“El mundo de los jóvenes desafía a la educación” es una de las charlas del Dr. Antonio Pérez Esclarin, español-venezolano, pedagogo y estudioso del hecho educativo, pero sobre todo amigo y maestro. Estará con nosotros los días 5, 6 y 7 de Febrero impartiendo algunas charlas y para el lanzamiento de su libro que lleva por nombre “Aportes para una educación de Calidad”. Aquí encontraremos esta charla sobre la realidad juvenil y la necesidad de escucharlos para responder a sus necesidades desde lo que la educación puede ofrecer y que sea significativa para la vida y crecimiento de los jóvenes.
Vivimos tiempos de crisis, y es fácil culpar de lo que nos pasa al contexto, a la casualidad, a los demás ¿dónde está el manejo de nuestras vidas? Vivimos crisis social, familiar, política, económica, de valores, religiosa, entre otros. Ya no se conoce ni comprende al mundo, peor a la persona. Sin embargo, estos tiempos de crisis son tiempos de grandes retos y oportunidades.
Antes se creía que la fe salvaba de todo, vino la modernidad y nos dijo que es la razón y la ciencia. Hoy nos dice Antonio Pérez, es “sálvese quien pueda”. Y lo que hoy impera es una ausencia de pensamiento, un pensamiento “light”, poco o nada profundo para comprender la realidad o crear alternativas. El modelo de ser humano que planteó la modernidad del “pienso luego existo”, se diluyó en el “consumo luego soy” de la postmodernidad, porque si pienso estorbo. “Los grandes sueños han quedado reducidos a comprar y consumir, la libertad se ha degradado a la posibilidad de elegir entre miles de productos o canales, y la felicidad se ha rebajado a pasarlo bien, salir de compras, y responder a los estímulos permanentes del mercado. Vivimos la sociedad del consumo y del espectáculo”.
Es clave nos dice Antonio, que “intentar comprender a los jóvenes es intentar comprendernos, lo que fuimos, lo que seríamos si hubiéramos nacido décadas más tarde. Debemos evitar la tentación de homogenizar la juventud y pensar que todos son iguales, sin considerar sus diferencias y enorme diversidad. Los jóvenes son, en parte hechura nuestra, fruto de la cultura imperante, mayormente creada por los adultos. Por eso debemos acercarnos a los jóvenes sin miedo, para enfrentar la crisis, sin prejuicios. “Si los que ya hemos celebrado un número considerable de cumpleaños comprobamos día a día que no es fácil vivir hoy con autenticidad y dignidad la propia vida, podremos imaginar que ser joven también debe ser difícil”.
Las características más notoria de la realidad juvenil, nos dice Pérez Esclarin, es La inmadurez y la inseguridad. Inmadurez que se refleja en la agresividad de sus estilos, una inadaptación subjetiva a todo lo objetivo con una ausencia de historia personal, un vacío de sí mismo, falta de sentido, de no querer hacer las cosas, de sueños e ideales. A ello se une la inseguridad que se manifiesta en un descontrol de emociones y expresiones, desvinculación del entorno, a la falta de interés.
Una sociedad en crisis que no fomenta la responsabilidad social, una familia que delegó sus funciones a los medios de comunicación o electrónicos-tecnológicos, unos centros educativos desconectados de la realidad e intereses juvenil y regidos por programas poco flexibles y nada plurales, hacen que la realidad juvenil no encuentre por el momento espacios de reflexión y alternativas de convivencia y sea la calle el lugar de la experiencia más atrayente para ser ellos, lo que quieren ser.
Urge reflexionar sobre estos desafíos que nos presenta la realidad juvenil, seguiremos en otro Para Ti Joven, en donde la escuela que se innova pasa a ser la mejor estrategia para el uso creativo y crítico de las tecnologías informáticas. Debemos sustituir, nos dice Antonio Pérez, “el lamento moralista por un proyecto profundamente ético, del fortalecimiento del sujeto histórico”.
Por:
Fabricio Alaña E.
Reflexionemos:
¿Cuáles son las características de la cultura Juvenil hoy?
La Inmadurez y la Inseguridad
¿Qué causas ocasionan esa realidad?
La crisis social de los adultos, el mal uso de la tecnología, crisis familiar, centros educativos desconectados con la realidad.
¿Qué desafío se presenta para los centros educativos?
Pasar del Lamento moralista a un proyecto ético del fortalecimiento del sujeto.