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¿ES NECESARIA LA NAVIDAD?


Este es un mensaje para jóvenes y adultos que estamos lejos de vivir lo que se debe vivir en la navidad. Sin embargo, vemos cómo disfrutan los placeres de la navidad… Por ello, vale la pena en medio de tanto bullicio, consumismo, pero también alegría y esperanza reflexionar más a fondo:

¿qué significa la navidad para nosotros hoy?

Tú querido niño disfrútala, vívela al máximo, pero no pierdas la inocencia y la ingenuidad primera que te lleva a ser tú mismo, libre y auténtico, sin prejuicios para disfrutar con otros niños sin importar su raza, sexo o religión las bendiciones de la Navidad. Pero tú, querido joven anímate a dar un paso de libertad y pensar en los sentimientos más profundos que te hacen buscar algo diferente para vivir en la autenticidad. Y querido adulto, anímate a leer estas líneas de un creyente católico muy profundo, que se llama José Antonio Pagola, que se pregunta ¿NO NECESITAMOS A DIOS ENTRE NOSOTROS?

“Hay una pregunta que todos los años me ronda la cabeza desde que comienzo a observar las calles con sus preparativos para la navidad:

¿Qué puede haber todavía de verdad en el fondo de esas fiestas tan estropeadas por intereses consumistas y por nuestra propia mediocridad?

No soy el único. A muchas personas las oigo hablar de la superficialidad navideña, de la pérdida del carácter familiar y hogareño, de la vergonzosa manipulación de los símbolos religiosos y de tantos excesos y despropósitos que deterioran hoy la navidad. Pero el problema, para mí es más hondo:

¿Cómo puede celebrar el misterio de un “Dios hecho hombre” una sociedad que vive prácticamente de espaldas a Dios, y que destruye de tantas maneras la dignidad del ser humano?

¿Cómo puede “celebrar el nacimiento de Dios” en la que el célebre profesor francés G. Lipovetsky, al describir la actual indiferencia, ha podido decir estas palabras: “Dios ha muerto”, las grandes finalidades se extinguen, pero a todo el mundo le da igual esta feliz noticia?

Al parecer son bastantes las personas que les da igual creer o no creer, oír que Dios ha muerto o ha nacido. Su vida sigue funcionando como siempre. No parecen necesitar ya de Dios. Y, sin embargo, la historia contemporánea nos está obligando ya a hacernos algunas graves preguntas. Hace algún tiempo se hablaba de la “muerte de Dios”. Hoy se habla de “la muerte del hombre”. Hace algunos años se proclamaba “la desaparición de Dios”; hoy se anuncia “la desaparición del hombre”.

¿no será que la muerte de Dios arrastra consigo de manera inevitable la muerte del hombre?

Expulsado Dios de nuestras vidas, encerrados en un mundo creado por nosotros mismos y que no refleja sino nuestras propias contradicciones y miserias,

¿quién nos puede decir quiénes somos y qué es lo que realmente queremos? ¿No necesitamos que Dios nazca de nuevo entre nosotros, que brote con luz nueva en nuestras conciencias, que se abra camino en medio de nuestros conflictos y contradicciones?

Para encontrarnos con ese Dios no hay que ir muy lejos. Basta acercarnos silenciosamente a nosotros mismo. Basta ahondar en nuestros interrogantes y anhelos más profundos. Este es el mensaje de la Navidad: Dios está cerca de ti, donde tú estás, con tal de que te abras a su Misterio. El Dios inaccesible se ha hecho humano y su cercanía misteriosa nos envuelve. En cada uno de nosotros puede nacer Dios”. (Tomado de feadulta.com, accedido 20 de diciembre 2019).

Por,

Fabricio Alaña E.

Reflexionemos:

¿Es necesaria la navidad?

Claro que sí para ayudarnos a ser mejores, como Jesús.

¿Cómo puede celebrar el misterio de un “Dios hecho hombre” una sociedad que vive de espaldas a Dios y que destruye la dignidad humana?

Solo desde el cinismo, pero navidad es oportunidad de cambiar. Hagámoslo.

¿No necesitamos que Dios nazca de nuevo, que brote una luz nueva en nuestras conciencias?

Por ello, mismo es necesario celebrar la navidad, que abre caminos en nuestros conflictos.


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