“Entiendo que en estos tiempos de cambio permanente, cambio de época, más que época de cambios, donde los conocimientos nos llegan como yogures, con fecha de vencimiento, ser educador es vivir en formación.” (Antonio Pérez Eclarin).
Con esas palabras el Dr. Antonio Pérez Esclarin hacía pensar a más de 100 educadores de la FEDEC-G (Federación de Establecimientos Católicos del Guayas) una de las diez claves para ser un maestro católico de calidad. La charla fue de lo más amena, crítica de lo que hacemos y esperanzadora de lo que sembramos en nuestro trabajo educativo con los chicos. Hoy hago una síntesis personal gracias al trabajo de todos los asistentes y lo resumo para que quede ese testimonio de quien nos movió a “disoñar”, diseñar nuestra profesión y soñar con nuestra misión con alegría, esperanza, con mirada contemplativa y admirativa, con pasión, a pesar de venir de un sitio tan conflictivo como Venezuela, o gracias a ella despierta lo mejor de nosotros para no dejarnos aplastar por los conflictos y contrariedades.
Palabras Claves:
1. Vivir en Formación: El docente que ha dejado de aprender se convierte en un obstáculo para el aprendizaje del alumno. La FORMACIÓN PERMANENTE es la clave, que enseñe no solo a aprender, comprender y emprender, sino a transformarse y a desaprender.
2. Desprogramar la Mirada: saber mirar al estilo de Jesús que veía en las personas no pecadores, prostitutas, pobres, sino los nuevos discípulos, los amantes de la verdad, los que saben confiar en el Dios amigo de la vida. Eso solo es posible porque “mira” no pecadores y débiles sino personas e hijos e hijas de Dios. Mirada tierna, compasiva y contemplativa.
3. Sembradores de Esperanza: Es imposible educar sin esperanza. La esperanza es el centro de la fe cristiana, por lo tanto el desencanto y el fracaso no destruyen nuestra fe en la misión.
4. Aprender a escuchar: Clave del diálogo. Escuchar como Jesús los latidos profundos de dignidad, paz y plenitud. Escuchar para comprender.
5. El Maestro de Calidad Católico: ante todo es un DISOÑADOR, la educación exige la convicción de que es posible el cambio. Soñemos y hagamos del sueño un diseño, ser capaces de arrastrar a otros.
6. Practicante de la Pedagogía del Amor: que se escribe con “A” de ánimo, sabe dar palabras de aliento que estimulan a aprender, de atención, que sabe lo que necesita su alumno, de ayuda que siempre da una nueva oportunidad y de acompañamiento en el crecimiento del ser persona.
7. Apasionado: no es la técnica ni el conocimiento lo que forma, sino el testimonio de quien ama lo que hace y lo hace con pasión.
8. Caminar hacia el Encuentro con el Otro: Al estilo del Papa Francisco quien nos invita a construir esa “Cultura del Encuentro” del que se da tiempo para el otro, lo busca de verdad y su rostro refleja bondad. Como Jesús que sale al encuentro compasivo del que sufre.
9. El maestro de calidad católico sabe hacer alianzas estratégicas: con los padres de familia, sabe articular su labor con la familia, que es la primera y principal escuela.
10. Asume el conflicto como fuente de Vitalidad: formar personas es la tarea, no es fácil, no podemos cansarnos. Las crisis son oportunidad de crecimiento, los obstáculos de creatividad y la superación de confrontaciones de hermandad.
Debe quedar claro que no hemos dado una receta, sino pautas de una reflexión profunda sobre nuestro ser, hacer, para que en el hecho educativo acontezca lo que diseñamos y soñamos. Solo lo afectivo será efectivo si sabemos maquillar el corazón y acercar la razón. Hoy más que gerentes, necesitamos líderes que contagien la pasión por vivir, la aventura de creer al estilo de Jesús.
Por:
Fabro SJ
Reflexionemos:
¿Cómo descubrir las claves para ser Maestro de Calidad?
Reflexionando sobre tu ser, hacer, acontecer.
¿Qué es la calidad?
La calidez de quien transmite humanidad y forma personas
¿De las diez claves con cuál te quedarías?
Yo me quedo la de mirar como Jesús, pues hoy requerimos una nueva mirada profunda. Y ¿tú?