UN ABRAZO A LA ETERNIDAD
- fabroparatijoven
- May 11
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En estos tiempos de pascua se leen los relatos de las apariciones de Cristo Resucitado, ¿qué es lo que más llama la atención, por lo menos a mí? La sorpresa de Jesús, irrumpe en la vida de sus amigos y amigas cuando menos lo esperaban. Esa sorpresa a unos paraliza a otros moviliza a seguir su proyecto, transformar la cultura de muerte por una cultura de vida, de encuentro, de ternura, de abrazos a todas y todos
¿Cómo se puede hacer ese mensaje realidad? Si Jesús no está en el centro de la comunidad, entonces estamos llenas de ideologías o buenas intenciones inútiles que fatigan, cansan, dividen. Cuando Jesús está en el centro de la comunidad su recuerdo nos anima, nos alegra, nos abraza, somos capaz de superar miedos, proclamar la vida con fuerza y fomentar esperanza.
Esto fue lo que el Papa Francisco nos recordó con su vida y mensaje; “recuperar la alegría del evangelio”, ser buena noticia en donde estemos, para transformar tanto dolor en esperanza de amor. Te abrazo y te beso, como se hace en Argentina, Francisco. Y al nuevo Papa, rezo por él y lo bendigo. La última palabra de Jesús en la cruz fue: SIGUEME… nada más, no puso condiciones ni leyes, no preguntaba si estamos puros y sin mancha, sino ¿me amas? ¿será que la Iglesia seguirá a Jesús o a sus ideas sobre él? Si se deja sorprender y si esta cerca de los que sufren y ofrece alegría y esperanza a todos. LO SEGUIMOS.
Un amigo, bueno, en realidad es como un hermano, me sorprendió en estos días preguntándome a quién veía como nuevo Papa.
Podría haberlo tomado a la ligera, como una curiosidad por un tema del que han hablado estos días millones de personas. Pero no, lo suyo era diferente. Aunque sí fue curioso que él lo dijera, ¡porque prácticamente se define como ateo! Y siguió con esto: “Sí que he llorado a Panchito (sic). O sea, nunca me dibujé en esa escena. Pero bueno, desde el humanismo, Panchito tuvo un aporte increíble”.
Seguramente recordaremos al Papa Francisco, precisamente por esa humanidad y cercanía, que se ganó el corazón de tanta gente. Si hasta líderes de otras religiones han resaltado su figura. “El Papa Francisco se dedicó al servicio a los demás, demostrando coherentemente con sus propias acciones cómo vivir una vida sencilla pero importante. El mejor homenaje que podemos hacerle es ser bondadosos, servir a los demás”, expresó el dalái lama, líder espiritual del Tíbet. Y como él, muchos más.
Con un mensaje disruptivo pero siempre anclado en el Evangelio, Francisco siguió los pasos de Cristo. Y si Él como Dios, fue criticado en su vida terrena (y hoy, más de dos mil años después), sus discípulos también tienen que probar la copa amarga muchas veces. “En el mundo tendréis que sufrir; pero tened valor, yo he vencido al mundo”, dijo el Maestro. Y “Panchito”, como dice mi amigo, lo supo de largo. Debe haber pocos calificativos que faltaron por endilgarle.
En la Iglesia se cree firmemente que, a pesar de que son hombres quienes eligen al Papa, el Espíritu Santo es quien termina teniendo la última palabra. Y Francisco, quizás el menos pensado (hasta por él mismo) para ocupar la sede de San Pedro, terminó siendo el Pontífice para unos tiempos turbulentos que hasta una temible pandemia tuvieron. Nos quedó la imagen de aquella plaza de San Pedro desolada y el solitario Papa con su mensaje y la bendición al mundo, el 27 de marzo de 2020.
“Queridos hermanos y hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: ‘No tengáis miedo’” (Mt 28,5). Así finalizaba su mensaje, bendiciendo a todos.
Ya hay un nuevo Papa, un nuevo Vicario de Cristo, del que recogeremos enseñanzas. Así fue con San Juan Pablo II, que dijo: “Incluso cuando Dios parece guardar silencio ante la opresión, la injusticia o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es invocado”. “Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre”. Y Benedicto XVI: “Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra”.
Ahora, para siempre recordarlo, y agradecerle a Dios por haber vivido el mismo tiempo del Papa Francisco, aquí van algunas de sus frases, entre muchas de su largo pontificado.
“De la herida del costado de Cristo sigue brotando ese río que jamás se agota, que no pasa, que se ofrece una y otra vez para quien quiera amar. Sólo su amor hará posible una humanidad nueva”.
“Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos”.
“Queridos jóvenes, quisiera mirar a los ojos a cada uno de ustedes y decirles: no tengan miedo. No tengan miedo. Es más, les digo algo muy hermoso, ya no soy yo, es Jesús mismo quien los está mirando en este momento. Nos está mirando. Él los conoce, conoce el corazón de cada uno de ustedes, conoce la vida de cada uno de ustedes, conoce las alegrías, conoce las tristezas, los éxitos y los fracasos, conoce el corazón de ustedes”.
“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?
“La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudarla a levantarse”.
“Tengan, por tanto, la valentía de sustituir los miedos por los sueños; sustituyan los miedos por los sueños, ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!”.
¡Gracias por tu cercanía, Francisco; un abrazo hasta la eternidad!
PARA PENSAR:
¿QUÉ HIZO QUE BERGOGLIO SE CONVIERTA EN FRANCISCO?
Su capacidad de rastrear al Espíritu de Jesús.
¿QUÉ HIZO QUE FRANCISCO NOS SORPRENDA A MUCHOS?
Sacar lo mejor del corazón sacerdotal de Cristo: ser humano de verdad.
¿QUÉ LEGADO NOS DEJA?
MISERICORDEAR LA REALIDAD BUSCANDO LA FRATERNIDAD UNIVERSAL –LA UTOPIA SIEMPRE.
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