Una ciudad de lona gobernada por jóvenes, fue el proyecto de formación ciudadana y cristiana a través de los campamentos. Son ellos, los jóvenes que deben desarrollar su liderazgo y aprender a mal comer, mal dormir para saber gobernarse y vivir con otros en la ciudad de lona la experiencia de un fin de semana que les ayudé a querer su cuerpo, valorar el de los demás, a saber relacionarse, respetarse y ayudarse.
Uno de los mayores proyectos de los jesuitas en Manabí, que nuestro querido Padre Pepe Mendoza, sj lo consolidó, y los rectores que hemos pasado por el Cristo Rey lo hemos apoyado gratuitamente y amorosamente pues los jóvenes necesitan lo mejor para crecer. Hoy este grupo que tienen más de 250 chicos que se reúnen por sí mismos los sábados y en sus campamentos llegan a 2000 por año de varios colegios fiscales y particulares son un ejemplo de lo que pueden hacer cuando quieren. Por Fabricio Alaña E, SJ.
El CEC, Centro Excursionista Capdevielle, no nació en un laboratorio. Empezó a existir, a crecer, a caminar, a hacerse.
Es increíble cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando empezamos esta aventura, pero, al mirar atrás, vemos cómo los años se han acumulado en recuerdos, experiencias y amistades que creíamos eternas. A veces es difícil creer cómo todo ha cambiado, cómo hemos crecido y aprendido tanto. Nos damos cuenta de que el tiempo no se detiene, y con cada día que pasa, nos invita a valorar aún más cada momento.
Un día como hoy, 8 de septiembre, pero 60 años atrás era fundado el Centro Excursionista Capdevielle, idea de unos jóvenes estudiantes del colegio Cristo Rey, llevada a la realidad gracias al Padre Joaquín Jiménez, quien dio nombre al grupo inspirado en la historia de Alberto Capdevielle, un joven jesuita venezolano promotor de campamentos, quien falleció heroicamente al intentar salvar a una familia durante un incendio.
Una vez constituido formalmente, el grupo comenzó a realizar sus actividades con carpas prestadas por el ejército, organizando pequeños campamentos de fin de semana para los estudiantes del colegio Cristo Rey. Años después, se adquirieron las primeras carpas propias, lo que permitió ampliar significativamente la labor del C.E.C., y se organizaron los primeros campamentos vacacionales de 15 días en Quito.
En 1970, el Padre José Ignacio Mendoza asumió la dirección del grupo, con la misión de formar cristianamente a los jóvenes de la localidad, Abriendo sus puertas tanto a Mujeres como a estudiantes de otros colegios. Los campamentos, que inicialmente eran un fin en sí mismos, pasaron a ser un medio para alcanzar nuestra aspiración humano-cristiana: ser más para entregarse verdaderamente al servicio de los demás. Desde entonces, muchas generaciones de jóvenes manabitas han encontrado en esta obra un espacio propicio para despertar su conciencia cristiana en un ambiente comunitario, que los invita a ser críticos, reflexivos y a pensar siempre en colectivo, fomentando la sensibilidad y la solidaridad humana en la sociedad.
Nuestra vida encuentra su inspiración permanente en el evangelio de Cristo pobre, humilde, servidor de los hombres, de modo que trabajemos con espíritu de verdadero servicio, el de nuestro lema, SER MÁS PARA SERVIR MEJOR, para el establecimiento de la justicia y de la paz entre los hombres. Aspiramos a los valores naturales y sobrenaturales de los que está tan necesitada nuestra sociedad donde parece ser que la meta fuera TENER MÁS para dominar más, y no el SER MÁS para entregarse realmente al servicio de los hombres junto con los otros hombres.
Por supuesto hemos enfrentado dificultades la pandemia mundial del año 2020, en la cual perdimos a muchos seres queridos, además de que limitó nuestro alcance a los jóvenes que se encontraban en confinamiento, poniendo a prueba la creatividad y el ingenio del equipo de Guías y Asesores, quienes adaptaron la formación y actividades del grupo a la virtualidad. Y al día de hoy los diferentes episodios de inseguridad que vive nuestra patria, infundiendo temor en nuestros jóvenes y sus familias quienes dudan sobre salir de casa.
Pero es en estos momentos de dificultad cuando reconocemos que la sociedad manabita nos necesita más nunca, llegando a cada uno de los hogares, instituciones, para hacer llegar el modo de vivir del que tanto nos habla San Ignacio de Loyola. Y compartir las palabras de nuestro gran promotor quien dejó este mundo hace ya varios años, pero jamás será olvidado, el Padre José Ignacio Mendoza, que entre muchas enseñanzas que nos dejó, nos gusta siempre recalcar el importante papel que juega la juventud en nuestro futuro “Jóvenes, atrévanse a soñar, a tener grandes ideales, porque la vida adulta no es más que los sueños de la juventud hechos realidad”.
El trabajo silencioso pero efectivo realizado durante estas 6 décadas, ha sido considerado como un modelo por otras instituciones y agrupaciones para crear otros grupos de campamentos en otras provincias, tales como: Manabí, Guayas, Chimborazo, Pichincha, Azuay; entre otras.
Gracias al apoyo de jóvenes adultos formados en la obra, hemos continuado nuestra labor, planificando campamentos, retiros espirituales, convivencias, obras sociales, espacios de formación, entre otras actividades que han contribuido no solo al desarrollo de los Cecistas, sino también al de cientos de niños, jóvenes y sus familias, que por décadas han depositado su confianza en nuestra misión, siendo reconocidos como una obra referente en la provincia.
En la actualidad, el grupo está conformado por más de 250 jóvenes en todas las etapas de formación: 135 en Iniciados, 45 en Roja, 35 en Amarilla y 40 en Universitaria, a cargo de un grupo de 36 Guías y Asesores. La semilla sigue plantándose en terreno fértil, asegurando que seguirá dando frutos en el futuro.
¡Excelsior!
Eduardo Molina
Director Local del C.E.C. Portoviejo
PARA PENSAR:
¿POR QUÉ SE FORMÓ EL CEC: CAMPAMENTOS EXCURSIONISTAS CAPDEVIELLE?
Gracias al servicio sacerdotal y su responsabilidad formativa más allá de un colegio de los padres jesuitas Joaquín Jiménez y Pepe Mendoza.
¿PARA QUÉ SE FUNDÓ EL CEC?
Para ser más y entregarse verdaderamente al servicio de la juventud manabita.
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR AL CEC?
Despertando el deseo de ser diferente en los jóvenes y asumir riesgos y desafíos.
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