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LA BELLEZA DE SER Y CRECER


Ser Padre/Madre hoy es todo un desafío. Mis respetos, sobre todo para los que son padres de adolescentes, pues en esa edad de cambios hormonales, neuronales, de carácter y físico se va forjando un nuevo orden, producto que se va dejando a través del caos del crecimiento al niño para que gracias al adolescente, el que crece, surja el nuevo hombre o mujer que dirigirá, cuidará su ciudad, país o sociedad. Por lo tanto, crecer es el arte de desarrollar la belleza del ser.

Bello es el hombre y la mujer que sabe valorarse a sí mismo y desde su valor ofrece a la sociedad lo mejor de sí. Es todo un desafío para padres y educadores, estas personas son las que más influyen en esa etapa de crecimiento de un adolescente, unos más, otros menos, todo depende de la belleza de ejercer el ser padre, madre o educador. A todos los recordamos en nuestras vidas de adultos. Gracias a ellos, comenzamos a ser la persona que ideamos, sentimos o planificamos en función de nuestros sueños, proyectos y competencias, aptitudes y actitudes.

Pero lo que un adulto es, solo lo es como fruto de sus propios discernimientos, raciocinios y elecciones. Nadie puede decidir por ti querido joven lo que decidas ser con el ejercicio de tu libertad, con el manejo de tu carácter y cualidades, pero sobre todo con la valía de tu ser y la armonía de tu belleza.

Educar para la belleza es uno de los grandes desafíos y deudas pendientes de padres, madres, educadores y sociedad. Hoy en la sociedad del conocimiento, de la ciencia y de la técnica del predominio de la razón instrumental, de la productividad y eficacia no se tiene claro qué es lo bello, y cada vez se considera algo abstracto y posible solo para unos pocos que tienen el talento.

Definir lo bello será tarea de todos, pero sobre todo de quien se valora a sí mismo sabrá reconocer lo que vale la pena. Como dice Geoconda Belli: “La mujer es bella de muchas maneras, pero el énfasis en lo físico, en la belleza de la juventud, reduce la visibilidad de las mujeres a un tiempo muy corto”. Por lo tanto, una mujer bella no lo determina lo físico…¿Lo tienes claro?

Un hombre bello, tampoco se determina por lo físico. Eso producirá atracción fugaz, valoración momentánea. La belleza del ser tiene que ver con tus sueños, ideales, intenciones y acciones y deben ser valoradas por otros para darle objetividad y reconocimiento. El arte se valora con la apreciación visual, pero no es para museos ni cuadros ni pinturas solamente, sino para esas palabras bellas que trascienden la historia, producen sentido, mueven corazones y en especial aquellas intenciones, acciones y operaciones que comienzas en tu interioridad pero que plasman proyectos de amor: hacer un hijo, es una obra bella y requiere de dos y de un contexto adecuado para que crezca, no es lo mismo que tener sexo o relaciones fugaces. Levantar al caído es una acción bella por solidaridad, pero lo que más humanos nos hace es desarrollar el ser para crecer sano, sabio y con sentido. Esta es la labor más bella del oficio más complicado, muchas veces menos remunerado: el de ser papá, mamá o educador.

Otra de la característica de la belleza del Ser, además de su armonía, atracción o deleite es su vulnerabilidad. Esta puede ser ultrajada, despreciada, truncada o transformada como cuando los adolescentes interrumpen su proceso de crecimiento armónico e integral con embarazos. Solo en nuestra provincia de Manabí uno de los índices de mujeres más bellas del país, con permiso y perdón de las demás bellezas de otras ciudades, el índice de embarazo es alto. Esto les cambia la vida. Para bien muchas veces cuando el amor prima sobre el placer. Pero en muchos casos no y sobre todo no están preparadas en corta edad para enfrentar esa nueva realidad de dejar de ser estudiante a ser padre o madre.

Según Plan Internacional siete de cada 10 niñas menores de 14 años se convierten en madres todos los días en el país y mucho de esto es por abuso sexual. En Manabí cuatro de cada diez adolescentes. Y según la Organización Panamericana de la salud el Ecuador tiene la segunda tasa más alta de fecundidad adolescente, después de Venezuela (El Diario, 07-12-2019, 3ª).

Repensar las estrategias para educar y acompañar a los adolescentes a no interrumpir su crecimiento es una necesidad. NO se trata de seguir entregando preservativos en los colegios o seguir dando charlas que no involucren a los padres de familia en verdaderos diálogos y consensos para saber acompañar a los chicos y chicas. Sino aprender a educar en la belleza y el arte de la vida, saber valorarse y saber valorar lo bello de la obra más importante: ser persona en plenitud que debemos conseguir en verdaderos proyectos de vida que los chicos deben armar al terminar un proceso educativo como es el de los colegios. Involucrar a las familias es más importante que a miembros del Ministerio de Salud que se quedan en tecnisismos u ONGs que tienen mucho tinte ideológico en algunos casos. El amor y la belleza son sinónimos cuando se encuentra sentido a la vida y ser arma un proyecto vital que no lo trivializas por el placer del momento.

Por

Fabricio Alaña E. sj

Reflexionemos:

¿Qué ES LA BELLEZA?

El arte de valorar lo bueno y valorarse

¿Cuál es la belleza más importante a cuidar?

El arte de crecer y armar tu proyecto de vida

¿Por qué se desvaloriza lo bello en los adolescentes?

Por falta de educación y acompañamiento de sus padres.


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