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SE BUSCA


“Se busca”, suele ser las primeras letras en los anuncios de empleos. Hoy escribo para los jóvenes de mi ciudad, país y mundo que me pueda leer. Todo va al periódico y al ciberespacio, y allí queda, algún cibernauta aburrido o interesado en buscar sentido podrá llamarle la atención el título PARA TI JOVEN, a muchos le llama. Otra cosa es si la temática de la semana se conecta con lo que busca el lector. Hoy en pleno día de la resurrección, como todos los años yo tengo muchas preguntas que buscan respuestas:


¿Dónde experimentar lo que decimos por fe sobre la experiencia de la resurrección? ¿Dónde vives hoy Señor? El mundo está peor, y no hablo de mi país, que es muy católico en cuestiones de forma y acudirá en masa, por cierto muy pocos jóvenes, a las celebraciones de la vigilia pascual. Por cierto, en menor cantidad que la procesión del viernes santo.


Está claro no solo por los textos bíblicos, sino por el sentido común y la reflexión de la Iglesia que la resurrección no es un evento histórico, entendiendo historia como la comprobación de datos empíricos. No hay una prueba como tal. La tumba vacía, solo prueba que está vacía, no que resucitaste. Pero generó una búsqueda de tu cuerpo, del sentido de tu misión y vida de quienes apostaron por ti (Jn 20: 3-10). La experiencia de encuentro contigo que nos hablan los textos bíblicos en las apariciones con tu cuerpo resucitado con tus discípulos, suelen ser el mejor y más complicado camino que tenemos para comprender dónde buscarte en nuestras experiencias de fe de hoy, donde decimos que estás vivo. Las apariciones suelen ser muy subjetivas, no dan lugar a una comprobación objetiva de lo que se dice que se ha experimentado. Pero generan historia, se contagia su mensaje y así nació la primera comunidad de fe, que tuvo el coraje de enfrentar lo hostil de su tiempo y de cimentar una convicción, tu presencia real no solo es memoria, es compañía, y no solo te sentimos vivo, es profecía, nos invitas a comunicar una buena noticia. Nos invitas a la alegría verdadera. Por ello, la resurrección es un acontecimiento, va acaeciendo, se va dando.


En la sociedad que manipula la verdad, que vive en la superficialidad de la información, pues hay tanta en la red, pero que no la profundiza y peor sistematiza, que vive de experiencias rápidas, todo es “fast and trash”, rápido y tira. Alguien habla que vivimos la sociedad de la post verdad. Todo es relativo, todo vale con tal que me sirva, donde los compromisos definitivos no existen, son utopías, donde las componendas de los intereses habla que solo existen un mundo de socios, no de hermanos, tu mensaje de una comunidad dinámica, alegre que contagie la verdad por sentir la vida como don y tarea y nuestra historia como un construir juntos un proyecto de vida donde quepamos todos, suena a ideología, utopía o fantasía. La comunidad de fe ha hecho posible que tu mensaje del Reino de Dios y tu presencia real gracias a tu resurrección llene de esperanza nuestro mundo. El consumismo nos impide pensar o sentir el hambre o necesidades de otros. El relativismo me impediría buscar lo absoluto y real que mueve la historia o mi historia. Y la superficialidad me impedirá pensar. Por ello, mi pregunta al pensar y preguntar por tu resurrección hoy, no es vanal y es una búsqueda de sentido que no se puede quedar en la superficie de la historia.


Hay una historia profunda que se construye desde abajo, en donde los sencillos no se conforman con la sabiduría científica o ilustrada de los cómodos. Los que viven en los márgenes te buscan con profundidad, porque la vida tiene un río profundo que une a la humanidad y que no se detiene ante la maldad o falsedad de los soberbios o superficiales de todos los tiempos.


Si algo deseo compartir es mi experiencia de vida y de fe. No como modelo, sino como búsqueda de plenitud y sentido. Yo no creo en conceptos, creo en procesos y hechos. No creo en la resurrección general, creo en el resucitado. Por ello puedo decir creer en el resucitado, como dice J. A Pagola es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un paréntesis entre dos inmensos vacíos. Creer en el resucitado es rebelarnos con todas nuestras fuerzas contra el hambre, sufrimiento, humillaciones que experimentan muchos hombres y mujeres hoy. Creer en el Resucitado es confiar en una vida plena, no habrá tristeza ni llanto. Creer en el Resucitado es confiar en que nuestros esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no se perderá en el vacío. Un día feliz, los últimos serán los primeros y las prostitutas nos precederán en el reino.

Por


P. Fabricio Alaña E, SJ

PARA PENSAR

¿QUÉ DEBO BUSCAR EN LA VIDA?

Que mi vida tenga sentido y mi fe me lleve a la plenitud.

¿POR QUÉ ES DIFÍCIL ENCONTRAR SENTIDO A LA VIDA Y A LA FE?

Por la superficialidad, el consumismo, el relativismo.

¿QUÉ ES CREER EN EL RESUCITADO?

Es confiar que nuestros esfuerzos no se perderán en el vacío.


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