Para responder a esta pregunta: ¿cómo valorar la vida? en pleno día de la independencia de nuestra ciudad, donde debemos valorar la libertad como el gran legado de nuestros antepasados y próceres y agradecer por esta ciudad que hoy nos alberga protege y cobija nos puede ayudar el siguiente relato, que si nos fijamos más en los gestos encontraremos el sentido:
“Al maestro le gustaba contar algo que le había ocurrido a él mismo: Al poco de nacer su primer hijo, entró un día en la habitación de éste, vio a su mujer delante de la cuna y se quedó mirando silenciosamente cómo contemplaba ella al niño dormido. Al ver en el rostro de su mujer una mezcla de incredulidad, arrobamiento y éxtasis, se le saltaron las lágrimas, se acercó a ella de puntillas, le rodeó la cintura con su brazo y le susurró: sé lo que estás pensando, querida… Volviendo en sí, la mujer le dijo: Sí, que me maten si entiendo cómo se puede hacer una cuna como esta por veinte dólares”. (Tony de Mello, Un minuto para el absurdo).
Leyendo este relato, ¿qué nos llama la atención? La mirada del esposo sobre la mujer y el bebé, la mirada de la mujer más que en el bebé en la materialidad de la cuna, la trilogía de una familia que sus miradas van en distintas direcciones. O las preguntas del corazón: ¿qué es lo más importante para las personas? La respuesta dependerá de la combinación de tu mirada con lo que sientes en el corazón.
Al ver nuestra ciudad, que hoy festeja su libertad:
- ¿nos sentimos orgullosos?
¿la valoramos, cuidamos y embellecemos como se merece?
Tú, querido joven al verla qué sientes, qué piensas sobre la ciudad que te ha visto nacer, crecer - ¿para qué estudias? O - ¿piensas migrar? O, - ¿repetir esquemas caducos, rutinarios de producción, sociabilidad y convivencia?
Estas preguntas son cruciales en el proceso formativo de los chicos:
- ¿Los que trabajamos en centros educativos tenemos claro que no solo transmitimos saberes, construimos conocimientos, sino que formamos ciudadanos, personas responsables, sensibles al dolor humano, amantes de la belleza y por eso se cuida y mejora la ciudad, la naturaleza y las relaciones personales?
¿Podemos los centros educativos del Ecuador responder afirmativamente a estas preguntas que mirando los acontecimientos vividos en los días pasados donde ha primado la violencia, la intolerancia, la barbarie de destruir la “Carita de Dios” y otras bellas ciudades de la sierra y algunas partes de la costa?
Si bien la situación económica del país, es grave, muy grave, en donde las medidas tomadas de las típicas recetas del FMI (Fondo Monetario Internacional) producirían más pobreza, más endeudamiento, y más riquezas para unos pocos. Esto bajo ningún concepto justifica la destrucción de bienes patrimoniales ni de la propiedad privada y pública y no caigamos en el juego, que si bien es verdad que hubo manipulación, infiltrados, estos no fueron repelidos por quienes de verdad querían protestar pacíficamente, sino que se dejaron usar y algunos hasta cayeron en la misma violencia física o verbal. Así no construimos país, no formamos personas y dejamos claro y en duda qué es lo más importante para nosotros ecuatorianos, jóvenes o adultos.
Urge repensar la educación que estamos dando. La verdadera educación de calidad está en la excelencia humana, en la calidad de vida que muestran nuestros chicos cuando hay problemas, cuando hay necesidad. El Ecuador es un país pluriétnico, pluricultural, lo hacemos todos y todos debemos escucharnos para no perder el horizonte para mostrar que lo más importante en la vida es cómo el ser prima sobre el tener, la paz sobre la guerra, el amor sobre el odio. Sigamos pensando lo que es mejor para todos, solo conseguiremos los resultados deseados si sabemos mirar en la dirección correcta: el rostro del ser humano y reconocer a un hermano, el rostro del pobre y reconocer a los privilegiados de Dios, el rostro de una mujer y reconocer la plenitud de vida.
Por
Fabricio Alaña E.
Reflexionemos:
¿Cuándo MIRAS TU CIUDAD, QUÉ SIENTES, QUÉ TE ENTUSIASMA?
Un corazón agradecido y una mente llena de proyectos por mejorarla.
¿Cómo mostrar qué es lo más importante en la vida?
Una buena educación lo dice: cuando se estudia para amar, humanizar.
¿Cómo construir el País que queremos?
Con sueños, educación y sensibilidad por crecer juntos.