Hemos comenzado un año nuevo: ¿Uno más? ¿En qué se va a diferenciar del anterior? Pensando en los jóvenes para quienes se escriben estas líneas: el cambio se dará biológicamente por sus propias leyes, ¿por inercia? No siempre, dependerá si ha tenido una buena alimentación.
Psicológicamente se dará el cambio, es distinto en hombres y en mujeres, puede ser, pero hay un cambio que se percibe en cómo te levantas, qué aspiras, a quién eliges como amigos, cómo cuidas la amistad, qué proyectos vas organizando para construir tú futuro. Aquí no hay cabida a la inercia, no habrá ninguna fuerza natural que te ayude a ver la vida con optimismo, a pensar alternativas creativas a los problemas de la vida, al modo de relacionarse con las personas, al modo de ser.
El verdadero cambio significa crecimiento y se consolida en la historia, en el día a día. Eso dependerá de lo que hayas asimilado como importante en tu proceso educativo, tanto a nivel familiar como en los centros de estudios. Tus padres y maestros te habrán compartido su proyecto de vida en la forma de llevar la familia, de dar una clase, de orientarte, de señalarte un horizonte. Pero nadie puede obligarte a caminar si no te mueves por ti mismo, y nadie se moverá si no tiene un propósito o proyecto de vida.
¿Cuál será el gran propósito de este nuevo año?
¿Lo tienes claro?
¿Lo has anotado en algún lugar que te lo recuerde todos los días?
¿Has pensado las estrategias para conseguirlo o lo dejas al conejo de la suerte?
¿Tienes algún indicador que verifique si avanzas?
¿Cómo lo evaluarías?
Preguntas y preguntas. Si la cosa va en serio lo tendrás presente, lo pensarás y actuarás en coherencia.
Debes tener claro, querido joven, que el Propósito de la vida, de cada año, no es un mero deseo: según el diccionario (RAE): es no solo el ánimo de hacer algo, sino el objetivo que se pretende conseguir. Proyecto es algo más elaborado: geométricamente es una perspectiva, la cual puedes usar para ver tu vida en proyección: qué quieres ser, qué quieres de ti. Pero un proyecto ante todo es la ejecución de algo de importancia, un pensamiento de ejecutar algo. Matemáticamente conjunto de escritos, cálculos o dibujos que se hacen para dar idea de cómo ha de ser y lo que ha de costar una obra de arquitectura o ingeniería. Pero se requiere dar un paso, para probarlo antes de darle forma definitiva.
La cosa va en serio, entonces ¿cuál es el gran propósito de tu vida? Para todo ser humano no existe otro que el de conseguir el título más valioso que se puede alcanzar en la vida, el de buena persona. Esto no te lo da ninguna universidad, ni centro de estudios, sino los valores que has asimilado de tu ambiente y los has hecho tuyo como proyecto de vida. ¿Lo tienes claro?
¿Por qué fracasamos los humanos en este gran proyecto?
Muchas veces por dejarlo a la inercia, a responsabilidad de otros, por poner el acento en el tener, pero sobre todo por falta de planificar y valorar. Recuerda: “somos artesanos de nuestras vidas. Las abejas se nutren del polen de las flores, arquitectas de sus panales. Nuestras manos inteligentes se nutren de las riquezas de la tierra para orquestar las conciencias en sus construcciones majestuosas, en sus épocas libertarias de independencias, de migraciones, de nuestros quehaceres hogareños” (Pedro Aranda, El regalo de ser persona: www.feadulta.com).
Estamos a tiempo de crear tu gran propósito y proyecto. Para los adultos que hemos fracasado o no hemos avanzado mucho estamos a tiempo de conectarnos con el Creador de la vida, con las motivaciones reales y profundas de nuestro ser que son trascendentes para reconstruir nuestras vidas. Para los que creen en el Dios creador, es el mismo que el Salvador, siempre nos da una oportunidad, se puede cantar cada año un cántico nuevo, porque el Señor ha hecho maravillas, porque da a conocer su victoria, revela su justicia, misericordia y fidelidad (salmo 97). Para ello nos ayuda a ponderar los cómo. Hoy en día debemos pasar de la inteligencia artificial, tan en boga, a la inteligencia del corazón tan menospreciada.
Feliz año, amigos y construyamos o reconstruyamos el gran propósito de la vida. Armar el proyecto de ser persona a plenitud.
Por
Fabricio Alaña SJ
Reflexionemos
¿Cuál es la diferencia entre propósito y proyecto?
Propósito: ánimo, intención, objetivo. Proyecto: diseñar y ejecutar lo que se desea.
¿Cuál es el gran proyecto de todo ser humano?
Ser persona a plenitud.
¿Por qué fracasamos los humanos?
Por vivir de la inercia, por no conectarnos con lo profundo de nuestro ser, por falta de educación.