Es importante que cada uno tenga su propia idea o concepto de lo que es INNOVAR.
Para mí, INNOVAR ES AMAR, es ser responsable con la realidad que exige pensar respuestas y modelos nuevos a viejos problemas y nuevas realidades, quienes educamos queremos que las nuevas generaciones sean mejores.
La era de la digitalización trae graves dificultades y muchas oportunidades. Se agranda la brecha entre ricos y pobres quienes no tiene posibilidad de acceder a las últimas tecnologías. Pero no es solo un saber usar nuevas herramientas de producción, comunicación e información. Es una nueva cultura, la cultura digital, que trae profundos cambios en el pensar, actuar y relacionarse.
Como resultado de la digitalización, viene uno de los componentes que más cambiarán la estructura de producción de las grandes y pequeñas empresas. La Robotización, almacenes atendidos por robot's, estos incluso harán operaciones en hospitales ¿qué tipo de educación están recibiendo nuestros chicos para que puedan surgir en la vida? Seguimos llenando las aulas de las universidades con las carreras tradicionales de Medicina, Leyes (Hay universidades que no dan beca en carreras de alta demanda, estas son las señaldas).
La crisis axiológica, que dificulta el ENCUENTRO maestro – alumno, docente – discípulo. Cada uno pertenece a generaciones e intereses distintos que no logran crear puentes en el aula para provocar un aprendizaje significativo y gusto por aprender a aprender.
Unido a lo anterior está la CRISIS DE AUTORIDAD, las nuevas generaciones millenials, zeta, apps … son de pensamiento y estilos distintos, en dónde no hay jerarquía y la horizontalidad es lo que los relacionan, no es que no respeten la autoridad del adulto, del maestro es que comprenden que la vida es distinta al que monopoliza la información, al que manda por decreto, al que se mueve en el mundo de las ideas que no toca la vida ni la realidad. Y esto es más grave cuando el mismo maestro o quien ejerce el poder no comprendió que AUTORIDAD VIENE DEL LATIN AUTORITAS QUE SIGNIFICA HACER CRECER y no dominar, controlar o mandar….
A todo lo anterior se le debe unir los graves problemas que se encuentran el ejercicio del proceso de enseñanza y aprendizaje. Hay un desánimo enorme ante el “bosque pedagógico” (expresión de J. Marina) o el meremagnun de ofertas educativas de grandes convenciones, grandes pronunciamientos, en donde todo el mundo tiene derecho a opinar pero que no produce ningún cambio desde hace más de cuarenta años, también se une la desidia (pereza en cambiar) y el desánimo de muchos educadores que se sienten cansados o desencantados.
Sumemos las murallas que se deben derrumbar y que por su tradición son duras más no imposibles, pero sí pueden producir cansancio, en donde se ve de manifiesto claramente los grandes enemigos de la INNOVACION pedagógica: el curriculismo, el activismo, la inercia.
Por ello, hablamos o queremos hablar desde la modestia sin perder el desafío de la grandeza del educar, cambiar vidas y teniendo claro que cualquier propuesta realista debe ser interdisciplinar y teniendo en cuenta la complejidad e integridad de las políticas que deben hacer posible esas reformas (estatales, económicas, educacionales, inclusivas, laborales, entre otras).
¿Qué queremos?
Lo primero que el Estado debe hacer a mi modo de ver, y sigo los procesos que se hicieron en algunos países o ciudades como Finlandia, Barcelona y la experiencia Horizonte 2020 de los jesuitas catalanes es pararse y pensar ¿Qué deseamos? ¿Qué país queremos construir? ¿Qué perfil de estudiante, ciudadano deseo formar? Y en Ecuador no lo tenemos. Lo que hay son proclamas de políticos o de tecnócratas, pero no un consenso social que provoque un verdadero acuerdo nacional por la educación.
Si me preguntan a mí, comparto lo que la Red de Unidades Educativas de los colegios jesuitas ha venido trabajando en el Ecuador. Y es preguntarnos ¿qué será de Juan, Josefa en 18 años cuando dejen el colegio y pasen a la universidad? ¿qué será de nuestros chicos cuando entren a la universidad y hagan sus licenciaturas, maestrías, doctorados? ¿qué empleos encontrarán si son totalmente distintos a la información que han recibido, si esta cambia cada tres horas? (por no decir cada hora) ¿los formamos para la vida y el desarrollo pleno?
Emilio es una posibilidad real de lo que queremos: terminó sus estudios este año de secundaria. Dos años nadie lo aguantaba, como se dice desesperanzadamente, un desastre de alumno, no presentaba tareas, se huía de clase, vivía deprimido porque no podía jugar fútbol. Fui su rector 8 años, estuve a punto de echarlo. Su mamá insistió en que le ayudemos, con todo el equipo interdisciplinario, tutores, sicólogos y pastoralistas y gracias a las nuevas metodologías interactivas y propuesta de Innovación que llevamos en el colegio, logramos a través de las metodologías de proyectos y problemas involucrarlo en el albergue para migrantes “Un techo para el Camino”, que lleva la obra de los jesuitas Hogar de Cristo, y Emilio se involucró, y comenzó armar el proyecto para ayudar a nuestros hermanos venezolanos, y pensó una microempresa, involucró compañeros y docentes, y por supuesto al rector a cada rato. Creó una fábrica de chocolates, cuya ganancia la entrega para los migrantes y para más producción.
¿Qué queremos de Emilio y de cualquier estudiante? Que sean un ser humano capaz de pensar soluciones, de emprender innovaciones, pero sobre todo que sea humano, sensible ante el sufrimiento de los demás. Ese es el perfil que buscamos, formar personas competentes, compasivas y comprometidas.
Por
Fabricio Alaña E.
Reflexionemos:
¿Qué desafíos retan hoy a la educación tradicional?
La Digitalización, La Robotización, La crisis Axiológica, la crisis de autoridad.
¿Qué solucionen se pueden dar?
Pensar la innovación educativa de manera profunda y sistémica, no cosmética ni metodológica.
¿Qué queremos de los chicos?
Que sean competentes, compasivos y comprometidos.