Cuando uso la palabra joven, pienso en rostros concretos que me encuentro cada semana en la vida. Muchos de familias católicas tradicionales, formados en nuestros centros educativos católicos. Pero que entienden la RELIGIÓN, como un aprendizaje de doctrinas, que ni entienden ni practican. Lo importante es repetirlas para pasar las pruebas y hacer la primera comunión, confirmación y cumplir los requisitos para casarse y demás papeleos curiales que les piden a los católicos de hoy para evidenciar que lo son. Y no toquemos las aburridas clases de religión.
Por qué los jóvenes de hoy no viven la religión como los de antes ¿Qué es lo esencial de la fe? Seguro no va por dividir o señalar los pecados y errores de los fieles en graves o leves, fáciles o difíciles, pequeños y grandes. No. Por ahí no va lo esencial. Cuando se olvida lo esencial fácilmente se adentran las religiones por caminos de mediocridad piadosa o de casuística moral, que no solo incapacitan para una relación sana con Dios, sino que pueden dañar a las personas. Ninguna religión escapa a estos peligros.
Hoy podemos aprovechar los tiempos de estar en casa para reflexionar con los jóvenes los verdaderos caminos de la fe. Inspirar más nuestra vida en la gracia y liberalidad de Jesús cuya preocupación fue lo humano, es el camino para evangelizar hoy, y no en la ley mal entendida y vivida.
En el asunto del amor nos va la vida –y por ello, transcribo el hermoso comentario al evangelio de Mateo 22: 34-40, cuando le preguntan a Jesús ¿Cuál es el mandamiento más importante?- precisamente por eso necesitamos recordar con cuánta facilidad nos engañamos a la hora de ponerlo en práctica. Quizá por eso Jesús le hace a Pedro junto al lago un test de diagnóstico rápido: Y cuando le oye responder afirmativamente a su pregunta “¿Me amas más que…?, le pone inmediatamente delante el camino en que verificar la autenticidad de su amor: “Apacienta a los míos, cuídalos, preocúpate, hazte cargo de ellos”.
El test sigue siendo eficaz hoy y quizá en este tiempo de pandemia nos venga bien actualizar sus imperativos y escucharlos como dirigidos personalmente a cada uno de nosotros.
- Si me amas, huye de la obsesión por que termine cuanto antes este tiempo de crisis para poder volver “a lo de antes”. Eso “de antes” estaba absolutamente descompensado y urge reequilibrar el mundo: el sueño de un crecimiento y un consumo sin límites está teniendo consecuencias devastadoras.
- Si me amas, aprende las lecciones de la pandemia: los límites de la autosuficiencia y la común fragilidad, la conciencia de que, frente al virus de la Covid 19, no hay más defensa que el virus de la solidaridad.
- Si me amas, hazte de nuevo las preguntas esenciales, reflexiona sobre los retos planteados, el sentido de la vida, de las cosas y del mundo. Prepárate para defender la vida, apreciarla como nunca, amarla, vivirla; no desde el temor a la muerte, sino desde la alegría de estar vivos.
- Si me amas, piensa junto a otros y a largo plazo sobre el futuro de la condición humana: qué decisiones y políticas públicas son necesarias para defender la vida y su disfrute, su sentido y su sentir.
- Si me amas, desconfínate mentalmente por rebeldía y no resignación, por esperanza y con esperanza. Ponte a favor de una política y una economía de la vida y por la vida y escucha las preguntas de las generaciones futuras sobre qué mundo mejor pueden esperar.
- Si me amas, apacienta las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft): eres tú el encargado de apacentarlas, no dejes que sea su poder de distracción quien tome el control de tu vida.
- Si me amas, enciende en la oscuridad luz de visión, de orientación y de esperanza.
NOTA por si a alguno le pasa como a Pedro: las consecuencias del amor que Jesús le ponía delante le venían tan grandes, que trató de salirse por la tangente: “- Vale, yo lo intento, pero ¿Qué pasa con fulanito y menganito y el otro, que no están por la labor de vivir todo eso?” El corte recibido fue fulminante: “-¿Y a ti qué te importa? Tú, sígueme”. Que en el fondo no es más que la versión adulta del juego “Antón Pirulero” que nos sabíamos los niños de antes: “Cada cual, cada cual, que atienda a su juego”.
Dolores Aleixandre
(Tomado en feadulta.com).
ACTIVDADES:
1.- ESCRIBE TRES RAZONES POR QUÉ TE ABURRE LA RELIGIÓN:
por ser muy teórica su explicación, por mandar más que inspirar, por su lenguaje difícil.
2.- ¿CÓMO PUEDES INSPIRAR UNA FE AUTÉNTICA?
Estando cerca de los que sufren, de quien te necesita.
3.- ¿QUÉ PUEDES HACER EN ESTA PANDEMIA?
Pensar juntos a otros y a largo plazo. Desconfiarte a favor de una economía y política favor de la vida.
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