El mes de octubre para la Iglesia católica es clave en su propuesta de contagiar lo que se cree y lo que se desea vivir en el proyecto de Jesús de Nazaret. Octubre es el mes misionero por excelencia. En honor a Santa Teresita Patrona de las misiones que desde un claustro una monjita del siglo XVIII fue doctora y santa por rezar por las misiones, por hacernos pensar de forma sencilla que lo único que vale la pena es el amor y porque se ama se transmite ese amor en un Dios que lo ha expresado de muchas maneras al mundo, en la historia y a cada ser humano.
La iglesia ha usado distintas estrategias para animar el tema de las misiones, campañas de promoción de obras, misioneros importantes, captación de fondos, oraciones, entre otras. Hoy el impacto a pesar del enorme esfuerzo es mínimo. Grandes resultados hubo en el pasado, de aquí han salido muchos hombres y mujeres, sacerdotes, religiosas, laicos, matrimonios para ir a otros lugares a contagiar la fe. Aunque hay que reconocer que lo que muchas veces se ha hecho es un adoctrinamiento, un creer que evangelizar es sinónimo de bautizar o asistir a misa.
Hoy los jóvenes cuestionan toda verdad, toda tradición no por rebeldes no por capricho sino que no les dice nada lo que han visto en sus mayores o lo que tratan de imponer, porque para los chicos el lenguaje de la imposición , de la repetición de actos que no se saben explicar el sentido no les dice nada, no los contagia para creer en un proyecto de vida que arrastre, que mueva sentimientos, que cambie vidas. El Jesús predicado no es el Cristo vivido y allí está el problema para los jóvenes de hoy que su lógica digital, sus cualidades multitasking, sus símbolos más virtuales que físicos, más visuales que abstractos, su sentido de lo provisorio y escasa percepción de lo absoluto ha creado otra cultura para lo cual la iglesia no está preparada.
Un ejemplo claro de esta disintonia qué hay entre lo que los adultos católicos queremos imponer a los chicos es el tema de los sacramentos, tanto en las parroquias como en los colegios el resultado de su enorme esfuerzo es precario. Los chicos terminan sus clases obligatorias y no quieren saber nada. Cuando se incorporan obligatoriamente a los padres para que sean más protagonistas en educar en la fe a sus hijos y participen en la catequesis familiar el resultado es hasta peor. Pues la pareja no es pareja para educar.
El asunto es más grave en la Confirmación. Pues, ya se han vivido dos sacramentos como el bautismo, la eucaristía y se ha practicado ritos, novenas, procesiones. Llegan a la confirmación en la edad de las grandes transformaciones y la transformación más importantes de sentirse amado y llamado a ser seguidor de Jesús en el mundo y dar testimonio de amor, de justicia y de verdad se vuelve un conflicto. Los chicos no desean hacer la confirmación, lo hacen por obligación, porque se lo exigen sus padres cuando en algún colegio se le niega hasta la matrícula ¿qué ocurre ? ¿Qué falló?
Hay una gran crisis de valores, axiológica. Qué es lo más importante en la vida de las personas, ¿la fe? ¿La supervivencia material? ¿El futuro por construir y le dará el sentido de su porvenir? Lo más grave es cómo viven los adultos y como viven los chicos. Los jóvenes rechazan lo que ven, no les dice nada, no les contagia alegría, esperanza, el Amor que Dios predica se ha prostituido y qué ídolo se vive en realidad en nuestro mundo y sociedad. Allí hay pistas de reflexión.
Hay que unir la falta de estrategias pedagógicas actualizadas que las parroquias y los colegios no quieren emplear o asumen que es distinto. En una sociedad plural, secular y multicultural la fe no se la puede enseñar aislada. Metodologías interactivas, aprendizaje basado en proyectos y problemas, como emprendimientos sociales para resolver los problemas del mundo son claves para que la fe sea un motivo trascendente y ayude a vivir la vida de otra manera. Hoy no son muy significativas las clases magistrales asumidas por un solo maestro, el aprendizaje cada vez es más interdisciplinario, y los maestros cada vez son equipos de alto rendimiento y comunidades de aprendizajes la religión no puede estar exenta de esta evolución que viene desde la neurociencia y no solo desde la pedagogía.
Joven atrévete a descubrir la belleza de la fe no en los actos de los adultos meramente, que si hay personas que contagian Alegría, esperanza y verdad, pero,tú mismo puedes encontrarte con aquel que dijo que es El Camino, La Verdad y la Vida. Si tienes el valor de caminar por ti mismo siendo diferente y no del montón, si sabes admirar la belleza y la bondad y si buscas la verdad con pasión y realidad y no como teoría abstracta.
Por:
Fabricio Alaña Sj
Reflexionemos:
Como se encuentra el contagio de la fe hoy?
En crisis
Cuál es la causa de la crisis de religión hoy?
Hay varias, una la falta de coherencia
Que hacer para contagiar a los jóvenes?
Actualizar no solo métodos sino entender la cultura de hoy