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¿QUÉ TE MOTIVA O DESANIMA?

  • Writer: fabroparatijoven
    fabroparatijoven
  • Jul 6
  • 4 min read

Un niño de escuela tradicional, en las innovadoras otro es el cantar; los niños cada mañana se preguntan ¿por qué debo ir a la escuela? Los papás cuando están los dos juntos, comienzan a dar una serie de razones o motivaciones externas, pero cuando pierden la paciencia…amenazan. Un adolescente cuando se despierta desea ir al colegio, normalmente. Lo que no desea es llevar las tareas, normalmente. Y si está la chica que le gusta desea ir con más ganas va al colegio. Un joven adulto que está avanzado en la universidad ya se “sacrifica” con más ganas, ya que sabe que sin profesión no se suele triunfar en la vida, normalmente.


Lo común a todas estas motivaciones es que son externas. Es un ideal, un objeto externo a alcanzar y no una fuerza interna que te levanta, te inspira, te invita a luchar, a prepararte con ganas para ser persona, para vivir el ideal y no un mero horizonte. Hay tres grandes temas que nos apasionan a quienes entendemos la vida como el desarrollo de una misión, de una tarea ideal en la vida. Y son: la educación, la política, la religión. Verdaderamente ¿hoy me motiva la educación que se imparte en mi país o en el mundo? ¿nos hace sensible, solidarios, humanos? O me desanima al ver tanto acoso o maltrato entre los chicos, a los chicos. Y no hablemos de política. La gente joven que se juega por la política ¿marca la diferencia de los viejos políticos o de la política tradicional que sigue gobernando nuestro país? Los mejores hombres y mujeres, los más capaces no están ni en la política ni en el gobierno.

Y ¿la religión? Como fenómeno, lo que aparece en nuestras percepciones visibles del hecho religioso qué mismo es: ¿Solo ritos, normas, doctrinas? ¿es algo para las personas mayores? ¿de poca cultura, educación? O ¿de dinero pero, superticiosa? ¿gente que vive una conciencia desdichada? O ¿personas llenas de miedos a los límites de la vida y existencia que se abandona a un ser superior y nada más? ¿DÓNDE ESTÁ EL FONDO – FUNDAMENTO DE LO RELGIOSO? ¿en la nostalgia o en las proyecciones de deseos frustrados? O ¿en qué mismo?

La religión ¿tiene que ver con las fuentes de la vida? Donde mana el dinamismo de búsqueda de un amor verdadero, de una justicia posible, de una humanidad con altura ética por sentirse responsable por la belleza del mundo, de las personas y de la vida misma. Desarrollar lo religioso es buscar la plenitud. Más que la “insoportable levedad del ser” o lo del “infierno son los otros”; lo religioso es la espiritualidad, energía de las personas puestas en acción.

La auténtica religión es la superación del “porvenir de una ilusión” y se acerca más al “malestar de esta cultura” en donde la hipocresía, el fariseísmo de las apariencias, el “cumpli y miento” de ritos y leyes despierta la necesaria crítica y destrucción de las falsas imágenes de Dios; quien desde la “Encarnación de su hijo Jesús” se toma en serió la carne, el cuerpo y la persona;  busca el rostro del hombre y mujer, en su realidad concreta, su historia y situación sea la que sea en que se encuentre. Lo religioso atrae; hace descubrir la maravilla de la vida en medio de la nada o miseria de la existencia; fomenta la paradoja de la fuerza de lo débil, el grano de mostaza, del trigo para manifestar al Dios misterio que atrae por su fuerza amorosa y por el impulso desde dentro de nosotros hacia la plenitud y no mediocridad.

La paradoja de la religión es hablarnos del cielo amando la tierra. Apostar por Dios, construyendo lo humano; hablar del “Dios de la esperanza” solo desde el “Dios crucificado”. El principio realidad tan promovido por Freud solo es posible desde el Principio Esperanza que se convierte en la Misericordia que estructura la vida y la acción de los creyentes. 

En muchas ocasiones nos llevamos una gran decepción. En primer lugar por la poca importancia de los jóvenes a lo religioso. La mayoría de las veces el deporte, los cumpleaños y otros eventos, pasan por encima del que debiera ser su compromiso. En segundo lugar, aunque parezca que a veces se conecta con ellos, da la impresión de que no acaban de profundizar su relación con Jesús y el Evangelio, menos con lo que educa o con la verdadera política. Se queda en la superficie, sin cambiar para nada su vida. Y ante ello te preguntas ¿merece la pena desgastarse por esto? O ¿quizá sea mejor dejarlo?

Creo que todos deberíamos mirar atrás y ver que venimos de una historia en la que alguien apostó por nosotros. Que muchos de nosotros también en su día tuvimos un buen catequista que no tiró la toalla pese a los desánimos que le producía ver que su mensaje no llegaba prácticamente a nadie. Un profesor que amaba lo que hacía y nos transmitía el coraje de saber pensar. Y que, pese a que los tímidos resultados que aquellas clases y catequesis tuvieran en la mayoría de sus miembros, me despertaron el deseo de crecer y pensar, te cambiaron la vida.

Lo que me motiva o me desanima no es el alcanzar un éxito o el sentir frustración ante las dificultades de la vida; sino tener raíces y alas; los pies en el suelo y los ojos en las estrellas que iluminan el caminar, el existir, el vivir.



POR:

P. Fabricio Alaña E, SJ

 

 

PARA PENSAR:


¿QUÉ ES LO QUE TE MOTIVA PARA TRABAJAR, ESTUDIAR…?

El deseo de crecer.

¿QUÉ ES LO QUE DIFICULTA EL CRECER Y APRENDER DE VERDAD?

La hipocresía de mis sentimientos o las ambigüedades de la vida.

¿QUÉ ES LO QUE FORJA TU PERSONALIDAD?

El tener los pies en el suelo y la mirada en el cielo.

 
 
 

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