“La palabra perspectiva hace referencia a una forma de ver o de analizar una determinada situación o de tener un punto de vista. Es, decir se trata de analizar la forma en que la sociedad entiende que deben comportarse los sexos”. Nos dice Mariangel, como una idea que le quedó del taller de Perspectiva de Género y prevención contra la violencia de género, que nos dio el equipo de la Fundación Río Manta a un grupo de cien universitarios en Portoviejo.
La Fundación Río Manta de la Compañía de Jesús viene trabajando más de quince años en la provincia de Manabí en temas de disminuir la violencia contra la mujer, una sociedad más equitativa y de igualdad de oportunidades, emprendimiento social para la mejora de vida de la mujer empobrecida, en los barrios marginales de Manta y va extendiendo su acción a Bahía-Sucre, Portoviejo, entre otros cantones.
Los chicos que recibieron la charla, de varias carreras profundizaron algo que ya sabían por redes sociales, por el “sabio google” y por lo que se vive en muchos lados de nuestra provincia, el país y el mundo. Es importante que formen su propio criterio para que tomen sus decisiones y tengan clara su “perspectiva”. En nuestra sociedad tradicional e hipócrita, machista y relativista se habla mucho de “ideología de género” y no de perspectiva. Creando así bandos a favor o en contra de algo que se vive en la realidad con mucha complejidad, ambigüedad y que requiere ser discernida y acompañada. Simplemente queremos objetivar lo que los chicos dicen para intentar pensar mejor, buscar mejores alternativas entre todos.
Muchos tenemos clara nuestra identidad sexual, pero eso es parte de un todo más complejo que es mi persona y mi personalidad que cumple un rol en la sociedad pero que no define la totalidad de mi ser ni mi trascendencia, que es lo que debo potenciar, rescatar y en donde estaría mi dignidad de ser persona llamada a la plenitud, autenticidad de vida. No nos encerramos en lo material corpóreo, mi cuerpo, no es solo sexuado. Eso es mi constitución corporal genética. Desde la comprensión de Mariangel “los sexos deben comportarse”, diciéndonos de esa forma lo que su bagaje cultural situado les ha enseñado: el hombre o mujer, el macho o la hembra, como rústicamente suele usarse, el varoncito o la mujercita son así y se comportan de una manera de acuerdo a su sexo. Definiendo al ser humano por su sexo y no por su persona y personalidad.
Los jóvenes necesitan, luz y espacio de reflexión. Estos encuentros de reflexión académica son un momento privilegiado para ello. Pero los mejores momentos están en la familia, allí deben seguir profundizando el tema y tomar las decisiones adecuadas. Como en las Iglesias, colegios, asociaciones barriales, grupos juveniles entre otros. Sin caer en divisiones de bandos ni de ideologías, sea de izquierdas o de derecha, sino escuchando con atención las realidades humanas que no se definen solo por el sexo y que la verdadera guía de un comportamiento humano debe ser el bien estar y el bien ser de sus realidades personales y comunitarias. El todo es mayor que la parte.
Los chicos tienen claro que “existen una desigualdad entre lo femenino y lo masculino de forma que predomina lo masculino”. También tienen claro lo que se pretende: “la búsqueda de igualdad para evitar situaciones de marginación, violencia e injustica”. Nos dicen los jóvenes como comprensión del taller. (Las frases entre comillas, son expresiones de ellos, en los trabajos de la materia “Jesucristo ante el hombre y mujer de hoy”, que organizó ese encuentro con la Fundación Río Manta, en nuestra universidad).
Alex investigó más lo que en la sociedad se viene diciendo: “esta perspectiva plantea, solucionar los desequilibrios existentes entre las mujeres, los hombres y las comunidades LGBTIQ. Aquí entra lo que se va definiendo en la sociedad actual en las legislaciones y en los constructos sociales. En donde lo primero que debemos aclarar es qué se entiende por género: “La Real Academia Española define al género como grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendiendo este desde un punto de vista sociocultrual, en lugar del exclusivamente biológico”. Este término comenzó a utilizarse desde 1970 para establecer que la sexualidad no es solo un hecho biológico, sino una construcción social.
Alex, como muchos jóvenes, activistas, sociólogos, comunicadores, abogados, invitan a hacer propuestas concretas como la redistribución equitativa de las actividades de distintos géneros, el fortalecimiento del poder de decisión y de gestión de cada hombre y mujer, como comunidades y grupos, y la justa valoración de los trabajos y roles que deben asumir cada cual en su desarrollo humano. Se trata de una cuestión de derechos humanos que hay que fomentar.
Para los que tenemos fe ¿no nos suena a evangelio el aprender a respetar al diferente, al que no piensa como yo, “al que no es de los nuestros”? ¿El fundamentar los derechos humanos en la dignidad que somos todos hijos e hijas de Dios? El Papa Francisco se cuestionaba: “¿quién soy yo para juzgar y peor condenar a un homosexual?”. Lo que hoy debemos reflexionar es cómo podemos comprender, acompañar e integrar a los seres humanos en su real dignidad y en la complejidad de su existencia que de suyo ya trae muchas angustias e incertidumbres, para los problemas de hermanos y hermanas (Fratelli Tutti). “Los estereotipos y las etiquetas están para superarlos”.
Ante lo que hoy se viene debatiendo en la sociedad y en la Asamblea Nacional, si cambiamos en la cédula la palabra sexo por género desde una libertad y decisión reflexionada ¿va contra Dios el respeto al género? ¿contradice la evolución de la sociedad? Una docente nos decía, “debemos tener claro la objetividad de la ley y su fundamentación”. Los chicos tienen claro la necesidad de tomar postura y lo mejor es saber contemplar la perspectiva desde un “poliedro” que hoy es la mejor figura social, como suele decir el Para Francisco para buscar la integración de lo diverso.
Por:
P. Fabricio Alaña E, SJ
Para Pensar:
¿Qué es la perspectiva de género?
Una forma de ver o analizar una situación sobre la condición humana.
¿Cómo fundamentar las perspectivas?
Desde una óptica de derechos humanos.
¿Qué es lo que hoy necesitan nuestros jóvenes?
Comprensión, acompañamiento e integración.
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