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RICHARD: ¿QUÉ QUIERES SER REALMENTE?


Richard y Sofía son dos jóvenes a punto de terminar el bachillerato en este año de pandemia. Están preocupados no solo por el examen que deben rendir en la universidad para seguir estudiando y “ser alguien en la vida”, como dicen los papás.

La preocupación de Richard y Sofía no es solo la del típico miedo ante un examen. Sino la de los contenidos reales que este año de teleducación han recibido. Pues las pocas horas de conectividad en unos casos, la solo recepción de guías en otros, la escasa retroalimentación ante las tareas recibidas han hecho que los contenidos de este año sean “esenciales” como dice el Ministerio o “mínimos” como dicen los papás, quienes han sido los verdaderos maestros que han acompañado a sus hijos en este tele aprendizaje. ¿Qué mismo has aprendido en matemáticas Sofia? – pregunta Richard.

La verdad, que a través de los famosos ABP los profesores no han podido enseñarnos mucho de contenidos, hemos desarrollado muchas habilidades para la vida, saber expresar, comunicar, entrar en contacto con problemas de la sociedad, pero han fallado en el rigor científico por esta vía. A los profes les cuesta trabajar en equipo –y más a los de ciencias exactas- dijo Richard. Así es, consintió Sofy, pues en ciencias experimentales uno necesita de la retroalimentación constante para que a través del ensayo y error uno pueda reflexionar con otros de las teorías en juego y de lo que se va descubriendo ayude a construir algo positivo, útil que aumente el conocimiento y no solo la repetición del mismo. Genial Sofy, tienes razón. Gracias que existe YouTube allí hay muchos docentes que ponen sus clases y uno puede complementar.

Entonces, Richard ¿Qué carrera elegir? Dijo Sofy. Esa es la eterna pregunta de todo adolescente que no ha podido elaborar un proyecto de vida desde los primeros años de educación inicial hasta bachillerato. Son 16 años, 10 años, 8 años que ahora los chicos pasamos en un solo centro educativo, claro, si pagas las pensiones en los privados, si no te toca lo público donde apenas tenemos un sicólogo para 900 chicos o dos para 1400 , con eso qué acompañamiento vocacional nos pueden hacer, qué proyecto de vida armar.

Y si te contara Sofy las frustraciones de mis padres ante tanta desgracia que esta pandemia nos ha traído- lamentaba Richard con un corazón angustiado: Aumento de desempleo, aumento de la brecha tecnológica, mayor divisiones sociales, enorme incertidumbre ante el futuro. Y este año hubo más suicidios que otros años, más violencia intrafamilar, más vulneración de los derechos humanos ante tanto abuso en los robos de medicinas, en no saber despedirnos de nuestros familiares que han muerto. Tenemos miedo ante el futuro. Yo pensaba que las carreras tradicionales ya estaban saturadas como las de leyes, medicinas, administración y hoy vemos que son las que más se necesitan. Las que prometían el desarrollo innovador que traían las tecnologías no lo han hecho y no son accesible a todos.

Ay Sofy, la verdad que la pregunta más importante que una buena educación debe ayudarnos a responder es: ¿Qué quiero ser en la vida y con mi vida? Y esa respuesta no me la pueden dar mis padres, por más buena voluntad que tengan. Ellos son lo que sus corazones, capacidades y buen análisis de las circunstancias y oportunidades eligieron ser.

Qué verdad más profunda dices Richard. Estoy contigo y por eso discrepo con amor de mis padres. Ellos quieren que seamos profesionales para tener cosas y escalar en la vida. Eso es bueno, pero no es lo esencial en la vida, pues muchos profesionales son técnicos del saber y lo han empleado para la maldad, el robo y aumentar la ignorancia en la juventud que se desorienta al no tener idea qué es ser buen ciudadano y el haber recibido una buena educación ya que muchos de esos ladrones de corbata han salido de “buenos colegios” según los criterios de la sociedad del consumo, del tener y aparentar.

Por ello, lo que yo busco, argumentaba Sofía, es que una buena educación, un buen colegio es el que prepara hombres y mujeres CONSCIENTES Y COMPETENTES . -¿Qué entiendes por ello? –preguntó Richard. Para mí, respondió Sofy, es lo que me enseñó el padre Fabro sacerdote Jesuita de un colegio de la ciudad, como el proyecto que acaban de lanzar a la sociedad el otro día en el webinar de la PUCE de Quito: CAMINO HACIA LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA: LA NUEVA EDUCACIÓN CENTRADA EN LA PERSONA. Y ese modelo de persona es el de las cuatro C: Conscientes. Competentes, Comprometidos, Compasivos. Hoy te comparto lo que entendí de Consciente y Competente.

Consciente, es la persona que se conoce a sí misma y cultiva la interioridad, porque se siente habitada por Dios y llamada a transformarse y trascender.

Competente, capaz de dar respuesta a los problemas humanos y sociales desarrollando su ser para su realización personal y profesional. Esto lo hace potenciando la curiosidad, creatividad, comunicabilidad de sus educandos.

Sofy, te entendí ojalá lo sepamos vivir. Lo cierto dijo Richard, que “las claves que hasta ayer nos ayudaban, ya no sirven. Caminar es la única certeza”. Y que ser persona en plenitud es sinónimo de persona con buena educación.

Por

Fabricio Alaña

PARA PENSAR

¿CUÁL ES LA MAYOR DIFICULTAD DE LOS JOVENES?

Realizar un buen proyecto de vida.

¿QUÉ COLEGIO SERÁ UN BUEN COLEGIO?

El que tiene como proyecto educativo el FORMAR PERSONAS más que profesionales.

¿QUÉ TIPOS DE PERSONAS FORMAN LOS JESUITAS?

Conscientes, competentes, compasivas y comprometidas.

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