En una discusión zoom del proyecto interdisciplinar, ABP le llaman, denominado EL SER HUMANO MISTERIO MULTIDIMENSIONAL, en donde interactuaban las materias de filosofía, religión, ciencias biológicas, inglés y matemáticas, el gran desafío planteado era: ¿Cómo enfrentar las polaridades de la vida y qué tienen que ver estas con le fe en la resurrección de Jesucristo? Los chicos en su exposición o socialización debatieron con pasión y rigor. El producto final de este proyecto era dar pautas de realizar la misma experiencia de fe de los creyentes en Jesús resucitado – hacer un decálogo de lo que sí es en comparación de lo que no es la resurrección.
Sofía la pensadora y Tomás el crítico debatían en nombre de sus grupos. Tomás pregunta a Sofía ¿Ustedes los cristianos, Sofi, creen en la resurrección de un tal Jesús? En el ABP de mi grupo vemos que hay muchas opiniones sobre eso de la resurrección, hemos hecho encuestas, entrevistas, leído algunos artículos de historia y algunos pasajes de la misma Biblia. No hay un consenso creíble y menos comprobable empíricamente como nos pide la profe de ciencias naturales. ¿Qué mismo es la resurrección que tú y tu familia dicen creer y que acaban de celebrar, muchos de manera virtual la famosa vigilia pascual, cierre de la Semana Santa y camino hacia otra fiesta de pentecostés?
Lo cierto Sofi, que muchos de ustedes cristianos, revela nuestra investigación, creen en la Resurrección como un refugio en esta vida que te anima a esperar otra vida más allá, pero no te cura ni soluciona tus problemas. En el fondo es como “un refugio para pusilánimes”. Tomás, te felicito por lo que van haciendo en tu grupo en este lindo proyecto de ABP, ojalá que entiendan que, en la vida ya lo dijo el principio de la física cuántica, no todo es causa y efecto y hay un factor de lo impredecible e incertidumbre que irrumpe una lógica formal, matemática, pero que invita a la lógica del sentido, de lo simbólico. Lo que un famoso pensador llamado Enmanuel Kant postuló: para conocer la realidad, podemos conocer fenómenos de apariencia distinta a la cosa que deseas conocer, pero no podemos conocer la “cosa en sí”, es decir el noumeno. Lo único que podemos hacer es postularlo, dejarlo abierto.
Esto lo dijo en su famoso libro Crítica de la Razón Pura, que trata de estudiar cómo conoce el ser humano. Muchos por no saber manejar esto viven angustiados o encerrados solo en lo que pueden ver y dominar, a eso llaman conocer. Así es en las relaciones humanas, creemos conocer a las personas que amamos porque creemos tenerla, poseerla, dominarla. De repente nos damos cuenta, que el ser humano es sorpresa, ternura y su comprensión no es reductible a lo químico, ni lo síquico. Hay algo más que da sentido a lo que hacen y por lo que hacen las personas para vivir bien y buscar la plenitud.
El ser humano ante todo es un buscador, un inquieto por alcanzar lo verdadero, lo bello, lo bueno. Y los que creemos en la Resurrección partimos del reto que no es por la comprobación empírica de hechos y datos lo que nos ayudará a entenderla. Pues se trata de entender la vida de Jesús de Nazaret, que nos habla y contagia de lo trascendente, de lo utópico, de los valores. Por ello, los relatos bíblicos solo se lo pueden entender desde lo simbólico que trata de animar, contagiar y encontrar sentido a la vida, en donde las realidades terrenas, los encuentros físicos son los puntos de partida.
En el relato de los “Discípulos de Emaús” (lc. 24.) la interpretación de la realidad, ¿qué pasó con Jesús de Nazaret que lo mataron? La tristeza y el desánimo que eso provocó en sus amigos y conocidos. Invita a saber recuperar la memoria histórica y entender su proyecto en sus gestos y palabras. Por eso, el presente de ese encuentro es a través de gestos y emociones que invitan a pensar: “lo reconocieron al partir el pan y cayeron en la cuenta cómo ardía el corazón”.
Y surge la lucha por la vida, por construir comunidad y mejorar el futuro. Así nació la Iglesia, comunidad cristiana hoy, de miles de personas que nació con doce hombres y muchas mujeres que no se encerraron en conceptos e ideas finitas y comenzaron a construir cultura, vida y esperanza: catedrales, Iglesias, colegios, universidades, hospitales, libros, movimientos juveniles de ayuda de solidaridad y respeto de derechos humanos. Eso es creer en la resurrección mejor que comprender un concepto. Así una inquietud desconcertada, un diálogo ardiente sobre el sentido de la Escritura y un gesto de fraternidad en torno a la mesa compartida son el camino a la plenitud. Ósea, Sofí tú quieres decir que la “Resurrección es un Reto para intrépidos”, más que un refugio de pusilánimes que tienen miedo a la muerte, al cambio a la innovación. –Tú lo has dicho- reconoció Sofía.
Por
Fabricio Alaña E.
PARA PENSAR
¿QUÉ ES LA RESURRECCION?
El acontecimiento que expresa que Jesús está vivo.
¿POR QUÉ ES DIFÍCIL CREER EN LA RESURRECCIÓN?
No la podemos comprobar, solo experimentar.
¿PARA QUÉ SIRVE CREER EN LA RESURRECCIÓN?
Para superar retos de personas intrépidas.
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