La escuela más que nunca es el factor más importante para vivir aquello que se quiere conseguir como proyecto país. La Escuela no solo transmite saberes, el proyecto más importante de la vida y de un centro educativo es FORMAR PERSONAS y la persona se forma no en la teoría, sino en la práctica, la convivencia, por eso Los Centros Educativos son semilleros, laboratorios y espejo del hombre y mujer que queremos formar, de la sociedad que queremos construir. La base para el desarrollo de los pueblos es la educación y la manera de mostrar que la educación es eficaz es con la argumentación, reflexión, diálogo y tolerancia, por eso la PAZ ES LA CLAVE DEL DESARROLLO, es allí donde surgen los líderes, se muestran los valores en la CAPACIDAD DE RESOLVER CONFLICTOS NO POR VIOLENCIA sino por reflexión, empatía y compasión.
No hay duda que la indignación y el no dejarse pisotear los derechos es una necesidad cuando nos enfrentamos con seres que no han sido bien educados y están acostumbrados al machismo, la violencia y la disputa. Así ¿cómo construir país? ¿cómo educar en la paz, si los niños y jóvenes ven en sus familias, sociedad, lo contrario? La Escuela debe integrar a las familias en sus propuestas educativas y no vivir encerrados en sus JAULAS, perdón aulas donde no hay esa vivencia de la democracia, la paz y la solidaridad.
Muchos esfuerzos se han hecho, como los jueces de paz, las mediaciones, la integración de los líderes estudiantiles en los consejos de disciplinas, pero si seguimos en esa dicotomía o visiones distintas entre lo que los papás quieren: conocimientos, saberes, poderes para tener y aparentar, y lo que la escuela desea hombres y mujeres compasivos, competentes, conscientes y comprometidos, jamás lograremos una sociedad democrática donde prime la justicia, la verdad, la bondad. Somos una sociedad dividida no por la riqueza de sus etnias y culturas sino por la ceguera y egoísmo de sus líderes.
Hace quince años en un editorial que escribí para la revista de Fe y Alegría: Horizonte (diciembre -2004) p. 2: citaba una larga cita del filósofo español Fernando Savater sobre la DEMOCRACIA:
“este fue el gran invento griego, pues entendida como comunidad ciudadana no gobierna la necesidad de la naturaleza, ni la voluntad enigmática de los dioses, sino la libertad de los hombres, es decir su capacidad de razonar, de discutir, elegir y revocar dirigentes, de crear problemas y plantar soluciones. El gran drama de la democracia es que se basa en una paradoja, nos dice el filósofo, todos conocemos más personas ignorantes que sabias y más personas malas que buenas… Luego, es lógico suponer que la decisión de la mayoría tendrá más de ignorancia y maldad que de lo contrario mientras más intentemos ejercer nuestra libertad mayor conflictos habrá, a pesar de todo, este sistema es una verdadera obra de arte, pues el invento de que cada cual tiene derecho en la comunidad a que nadie viva por él a acertar o a engañarse por sí mismo, a ser responsable de los éxitos y fracasos que le concierne. Los griegos preferían discutir con sus iguales que someterse a los amos, hacer disparates que disfrutar aciertos impuestos por los otros, inventar leyes y poder cambiarlas si no funcionan, en vez de someterse a los mandamientos inapelables, fueran naturales o divinos. Eran raros y originales esos griegos, pero muy valientes” (1998:90-92).
La gran valentía que hoy nos falta es la de pensar soluciones alternativas, no las mismas de siempre que reflejan comodidad, egoísmo e ideología. Manejar las emociones con inteligencia y mirar el rostro del otro como hermano no como enemigo. Educar para la paz es un desafío hoy más necesario que nunca en plena era multicultural de ciudadanía global, pero no es tarea de la escuela sino de toda la sociedad.
Por
Fabricio Alaña E.
Reflexionemos:
¿Cómo solucionar los conflictos sociales?
Con una Educación para la paz, como tarea de todos
¿Cuando surge la violencia y agresividad como alternativa, qué falla?
Esa separación de propuestas, de lo que quiere la Escuela y lo que quiere la Sociedad.
¿Cómo seguir formando para la PAZ?
Reinventando la democracia, aprendiendo de la historia y atreverse a pensar.