José Ignacio le preguntaba a Juan Pablo al comenzar el segundo de bachillerato la gran pregunta que todo adolescente se plantea al terminarlo: ¿qué vas a hacer con tu vida? ¿qué profesión escogerás si entras a la universidad? ¿qué tipo de persona deseas ser de tantos modelos y colores que ves en la sociedad?. Juanpi –le refutó, pero Pepe –deja esa vaina cuando los curas nos lleven de retiro, faltan dos años para terminar el colegio. Disfrutemos la vida, propongámonos vacilar con la chica más linda e inteligente del curso ¿te parece? Quiero ser el Galán del año. Uhy mijito, te gané. Lo cierto es que no pudieron contestar la pregunta clave de la vida ese año, si no al terminar la secundaria antes de matricularse en la U y de allí lotería, si me va bien sigo y si me va mal, me cambio de carrera. Personas inteligentes como son, les fue muy bien. Hoy uno es un gran empresario y el otro trabaja para una gran trasnacional como ingeniero electrónico y no han dejado de cultivar su espiritualidad y responsabilidad social. Pueden dar más, pero siguen atrapados en las preguntas secundarias, dejando las principales para los momentos límites: cómo salir de esta pandemia y reinventar el Ecuador, no reconstruir, pues no se trata de recuperar ningún pasado, ni ninguna normalidad, que era el problema. El tema es cómo prevenir que no haya nuevas pandemias, que no haya tanta muerte si no hemos aprendido de la historia, la famosa gripe española dejó demasiado muertos, después guerras mundiales, luego nucleares, biológicas, cibernéticas y ecológicas. ¿Para qué estudiamos? En el Plan de estudios del Ministerio de Educación se trata muy tangencialmente el tema del “proyecto de vida”, eso está en el Programa de Participación Estudiantil, se lo hace extracurricularmente y en 200 horas, que abarcaría unos meses en segundo y tercero de bachillerato. ¿Y el profesor? El que sea, el que pueda reunirse con los chicos, bajar el programa y conversar, listo, resuelto el tema de requisito para graduarse. ¿Y la vida? Para después. Si quieres descubrir qué quieres ser, querido joven, revisa lo que hoy eres y si quieres ser mejor, vivir con más plenitud, más que planifica tu vida. Revisa y cambia tus hábitos. Un hábito es aquello que haces repetidamente y marca tu forma de ser y pensar muchas veces, lo que es peor, de cambiar. Para vivir piensa en tres hábitos que te ayudarán a superar miedos y excusas que no te dejan crecer y superarte, descubrir lo creativo y solidario que puedes ser si sabes: Meditar profundamente (Mindfulness), ser agradecido y decir frases positivas. Siempre y cuando estudies un poco cómo funciona tu cerebro y cómo puedes adaptarlo al cambio. El mundo tiene muchos sabores y sinsabores, “tu eres tú y tus circunstancias”, pero no es si cambias tus circunstancias que cambiarás, puedes irte a la India a buscar el gurú experto en yoga o meditación y seguir siendo el mismo. Es la atención a tu realidad interior, a tu forma de comprender el mundo y en tu interior donde encontrarás las respuestas para negociar con lo exterior y expresar lo que eres y deseas ser. Es ver más lo positivo que hay en ti, que lo negativo que hay en el mundo. Tu cerebro se expande cuando recibes, acoges la vida y la riqueza de las personas y relaciones, cuando te abres a lo maravilloso y admiras mas que te defiendes o reprimes, construyes. Un diario de dos minutos al día anotando un agradecimiento por algo lindo que veas o hayas experimentado te hará un ser receptivo y dinámico capaz de abrirte al mundo y al futuro. Practica la resilencia, la capacidad de superar adversidades, de conectarte con las energías profundas del río de tu ser que fluye y no se detiene ante los confinamientos ni catástrofes de la humanidad o naturaleza, la vida fluye, tu ser es dinámico y en evolución llegarás a la plenitud. Pero recuerda eres vulnerable no débil. Lo débil sucumbe y lo aplastan, te estanca, lo vulnerable se abre y se levanta por más que se flexiona. Admitir que eres vulnerable es una forma de coraje. Esto hace que digas afirmaciones más positivas que negativas en tu léxico existencial: yo qué más puedo, en vez de no puedo, en lugar de me rindo, probaré algo nuevo, en lugar de nunca lo lograré, digo seguiré aprendiendo. ¿Me entenderán José Ignacio y Juan Pablo cómo responder a las preguntas esenciales de la vida?
PARA PENSAR ¿POR QUÉ LOS JOVENES NO SUELEN SABER LO QUE QUIEREN? Pues no suelen cambiar sus hábitos mentales y conductuales con normalidad ¿CÓMO AYUDAR A LOS JÓVENES A ARMAR SU PROYECTO DE VIDA? No como algo extra al currículo y vida de los centros educativos. ¿QUÉ HABITOS PUEDEN AYUDAR? La Meditación, la gratitud y la resilencia.
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