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TODOS - TODOS - TODOS


TODOS – TODOS – TODOS

Una vez más, el PAPA FRANCISCO de 86 años de edad, nos sorprende con esas frases que te dejan pensado en la mente: ¿es posible?, que inquietan el corazón ¿podré yo abrirlo a todos? Y elevan el espíritu, podemos volar alto si soñamos juntos. Lo que hizo Francisco en Portugal, en la JMJ, (Jornada Mundial de la Juventud), fue simplemente recordarnos el proyecto creador de Dios Padre: el mundo, la creación es para todos y todas, Jesús, su hijo ofreció su amor incondicional a todos, todas, la salvación es para todos, todas, por algo en la cruz siempre estarán abiertos sus brazos para todos los que quieran reconocer su amor. Y en esa misma cruz, después de pronunciar su última palabra: “TODO está cumplido” (Jn. 19:30), símbolo de la entrega de toda su vida al Padre y a la misión, “un soldado atravesó con una lanza su costado para comprobar su muerte, “inmediatamente brotó agua y sangre (vida, energía, alegría)” (Jn. 19: 34) para todos, todos.


¿Qué es lo que, en el fondo, el Papa está promoviendo con esas frases? Es difícil hablar con certeza empírica, pues hablamos en nombre de un ser transcendente, para los que tenemos fe es una realidad presente, no es tan evidente para todos. La manera cómo lo hemos vivido y contagiado no ayuda muchas veces a hacer creíble el mensaje. Pero desde la fe, el testimonio de la vida de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia es creíble, es posible decir algo con sentido. Y lo que el Papa está transmitiendo es un mensaje que dé dignidad a todos y transparente un sentido que anime a luchar, a caminar de una forma diferente a cómo hemos destruido más que construido un proyecto universal por encerrarnos en la particularidad de intereses o en miopías existenciales o científicas.


El contexto de pluralidad y apertura científica a lo grande y pequeño, a lo cósmico y universal como a las partículas y a las energías de la estructura actual de la realidad nos dice que no es suficiente para entender lo real un gran telescopio, sino que necesitamos un microscopio. Lo grande y lo pequeño se conjuga en nuestros tiempos y espacios que van más allá de lo que vemos. Somos historia y esta historia es para todos los que vivimos en este plantea y las instituciones como Iglesias, colegios, universidades si algo significan es formar personas para construir espacios de vida y sentido.


La comunidad de fe, que llamamos Iglesia, contagia el sentido de la vida de CristoJesús, a quien lo podemos llamar, el Hermano Mayor, porque nos consideramos hijos de Dios en el Hijo Jesús. Esa es la convicción que nos mueve. Esa es nuestra fe. Pero no somos egoístas ni sabelotodo, si algo podemos decir de Jesús es que fue bueno por demás. Humano singular, “pasó haciendo el bien” (Hech 10:38), por ello, él es por excelencia “El hombre para los demás”, “paradigma de humanidad”. Lo que los creyentes llamamos salvación, otros pueden reconocer BONDAD, BELLEZA Y VERDAD ABSOLUTA. Están incluidos en la oferta cristiana de vivir con dignidad. Y no hay nada más humano que la bondad y la justicia digna. La Iglesia se constituye y consolida por ser Iglesia en Misión, lo que le da su identidad y configura su razón de ser es su oferta de humanidad, ser simplemente personas buenas, dignas, donde haya bondad, justicia y belleza humana como reflejo de Dios.


Esta es la propuesta de la comunidad de fe, que el Papa Francisco está recalcando, como llamada, aceptación y proyecto de vida:


“Amigos, quisiera ser claro con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías: en la Iglesia, hay espacio para todos. Para todos. En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: “Vayan y traigan a todos”, jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos. “Padre, pero yo soy un desgraciado, soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?”. ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos. No se oye, ¡otra vez! Todos. Todos. Todos. Y esa es la Iglesia, la Madre de todos. Hay lugar para todos. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos. Es curioso: el Señor no sabe hacer esto [indica con el dedo], sino que hace esto [hace el gesto de abrazar]. Nos abraza a todos. Nos muestra a Jesús en la cruz, que tanto abrió sus brazos para ser crucificado y morir por nosotros. Jesús nunca cierra la puerta, nunca, sino que te invita a entrar; entrá y ve. Jesús recibe, Jesús acoge. En estos días cada uno de nosotros transmite el lenguaje de amor de Jesús. Dios te ama, Dios te llama. ¡Qué lindo es esto! Dios me ama, Dios me llama. Quiere que esté cerca de Él” (Discurso en la Ceremonia de Acogida, Lisboa, 3 de agosto 2023).


POR:


P. Fabricio Alaña E, SJ


ACTIVIDADES:


1.- ESCRIBE ¿cuántas personas entran en tu corazón? Y ¿cuántas no?


2.- DESCRIBE ¿qué es lo que no te dejar abrir tu corazón?: ¿Miopía o egoísmo?


3.-¿Qué es lo que da Identidad y Misión a una comunidad de fe? Cuando contagias una verdad a todos, todos.



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