida y vida plena, buena, equilibrida y en armonía con la naturaleza y los demás seres humanos. Si esto no se consigue ¿qué mismo hacemos los docentes en una cátedra? Ojalá, los jesuitas y sus obras educativas tengamos claro el principio del para qué teniendo claro por qué tenemos obras educativas, la razón fundamental es por los jóvenes y su crecimiento, porque nuestros centros son oportunidades enormes de evangelización y presentación del Humanismo Cristiano y de la Formación Intregal de la persona. Los chicos son el centro y no nuestras ideas o edificios.
NOS DICE EL PAPA: “ustedes, queridos jóvenes que están aquí, presente y futuro (…), son los que tienen que hacer lío. Con Ustedes, que son semilla de transformación de esta sociedad, quisiera preguntarme: ¿saben que en este tiempo de estudio, no solo es un derecho, sino también un privilegio que ustedes tienen? ¿Cuántos amigos conocidos o desconocidos quisieran tener un espacio en esta casa y por distintas circunstancias no lo han tenido? ¿En qué medida nuestro estudio nos ayuda y nos lleva a solidarizarnos con ellos? Háganse esta pregunta queridos jóvenes.
Las comunidades educativas tienen un papel fundamental, un papel esencial en la construcción de la ciudadanía y de la cultura. Cuidado, no basta con realizar análisis, descripciones de la realidad; es necesario generar los ámbitos, espacios de verdadera búsqueda, debates que generen alternativas a problemáticas existentes, sobre todo hoy. Hoy, a ustedes, a mí, a todos, se nos pide que con urgencia nos animemos a pensar, a buscar, a discutir sobre nuestra actual situación. Y digo urgencia, que nos animemos a pensar sobre qué cultura, qué tipo de cultura queremos o pretendemos no solo para nosotros, sino para nuestros hijos y nuestros nietos. Esta tierra la hemos recibido en herencia, como un don, como un regalo. Qué bien nos hará preguntarnos: ¿Cómo la queremos dejar? ¿Qué orientación, qué sentido queremos imprimirle a la existencia? ¿Para qué luchamos y trabajamos? (Laudato Si. 160).
Las iniciativas individuales siempre son buenas y fundamentales, pero se nos pide dar un paso más: animarnos a mirar la realidad orgánicamente y no fragmentariamente; a hacernos preguntas que nos incluyan a todos, ya que todo “está relacionado entre sí” (Laudato Si 138). No hay derecho a la exclusión. COMO UNIVERSIDAD Y COMO CENTROS EDUCATIVOS, COMO DOCENTES Y COMO ESTUDIANTES, la vida nos desafía a responder a dos preguntas: ¿PARA QUÉ NOS NECESITA ESTA TIERRA? Y ¿DÓNDE ESTÁ TU HERMANO?
El Espíritu Santo que nos inspire y acompañe, pues él nos ha convocado, nos ha invitado, nos ha dado la oportunidad y, a su vez, la responsabilidad de dar lo mejor de nosotros. Es el mismo Espíritu, que el primer día de la creación aleteaba sobre las aguas queriendo transformar, queriendo dar vida. Es el mismo Espíritu que le dio a los discípulos la fuerza de Pentecostés. Es el mismo Espíritu que no nos abandona y se hace uno con nosotros para que encontemos caminos de vida nueva. Que sea él nuestro compañero y nuestro maestro de camino”,
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR:
¿TENEMOS CLARO PARA QUÉ ESTUDIANTES?
Para dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encontramos. Puede ser una respuesta.
¿TENEMOS CLARO PARA QUÉ EDUCAMOS?
Para construir el conocimiento, encontrar la verdad y desarrollar la cultura y la ciudadanía.
¿QUÉ NOS PIDE LA HUMANIDAD?
La verdad, la bondad y la belleza de nuestro conocimiento y vida.
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