Muchos nos ponemos metas y propósitos al comenzar un año. No solo las grandes empresas, qué producto innovador tendrán, ni los gobiernos de turno ¿cómo cumplir sus promesas de campaña para no quedar como mentirosos? Sino también, los padres y madres de familia ¿qué reforma hacer a la casa? ¿en qué colegio/ universidad poner a los hijos? Como los estudiantes y jóvenes, ¿cómo conquistar a la chica o chico que te gusta? ¿cómo pasar con el profesor más exigente? Entre otros. Todos sabemos qué pasa con los propósitos de año
¿Cómo ser persona para vivir en plenitud, con sentido? Es una formulación no tanto de un propósito, sino de un proyecto de vida. Y allí todos los padres y madres de familia, los educadores sean de centros primarios, secundarios o de universidad, como las Iglesias, los predicadores, las autoridades deben ayudar a las nuevas generaciones a que lo formulen. Caso contrario estamos abocados a seguir viviendo lo que hoy estamos viviendo a no tener chicos que terminen un proceso de educación secundario y no saber qué carrera, qué universidad seguir. O nuevos profesionales que egresan de universidades y no encuentran puesto de trabajo en su profesión. La degradación social, la insensibilidad ante el dolor ajeno, la falta de cuidado del planeta es producto de no encontrar sentido a la vida y no haberse forjado un proyecto de vida en su momento gracias a la educación de la familia y de los centros educativos. ¿Qué hacer? Comparto una propuesta.
SER SABIOS ¿ser sabios? –qué quieres proponer Fabro- pregunta su mejor alumno Juan Pablo, eso es casi imposible- ¿Por qué Juan? Porque queremos tener plata para vivir, para cumplir las metas elementales, esencialmente. Creo que tienes razón, dijo Fabro, por eso vivimos como las serpientes, arrastrándonos y no volamos como las águilas. Entonces, Fabro- intervino de nuevo Juan Pablo ¿qué es ser sabio? Y para qué sirve, si las personas más inteligentes y productivas nos dicen con su vida que el bienestar material y hacer lo que tú quieres es tener acceso a la tecnología y manejar el dinero y más, producirlo especulativamente, es la meta que se proponen cada año. Así es, repito por eso estamos como estamos ¿te gusta cómo vive la gente hoy? ¿Te gusta andar con miedo por la calle? ¿te gusta que te corten la energía de luz? Por eso debemos ir a la raíz de los problemas. Para mí, y me apoyo en lo que dice el Papa Francisco en sus discursos y documentos, los graves problemas socio-ambientales, mundiales son antropológicos, es decir, la manera de pensar y estructurar su modo de vida el ser humano. -¿Qué nos aporta el buscar la sabiduría? Replica Juan Pablo, veamos, dice Fabro, comienzo con un relato y tu sacas tus propias conclusiones.
“A la sombra de un templo, vimos mi amigo y yo a un ciego sentado, solitario. Y mi amigo me dijo, mira este es el hombre más sabio de nuestra tierra. Me separé entonces de mi amigo, me acerqué al ciego, lo salude y empezamos a conversar. Momentos después le dije: -Disculpa mi pregunta, ¿desde cuándo estás ciego? Y él me contestó: Desde que nací. Le pregunté: -Y ¿qué sendero de la sabiduría has seguido? Y él me contestó –SOY ASTRÓNOMO. Luego puso su mano en el pecho y dijo: -Sí observo todos esos soles, estas lunas y estas estrellas en mi corazón”.
La verdadera sabiduría, decía Sócrates, consiste en conocerse a sí mismo, en saber penetrar en las constelaciones y misterios del propio corazón. Hoy en día se mitifica a los especialistas, a los expertos, a los que exhiben con orgullo abultadísimos currículos, títulos, los títulos universitarios se parecen a los antiguos títulos nobiliarios, vivimos intoxicados de una información que se renueva en cada segundo, pero cada día escasean más y más las personas que se preocupan por conocerse. Eso son los auténticos sabios.
Una sabia mujer, una vez escribió: “Ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy pueda realizar…Hoy, entonces, tendré tiempo de ser feliz y dejaré mi huella y mi presencia en el corazón de los demás”.
POR:
P. Fabricio Alaña E, SJ
PARA PENSAR
¿CUÁL ES EL MAYOR PROBLEMA DE LA HUMANIDAD?
La ceguera de no reconocer dónde está la sabiduría.
¿Y DÓNDE ESTÁ LA SABIDURIA?
En los corazones que contemplan la vida con valor.
¿QUÉ ME PRODUCE SER SABIO?
Ser auténtico, ser feliz, ser y vivir con los demás.
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